Trump se declara “perseguido” al inicio de su histórico juicio
Es el primer ex presidente en ser enjuiciado penalmente. Lo acusan de ocultar pagos a una actriz porno. “Es un ataque político”, sostuvo el magnate.
Flanqueado por sus abogados y con semblante serio, a las 9.30 de la mañana de Nueva York, Donald Trump ingresó ayer en el tribunal, con su clásico traje oscuro y corbata roja, para el comienzo de un juicio histórico que puede decidir su futuro político: por primera vez, un ex presidente de EE.UU. es enjuiciado penalmente y, además, es un candidato que busca regresar a la Casa Blanca en noviembre.
En el piso 15, en la sala 1530 del Tribunal Supremo de Manhattan, el 45° presidente se sentó en el banquillo de los acusados y se enfrentó al juez de origen colombiano Juan Merchan, que lo acusa de falsificar los registros contables de su empresa para ocultar un pago a una actriz porno, Stormy Daniels, durante la campaña de 2016, con la que supuestamente tuvo una relación. Podría ser condenado hasta cuatro años de cárcel, aunque por la Constitución estadounidense podría igualmente ser electo e incluso gobernar desde prisión.
El republicano, justo antes de que comenzara el proceso, dijo que el juicio es un “ataque a EE.UU.” y una “persecución política”. “El país está dirigido por un hombre incompetente, que se ha involucrado mucho en este asunto. Es un ataque contra un adversario político. Por eso me siento muy honrado de estar aquí”, añadió Trump, de 77 años. Pocos minutos después, cinco fotógrafos captaron la histórica imagen de un expresidente sentado en el banquillo.
El juez dio inicio al juicio tras leer los cargos.
La audiencia comenzó con el proceso de selección del jurado, un grupo de 12 ciudadanos, más otros 6 suplentes, que se encargarán de escuchar a las partes y a todos los testigos del caso y decidirán si Trump es culpable o inocente.
“El nombre de este caso es el Estado de Nueva York vs. Donald Trump”, dijo el juez a los jurados. “Queremos que se haga justicia, es lo único que queremos”, agregó.
Poco antes el magistrado había rechazado una última petición del magnate para que se retirara del caso porque su hija es una consultora que trabaja para el partido Demócrata.
Por el estrado comenzaron a desfilar cerca de un centenar de neoyorquinos que habían sido convocados por carta, como suele suceder con los juicios por jurado en Estados Unidos. La mitad de ellos fueron descartados enseguida luego de que declararan que no podían ser imparciales.
El proceso se extenderá por varias semanas, cuando contesten unas 45 preguntas sobre sus inclinaciones políticas, sus consumos culturales, etc. Por ejemplo, se les preguntará por su afiliación a grupos como los Proud Boys, QAnon o Antifa; su asistencia o la de alguien cercano a manifestaciones a favor o en contra de Trump, o si leyeron libros del ex presidente u otros implicados en el caso. También podrán revisarles las redes sociales.
Los abogados de Trump buscan sumar a policías, bomberos y miembros de fuerzas de seguridad, más proclives a votar por republicanos en una ciudad como Nueva York que es ampliamente favorable a los demócratas.
A Trump se lo vio ofuscado durante la audiencia, hablando con sus abogados, y sonrió irónicamente cuando el juez dijo que quería un proceso justo.
El magnate, que podría ser llamado al estrado para declarar, ha negado haber tenido encuentros sexuales con la actriz porno Stormy Daniels, hoy de 45 años, cuyo nombre real es Stephanie Gliffords. Pero los fiscales afirman que, cuando ya era presidente, Trump permitió a su compañía falsificar registros para esconder los desembolsos que le hizo a Michael Cohen, un abogado y hombre de confianza de Trump, quien fue quien pagó US$ 130.000 a Daniels para que no hablara sobre la relación durante la campaña.
Ella dice que conoció a Trump durante un torneo de golf en Lake Tahoe y que él la invitó a la habitación, donde tuvieron sexo. Daniels dio detalles del encuentro y llegó a describir el pene del magnate como “un hongo”. Se vieron algunas veces más, aunque ella nunca dijo que la relación fuera “romántica”.
Los encuentros transcurrieron durante 2006, cuando Trump estaba casado con Melania y tenían juntos entonces un pequeño hijo, Barron. Pero en 2016, en plena campaña, ella quiso publicar la historia y allí el magnate habría decidido acallarla con dinero que luego no asentó como corresponde.
Los fiscales argumentan que era un patrón de delito del magnate: cuando había algún problema o historia que pudiera afectarlo en su campaña, los acallaba con pagos que luego no registraba contablemente. Hay otra mujer, una ex conejita de playboy Karen McDougal, que podría testificar algo similar a Daniels.
Este es uno de los cuatro casos penales que afronta el presidente, porque tiene otros por interferencia de la justicia en las elecciones en Georgia en 2020; por haberse llevado documentos de la Casa Blanca; y por inflar el patrimonio de su compañía. Trump ha intentado aplazar los juicios para que no afecten su campaña electoral. Sin embargo, este proceso, que podría culminar en junio, podría ser el único con sentencia antes de las presidenciales del 5 de noviembre.