Una Laurita Fernández magnética brilla en “Legalmente rubia”
Interpreta a Elle, papel que en cine hizo Reese Witherspoon. La acompañan Fede Salles, Costa y Mario Pasik. Las diferencias con la puesta de Broadway.
El ascenso de Laurita Fernández en el género musical pareciera no encontrar límites. Luego de reemplazar a la mismísima Susana Giménez en Sugar, estuvo el año pasado en Matilda, el musical, y ahora en Legalmente rubia, que estrenó en el Teatro Liceo, es la protagonista absoluta. Laurita es una excelente bailarina, sabe cómo manejar su cuerpo y moverse en el escenario. Tal vez a su voz le falte cantar algo mejor de lo que hace, pero su magnetismo es total.
Legalmente rubia fue un éxito algo inesperado producido por Hollywood, que tenía a Reese Witherspoon como protagonista. Era Elle Woods, una chica un tanto ingenua y más preocupada por la moda que por otra cosa, que cuando Warner (Santiago Ramundo, aquí), su novio estudiante de abogacía la deja porque siente que ella no está a su par, decide anotarse en Harvard a estudiar Derecho y reconquistarlo.
Fue por 2001, antes de que Witherspoon ganara el Oscar por Johnny & June - Pasión y locura, junto a Joaquin Phoenix, y ahora, mientras la tercera parte de Legalmente rubia se encuentra en preproducción (tuvo su secuela en 2003), llega a la Argentina la versión musical, originada en Broadway.
Tanto la película como la puesta de Ariel del Mastro y Marcelo Caballero hacen hincapié en los prejuicios. Como Paulette, la peluquera, se llamó a Costa, que no es cantante ni bailarina, y se gana al público sentado en las mesitas de adelante con su simpatía.
Quienes sí cantan muy bien son Fede Salles (Emmett, a quien conoce en Harvard) e Ivanna Rossi, que interpreta a la presa a la que Elle y un equipo de abogados, presidido por el misógino Callahan (Mario Pasik) tratan de salvar, acusada de homicidio. A Rossi Ariel del Mastro ya había dirigido en Peter Pan: ella era Wendy.
Legalmente rubia es de esas comedias musicales que se montan en Broadway y en el West End londinense, productores argentinos compran los derechos de la obra hay distintas formas de conseguirlos, dependiendo de qué se quiere montar- y la estrenan en Buenos Aires.
Son tiempos complicados, ya sabemos que no hay plata, aunque la gente llena las salas de teatro como hace unos años, y la versión estrenada en el Liceo es algo así como un montaje reducido, en parte por el tamaño del teatro y su escenario: aquí el elenco lo integran 15 bailarines y actores, y en Broadway eran el doble.
Legalmente rubia no tiene hits como para tararear a la salida, pero en su conjunto es un espectáculo armonioso y con algunas escenas muy bien logradas. ■