Clarín

La increíble historia del “Oráculo de la TV”

Con sólo 6° grado, y a los 95 años, brilló en “¿Quién quiere ser millonario?” y es el niño mimado de Santiago del Moro en las galas de “Gran Hermano”.

- Silvina Lamazares slamazares@clarin.com

De no ser por Mirtha Legrand, sería el personaje más grande de la televisión argentina. Ayer cumplió 95 años y anteayer estuvo en la primera fila de la tribuna de Gran Hermano , el reality de Telefe que lo tiene cada miércoles y domingo como invitado de lujo.

Aplaude, alienta, bromea, hincha por uno, por otro, parado atrás de la valla como si fuera un pibe. “Es que me siento un pibe. Para mí es todo un plan ir al programa. Y Santiago me hace sentir su abuelo”, confiesa José María Bordone.

Pero en el canal, en las casas, en la calle se lo reconoce como el Oráculo, apodo que le puso el conductor hace cinco años cuando lo tuvo como participan­te en ¿Quién quiere ser millonario?

Ahí ganó 180 mil pesos: “No me quejo, estaba con chance de llegar a los 500 mil, pero no escuché algo que dijo Santiago en la de 300 mil, seguí y pifié. Pero, vamos, bastante lejos llegué. Pensá que sólo tengo 6° grado y lo terminé de noche y a los 18 años”.

Sentado en el living de su casa, un departamen­to de Almagro ambientado con fotos, trofeos de sus tiempos de atleta, mucha decoración en sepia y varios retratos de Carlos Gardel, tiene una sola exigencia. Lejos de las pretension­es de los entrevista­dos de ahora- de

YouTubers a actores, pasando por traperos- pide, como en un susurro vergonzoso, “vos hablame fuerte porque no escucho casi nada, estoy medio sordeli”.

Atento a los riesgos de esta época, antes de fijar la cita en su domicilio chequeó que la entrevista fuera algo real. “Uno no puede llevar a cualquiera a su casa. Hoy te estafan por todos lados. La otra vez me quisieron meter el perro con una nota y cuando les pedí unos datos me cortaron”, cuenta el hombre que esperó al equipo de Clarín en la vereda, incluso desde media hora antes del horario pautado. Los vecinos pasaban y lo saludaban con “Grande, maestro”, “Aguante el Oráculo”.

Es la estrella de esa cuadra de Agrelo.

Una vez que estábamos todos, invitó a entrar. Detrás de la puerta del edificio había una escalera empinada, larguísima, que él subió más rápido que el resto, con pasmosa agilidad. “Me cuesta porque me duelen mucho las rodillas, pero el ejercicio hace bien. Yo la subo y la bajo varias veces. De hecho, hoy (un jueves) llegué a las 2 de la matina después del programa”. -¿Volviste en remís?

-Ma qué remís. Me lleva la Fasolo (Claudia, la locutora) desde Martínez a Liniers en auto. Y ahí me tomo un colectivo para venir a casa. Llego a la madrugada y me caliento la comida. -¿Usás celular?

-No, mi sobrina me quiso regalar

uno y dije ‘No, no quiero saber nada’. Primero que no entiendo cómo se usa, debería practicar y ya veo que me vuelvo loco. Y, segundo, ¿a quién llamo? No tengo hijos, no tengo esposa… -¿Te manejás sólo con el teléfono de línea?

-Sí, me alcanza y me sobra. ¿Quién me va a llamar a mí? Ojalá no sea necesario, pero el día que haya que ir al hospital que me lleven y listo. Mientras tanto, ¿para qué quiero un celular?, a ver si termino como esos hombres y mujeres que están en el colectivo jugando, mirando fotografía­s y se pasan de la parada porque se distraen, están metan mensajito o video. No, dejá, me divierte más mirar por la ventanilla. -¿Cómo te arreglás con la producción del programa?

-Ya quedó fijo que voy miércoles y domingo (las galas de nominación y eliminació­n, respectiva­mente), pero si es necesario me llaman acá y me dice 'Che José, hoy no te vengas que vamos sin público o pasó tal cosa'. Pero si ellos no me suspenden yo voy siempre, me encanta, aunque llueva o pase lo que pase.

Muy a su pesar, Blanca también se hizo conocida, por ser “la mujer

del Oráculo”. Ella lo acompañó varias veces a Telefe en el 2019, cuando él participab­a. “Pero a mi señora no le gustaba esto de las cámaras. Vivimos juntos 60 años, desde el ‘59 hasta que falleció, el 21 de junio del 2020, en plena pandemia. Pero no murió de Covid, sino por problemas del estómago. Tenía 93 años y ya no quería vivir más. Me decía ‘José, llamá al médico y que me venga a dar una inyección o algo, me quiero morir, no doy más’”. -¿Y vos qué le decías?

-Yo le preguntaba: 'Pero ¿qué hago Blanca si vos te morís?'. Y ¿sabés qué me contestaba?: 'José, yo sé que vos te vas a arreglar bien, dale,

dejame morir'. Fue terrible, el estómago ya no le daba más. Y yo seguí, qué iba a hacer. Tenía razón Blanquita, me arreglo bien. Hago todo solo.

No fue necesario cortar la nota, él supo manejar el clima de las confesione­s, de los recuerdos, del amor después del amor cuando el otro no está. Un desgarro.

Pero él habla del tema a fondo sin necesidad de llorar en público. Su almohada y su soledad sabrán. Sin intención de salir forzadamen­te del tema, amplía su nuevo escenario solitario: “Tenía razón Blanqui

Me siento un pibe. Para mí es todo un plan ir al programa. Y Santiago me hace sentir su abuelo”.

ta, me arreglo. Lavo la ropa, plancho, limpio el baño, la cocina, barro, lavo las cortinas, lo que sea, no es tan difícil”. -¿Te cocinás para vos solito?

-No, ahí fallo, no me cocino. Compro la comida, y después vengo y me la caliento. Como monetariam­ente me defiendo, prefiero comprarla hecha. Tengo mi jubilación y la pensión. Y vicios no tengo. Mirá para allá, ahí justo le estoy mandando saludos. Santiago me dijo ‘Mandale un beso a Blanca’ y me hizo mirar a la cámara. ¿Viste que linda foto? Eso fue en abril del 2019 y al año siguiente se fue.

El living comedor, el dormitorio, todo está lleno de fotos. La del saludo al amor de su vida está trabada con el marco del espejo. Y se sostiene bien (tal vez sea la fuerza del cariño que le gana a la gravedad).

Autodidact­a de ley

Entusiasma­do con la charla, no por la purpurina de la fama sino por la alegría que siente al ser anfitrión, pregunta: “Sabés por qué fui a Millonario (como se le dice al programa coloquialm­ente)? Porque Santiago hacía la propaganda y decía

‘El que viene a la tribuna gana también’. Le dije a mi señora ‘Voy a ir, por ahí me gano algo, qué sé yo'. Como hacía preguntas que más o menos yo sabía me mandé. Y estaba ahí, en el primer escalón de la tribuna. Viene y pregunta ‘¿Cómo te llamás vos?’. ‘José María Bordone’. ‘¿Y cuántos años tenés?’. ‘90’. ‘¿Querés participar?’. ‘Claro que quiero’. ‘Bueno, ya estás anotado’, me dijo. Y a los 4 días me llamaron para hacerme un filtro, un productor y alguien más, como un casting de preguntas”. -¿Qué te preguntaro­n?

-Si había estudiado. Y les dije la verdad: que terminé 6° grado a los 18 años, en Parque Patricios. Mi mamá murió muy joven y quedamos nosotros solos, mi papá tenía que salir a trabajar, así que estábamos bastante tiempo en la calle, jugando. Éramos 7 hermanos, pero dos murieron muy chiquitos. Y cuando partió mi mamá, a los 45, quedamos cinco. Y hacíamos lo que podíamos, sobrevivir. -¿Cómo adquiriste tanto conocimien­to sobre varios temas?

-Leyendo por mi cuenta. Tengo muchos libros acá y en el dormitorio. Ahora estoy con éste, muy interesant­e, sobre las Mujeres de Puerto Madero. Ahora justo estoy

con la biografía de Victoria Ocampo. -¿Leés - Veo poca y ves y leo televisión? mucho.

-¿Ves “Gran hermano” cuando no vas al canal?

-No mucho, pero sé algunas cosas, sé el nombre de los participan­tes. El año pasado el productor me dijo ‘Mirá que vamos a hacer este reality, ¿vas a venir?’. ‘Y sí, como no’. Fui a todas las galas del año pasado. Y ahora me llamaron de vuelta y desde diciembre voy siempre. -¿Quién creés que va a ganar?

-Emmanuel. -¿Te gusta Furia?

-No mucho, grita, parece que el otro día se puso como loca. Pero es todo un personaje. Mi sobrina me pregunta: ‘Tío, ¿por qué tiene tanto rating eso?’. ‘Y qué sé yo’, le digo. Yo voy y la paso bárbaro. El otro día le dije al productor: ‘Che, Martín, ¿sabés lo que me dijo una señora de mi barrio? Que Gran Hermano en realidad es Gran puterío. Se mató de risa él. Es que se pelean cada dos por tres. -Pero ¿a vos te gusta?

-Lo que más me gusta es ir, me divierte, me entretiene. Santiago me dice ‘¿Quién querés que se quede? ¿Quién querés que se vaya?’. A veces la pego, a veces no. -¿De donde salió el apodo de Oráculo?

-Me lo puso él en Millonario. Además de participar, muchas veces estaba de comodín en la tribuna para ayudar a alguna persona. El diccionari­o dice que oráculo es alguien que sabe mucho. Yo le dije un día: ‘Santiago, mirá que todo no lo sé, un poco sé, porque leo’. Y él siguió insistiend­o con eso y quedó. -A veces compartís la tribuna con Alfa, ¿cómo te llevás con él? -Más o menos, no hablamos mucho. Las chicas que salieron este año son divinas, hay una que me abraza todo el tiempo, muy cariñosa. Y yo me dejo.

Cara de pícaro, ojos claros que de a ratos se humedecen, un personaje José de Almagro, como dirían en la radio. -¿Cómo es tu relación con Del Moro?

-Hermosa, el 9 de febrero fue su cumple y fui a darle un abrazo, es un tipo bárbaro. Dice que le hago acordar a su abuelo. -Esto de ser un personaje de la tele no lo habías soñado, ¿no?

-No, ni loco, jamás imaginé esto para mis 90 y pico. Una vez fui a un asado con mi señora a una estancia en Cañuelas, había como 500 personas. Y en el desayuno avisaron por los parlantes que estaba yo. ‘Está el Oráculo entre nosotros’. Todo el día sacándome fotos, mi señora me quería matar. ‘José, dejate de joder, qué hiciste’.w

Furia no me gusta mucho, grita. El otro día se puso como loca. Pero es todo un personaje”.

 ?? MARIANA NEDELCU ?? Viudo. El Oráculo vivió 60 años con su esposa, Blanca, desde 1959 hasta el 2020, cuando ella falleció.
MARIANA NEDELCU Viudo. El Oráculo vivió 60 años con su esposa, Blanca, desde 1959 hasta el 2020, cuando ella falleció.
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