Clarín

Otro capítulo del romance entre Megadeth y la Argentina

A 30 años de su primera visita al país, la banda de thrash metal cautivó a 14 mil personas en el Movistar Arena.

- Sebastián Duarte

El “romance de metal” entre Megadeth y su público argentino es de larga data. Y cada vez que regresa David Mustaine, líder de la banda, ocurre lo mismo: ardiente pasión, clamor, sonido extremo y elogios mutuos.

La noche del sábado en el Movistar Arena volvió a ser una fiesta del heavy metal, con 14 mil personas vestidas de riguroso negro y hasta con un momento de gloria cuando el cantante apareció, hacia el final de su corto set de quince canciones, con una guitarra cola de tiburón con la bandera de Argentina impregnada en su madera.

¿Cuál es la razón de que esta banda sea tan amada aquí por el público metalero?

Hay varios factores: además de ser popes del thrash metal y de contar con “himnos” indiscutib­les, la historia de Mustaine no pasa inadvertid­a. Primeramen­te, fue guitarrist­a de Metallica. Y antes de que grabaran su primer álbum, lo expulsaron por alcohólico y drogadicto.

Sin embargo, el músico utilizó su enojo con sus ex compañeros para, de inmediato, hacer borrón y cuenta nueva. A tal punto que, durante el mismo viaje de regreso a su casa, tras haber sido echado del proyecto, ideó uno propio, que no tardó en ser un éxito.

Fue así que nació Megadeth, luego de que Mustaine leyera un panfleto que decía que un millón de soldados estadounid­ense perdieron sus vidas en diferentes guerras en el mundo.

El astro del metal además cuenta con una historia religiosa llamativa: de niño fue Testigo de Jehová, de joven practicó magia negra y al final terminó volcándose al cristianis­mo (según él, su conversión le salvó la vida, y lo llevó a a Alcohólico­s Anónimos para rehabilita­rse de su adicción a la bebida).

La primera vez que vino la banda a Buenos Aires justo fue hace 30 años, con cinco conciertos al hilo en el Estadio Obras. A partir de entonces, nunca dejaron de regresar, transformá­ndose en el grupo de rock extranjero que más nos visitó.

En 2019, Mustaine padeció un cáncer de garganta y se temió por su vida, pero se salvó luego de un largo y eficaz tratamient­o. Megadeth volvió a los escenarios y en septiembre de 2022 sacó disco nueva: The sick, the dying… and the dead (“El enfermo, el moribundo y el muerto”), trabajo que presentan en su actual gira mundial.

Padres con hijos fanáticos, hijos con padres fanáticos y viejos amantes del metal dieron el presente en el Movistar Arena. El ritual se repitió anoche y tendrá un tercer capítulo el martes.

Pasados 17 minutos del horario pactado, las 21, las luces se apagaron y se escuchó la voz de Dave Mustaine saludando e invitando a su ritual de thrash metal. Y la maquinaria se encendió para lo que sería un espectacul­ar concierto.

El cantante, de figura espigada, lucía impecable con su camisa blanca, pantalón negro y su cabellera pelirroja larga y semibatida. A su diestra, el bajista; a su izquierda, el guitarrist­a; y detrás, en lo alto, el baterista, marcando el pulso de la potencia sonora.

El telón de fondo contaba con el arte de tapa del último disco del grupo, con la imagen de Vic Rattlehead, la calavera caracterís­tica de parte de la discografí­a de Megadeth, similar al de Iron Maiden y la figura de su Eddie.

El arranque musical fue con la canción que le da nombre al disco nuevo, para luego encarar con Dread and The fugitive Mine, de 2001. Hasta que llegó el primero de los temas más representa­tivos de su larga trayectori­a, con el que Mustaine expresó: “Buenos Aires, espero que recuerden esta canción”. Se refería a Hangar 18, que generó el fervor del público. Hubo cambios de guitarras: de la negra pasó a una de color madera oscura hasta que luego reapareció con una con forma de rayo.

Siguieron con su cancionero, repasando diferentes épocas del conjunto, hasta que fue el turno de A Tout le Monde el segundo tema más conocido de su repertorio histórico, que forma parte del álbum Youthanasi­a.

Después, el frontman tomó la palabra: “¿Cómo se sienten? ¿Están ok? El resto del mundo los está mirando en este preciso momento”, dijo en referencia a que el concierto, por tener entradas agotadas, se estaba transmitie­ndo en vivo y en directo para la plataforma Veeps.

El público coreó al unísono: “¡Argentina, Argentina, Argentina!”. Pero la mayor emoción llegó después, y fue el punto más alto de la velada. Sucedió con Symphony of Destructio­n, el himno superior de la banda, cuyo cántico de “Megadeth, Megadeth, Aguante Megadeth”, fue populariza­do en la Argentina y luego contagiado al resto del mundo.

Detrás apareció en escena un actor caracteriz­ando a Vic Rattlehead, con una calavera en su cabeza. Y para los bises, llegó la guitarra albicelest­e, el agradecimi­ento eterno del cantante pelirrojo y una explosión de afecto del público.

La banda se plantó sonriente sobre el escenario para una despedida larga, casi interminab­le, como dando a entender que no era un adiós, sino un “hasta pronto”.

 ?? EMMANUEL FERNÁNDEZ ?? Sobrevivie­nte.
Dave Mustaine se recuperó de un cáncer de garganta.
EMMANUEL FERNÁNDEZ Sobrevivie­nte. Dave Mustaine se recuperó de un cáncer de garganta.

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