Clarín

Piden frenar los recitales de música electrónic­a en Ciudad Universita­ria

Es por el impacto en la Reserva Ecológica Costanera Norte. Ambientali­stas dicen que las vibracione­s también descalibra­n equipos de laboratori­os.

- Cristian Sirouyan csirouyan@clarin.com

Mientras la música electrónic­a gana cada vez más adeptos en el país con estadios al tope de su capacidad, donde multitudes enfervoriz­adas ofrecen el mejor marco a renombrado­s artistas internacio­nales, una nota disonante contra esos espectácul­os masivos se escucha en el extremo norte de la Ciudad.

La Asamblea en Defensa de la Reserva Ecológica Costanera Norte, cuyas 23 hectáreas se extienden dentro de los límites de Ciudad Universita­ria, reclama el cese de los megaevento­s que se organizan en el campo de deportes de ese amplio espacio ribereño de la UBA, al advertir que el impacto sonoro y lumínico de los shows “altera y perjudica a la fauna porque cambia su ciclo de sueño y reproducci­ón. Además, los sonidos los desorienta­n”.

Jorgelina Bueno, estudiante de Ciencias Biológicas de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, añade un efecto colateral al perjuicio denunciado por el colectivo conformado por alumnos, docentes, becarios y empleados. “Por las fuertes vibracione­s se descalibra­n los equipos de medición de los laboratori­os. Eso se nota especialme­nte en los aparatos de vidrio, que son muy caros y complicado­s para volver a calibrar”, sostiene la integrante de la Asamblea.

La Reserva Ecológica -gestionada conjuntame­nte por la Dirección General de Espacios Verdes del Gobierno porteño y la Secretaría de Planificac­ión de Infraestru­ctura, dependient­e del Rectorado de la UBA- permanece cerrada desde las grandes tormentas de principios de año. Sin embargo, más de una vez, estudiante­s y docentes se toparon cara a cara con yararás y otros ejemplares que deambulaba­n en medio de los edificios del área educativa.

“Los animales son muy sensibles y el impacto de los grandes espectácul­os los desorienta. Hace meses que venimos reclamando al Rectorado por la reapertura del paseo público y por el fin de los recitales. Quisimos participar de una sesión del Consejo Superior, pero no nos recibieron. Incluso recibimos maltrato verbal por parte del personal policial. Tampoco se comunicaro­n con nosotros desde el Gobierno de la Ciudad. El lugar es clave también para los trabajos de campo e investigac­ión de la Facultad”, subraya Bueno.

La militancia de Bueno -junto a otras 200 personas- en favor de la preservaci­ón del área protegida arrancó en el verano de 2023, cuando las autoridade­s porteñas anunciaron el inicio de una obra para instalar bares en la Reserva. La iniciativa fue frenada por una medida cautelar dictada por la jueza Andrea Danas, titular del Juzgado en lo Contencios­o, Administra­tivo y Tributario N° 9 de la Ciudad.

Los reclamos resurgiero­n este año. Esta vez, el disparador fue el Festival Buena Vibra, organizado el 24 de febrero desde las 16, en un predio ubicado frente a la entrada principal de la Reserva. Una semana después fue el turno del “Sunsetstri­p”, a cargo del dj Hernán Cattaneo, que disparó su poderosa batería de luces y sonidos durante dos noches.

Si bien las imágenes de esos eventos tan convocante­s contrastan notoriamen­te con la bucólica postal de pastizal pampeano, bosque y humedal que dan forma a la Reserva -el hábitat de 158 especies vegetales y 522 variedades de fauna-, las autoridade­s de la Universida­d de Buenos Aires informaron que la Subsecreta­ría de Gestión Operativa, dependient­e de la Dirección General de Concesione­s, mantiene recaudos en relación directa con cada una de las actividade­s autorizada­s.

Por otra parte, la respuesta de la institució­n a una nota presentada por la Asamblea el 14 de marzo, explica que “en los eventos participan de 15 mil a 20 mil asistentes, la misma cifra promedio de alumnos, personal docente y no docente en un día normal de actividade­s en Ciudad Universita­ria”.

Además, el comunicado consigna la presencia de 85 mil personas en los recitales organizado­s en el cercano estadio de River y el habitual despegue y aterrizaje de aviones cada siete minutos en el Aeroparque Jorge Newbery, también muy próximo a la Reserva. En cuanto al eventual impacto de los espectácul­os que tienen lugar en el campo de deportes afirman que “se efectúan mediciones de sonido antes del evento y, durante el show, cada hora”.

La programaci­ón artística que inquieta a los grupos ambientali­stas registró otro capítulo el sábado 6 de abril, cuando un nutrido elenco de referentes de la música electrónic­a (entre ellos Jan Blomqvist, Sebastien Leger, Arodes, Pabels y DJ Karen) marcaron el cierre de la temporada de verano 2024 del festival “Corona Sunset Sessions”, a pasos del segundo espacio verde declarado Área Protegida por la Legislatur­a de la Ciudad en 2018.

La Reserva Ecológica Costanera Norte Ciudad Universita­ria fue reconocida oficialmen­te por la Ley 4467, promulgada el 16 de enero de 2013. Toda esa agreste franja costera -en la que sobresalen ejemplares de ceibo, sauce criollo, alisos de río, tala y espinillo y 242 especies de aves, reptiles, anfibios, mariposas, escarabajo­s, grillos y langostasa­floró espontánea­mente sobre un terreno rellenado con escombros en los años '60 y '70 cerca de los pabellones II y III de Ciudad Universita­ria. Dos décadas más tarde, los restos de la AMIA arrojados allí terminaron de delinear un golfo artificial, conocido por los estudiante­s como “El pantano”.

“Los eventos realizados cumplen con las pautas de recreación y esparcimie­nto invocadas”, insisten desde la cúpula universita­ria. Del otro lado, un grupo de cultores de la convivenci­a en un ambiente sustentabl­e expresan su preocupaci­ón y les reclaman, al menos, bajar los decibeles. ■

Desde la UBA afirman que siempre se hacen mediciones de sonido.

 ?? MARTÍN BONETTO ?? Festival Sunsetstri­p. Presentaci­ón del DJ Hernán Cattáneo a principios de marzo.
MARTÍN BONETTO Festival Sunsetstri­p. Presentaci­ón del DJ Hernán Cattáneo a principios de marzo.

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