Cositorto: “Me pidieron US$ 2 millones para salir de la cárcel”
El líder de Generación Zoe cumplió dos años en prisión, acusado de estafa. En una charla con Clarín, apunta contra la Justicia cordobesa y sus ex socios.
Leonardo Cositorto (53), el líder del holding empresarial Generación Zoe, acusado de encabezar una asociación ilícita que devino en estafa del tipo Ponzi, se desentiende de las acusaciones. En diálogo con Clarín carga contra la Justicia de Córdoba casi tanto como contra sus ex socios, a los que acusa de haberlo estafado.
Este viernes cumplió dos años en la cárcel cordobesa de Bouwer, donde está en prisión preventiva. La Fiscalía N° 2 de Villa María, liderada por Juliana Companys, lo apunta como líder de una asociación ilícita que armó un esquema Ponzi que movió más de 120 millones de dólares . Cuando lo capturaron, llevaba un mes prófugo en República Dominicana, donde hacía Zooms para pedirle a sus ahorristas que pongan plata. Fue el caso más grande del verano de 2022.
Generación Zoe era un proyecto nacido de Cositorto que arrancó en 2017 como una serie de cursos de coaching que se dictaban por Zoom y terminó en un mega emporio que ofrecía su criptomoneda, hamburguesas, pases de futbolistas y hasta minas de oro.
Su CEO mantiene el mismo estilo verborrágico que en los momentos que brindaba conferencias sobre coaching, pero con un tono algo más curtido. Los dos años tras la cárcel le dejaron traiciones, abandonos e incluso algunos intentos de soborno que denuncia.
Ahora comenzó una huelga de hambre para visibilizar "la corrupción generalizada en el sistema de Córdoba". Protesta por la negativa a recibir el beneficio de la prisión domiciliaria. Va una semana y ya perdió siete kilos, cuenta.
-¿Cómo es tu día a día?
-La rutina acá es estar en la celda, te liberan a la mañana. Después te abren un patio enrejado. Tenemos un teléfono público, imaginate las peleas que hay a veces con eso. Veo que hay gente con investigaciones parecidas, pero que esperan el proceso afuera. No puedo ver a mi hijo desde hace 800 días, no me dejan entrar ni comida ni dinero, no tengo alimentos y medicinas.
-En tu caso, la domiciliaria se negó por que estuviste un mes en el exterior cuando tenías orden de captura. ¿Por qué no volviste?
-Desde mi equipo de abogados me dijeron 'esperá a que nosotros te digamos en qué momento podés venir, que vamos a estar presentando la fianza o una domiciliaria esperando que te presentes a declarar'. En ningún momento me fui de la Argentina. Hay una información que partió mal desde la cuna, que yo me escapé. Yo fui a Uruguay por una charla, de ahí a Colombia. En ese momento me dictan la detención internacional y ahí me comunico con (su abogado, Miguel Ángel) Pierri después de haber pasado por tres o cuatro abogados que lo único que hicieron fue sacarme plata. Con Pierri tampoco me fue nada bien. La amenaza empieza en septiembre del 2021 y termina explotando el 18 de febrero del 2022 bajo una extorsión de la fiscal Companys a una mujer que le dice que tiene que denunciar porque si no la mete presa. Luego sigue con la campaña donde a mí me han expuesto. En las redes sociales y en la televisión, y en los diarios y la radio me han etiquetado, me han matado a nivel social.
Zoe tuvo un boom de crecimiento durante el confinamiento de la pandemia del Covid gracias a miles de personas que se inscribieron en los cursos que ofrecía. Pagaban una membresía de 400 dólares.
Para los cursos la gente pagaba una membresía de 400 dólares.
Pero el corazón del negocio eran las oportunidades de inversiones, donde tomaba el dinero de esas membresías y ofrecía retornos en dólares que iban desde 7,5% hasta 50% al mes. La plata caía a baldazos. La gente vendía propiedades para ponerla en la empresa.
En 2021 invirtió en el Club Deportivo Español, donde llevó de manager al DT Ricardo Caruso Lombardi. Empezó a aparecer en los medios como gurú financiero y como 'analista político'. Para la Justicia, los rendimientos extraordinarios que la empresa "pagó religiosamente durante 31 meses" (según Cositorto) se explican por el ingreso de nuevos inversores.
Cositorto jura que la plata la lograba con operaciones de trading de criptoactivos y acciones de alto riesgo, que le rendían beneficios de hasta un 50% mensual. Esas eran ejecutadas por un equipo de traders que, hoy dice, lo traicionaron. Arrancando por Rosa María González Rincón, una de las últime mas prófugas que tiene la causa.
La fiscalía de Villa María sostiene que jamás halló una prueba de esas operaciones. Cositorto declaró que están en un disco duro que tiene Fernando Burlando. Consultados por Clarín, desde el entorno del abogado niegan esta versión. "Jamás trabajamos con él", remarcan.
Para Cositorto, en Córdoba lo volteó la familia Álvarez, los responsables de la oficina AL Coaches, una subsede de Zoe en Villa María.
-¿Por qué cayó Zoe?
-Me hacen un boicot. José Vargas (un ex socio suyo en Zoe) hacía negocios con Claudio (Álvarez, referente de Zoe en Villa María). Ellos manipulan líderes, quieren quedarse con la empresa. Y dicen que arreglan con la Justicia para voltearnos. Y están presos. A nosotros nos detienen en Villa María, que era de los Álvarez. Claudio es el que se pudo haber enriquecido con automóviles o propiedades o terrenos y campos que compró, ¿donde está mi enriquecimiento ilícito y yo lo único que compré fue un Chevrolet Onix? No solo no estafé, sino que me estafaron. Me usaron y abusaron de mi confianza.
-¿Te pidieron sobornos para salir de la cárcel?
-Por supuesto. Un ex fiscal general agarra del codo, que eso está filmado y me dice 'estoy trabajando en tu caso y yo te voy a avisar para que te vayas'. Y después me manda dos emisarios y me piden 2 millones de dólares. Hace poco también vinieron dos más con el verso de que también. Y yo no acepté nada. Acá te privan de todo, te separan de la familia, te destrozan emocionalmente, físicamente. Espiritualmente no, porque tenemos una conexión continua y diaria con Dios.
Generación Zoe tiene abiertas media docena de causas. En Goya (Corrientes), irá a juicio antes de fin de año. En Salta, Rosario y Buenos Aires también hay otros procesos. En todos la dinámica es la misma: Cositorto acusado como líder de la estafa por ser el presidente de la empresa, y algunos líderes locales. También hay causas en México, España y Colombia. Pero el caso de Villa María es distinto, por que allí apuntaron contra toda la empresa. Son 26 imputados.
La causa que más investigó al holding Zoe hizo un pedido de elevación a juicio por unos 173 hechos a 76 damnificados, que suman casi 8,5 millones de pesos y US$ 449.799 dólares. Se le sumarían las investigaciones en San Francisco, Villa Carlos Paz o Córdoba Capital, que suman casi 600 estafados.
Esta semana, la defensa de Cositorto denunció penalmente a la fiscal Companys de Villa María por "omisión de los deberes de funcionario público". Según sostienen, debería ser investigado por un juzgado federal. Esa pelea es la que hizo que en Buenos Aires la causa pase dos años en disputa de competencia entre el porteño Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N° 1 y el juzgado federal N°4.
Este dato es clave, porque el juez a cargo del N°4 es Ariel Lijo, el candidato de Javier Milei para la Corte Suprema. "En ese tiempo el movimiento fue mínimo", sostienen fuentes judiciales.
Cositorto quiere volver a trabajar con el coaching, lejos de proyectos vinculados con inversiones. Tiene una cuenta de X.
Su rutina se complementa con una columna radial que tiene dos veces por semana en 'Radio para leer'. Es un espacio que tiene desde hace un año en Radio El Mundo. Allí Cositorto se despacha martes y jueves sobre la causa, economía, habilidades blandas. Se cruza con sus enemigos, opina de política.
-¿Cómo ves al gobierno de Milei?
-Me parece que está todo atado pisando los salarios y las jubilaciones. Como que tenemos un trimestre donde se define el futuro no sólo de Milei sino de los argentinos.
-Vos mencionaste que te consideras liberal ¿Lo conociste a Milei?
-No, a la gente del PRO sí. He comido en la casa de amigos como el ex intendente de Quilmes, Martiniano Molina. Sí he apoyado financieramente a campañas del PRO y de legisladores de Milei, pero sin ningún interés. ■