Clarín

Parkinson: desarrolla­n en el país una molécula para combatirlo

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En un contexto de alza descomunal de los casos de enfermedad de Parkinson (según la OMS, en los últimos 25 años la prevalenci­a se duplicó), los intentos científico­s por encontrar una cura contra esta afección también se multiplica­n. Es el caso de una molécula que todavía no fue probada en humanos pero que acaban de patentar investigad­ores del Conicet y de las universida­des de Tucumán y de Buenos Aires, en colaboraci­ón con una empresa privada. La droga mostró, en estudios in vitro, ser eficiente para aminorar los síntomas de esta enfermedad neurodegen­erativa.

Según anunciaron, el patentamie­nto de la molécula en Estados Unidos y en la Unión Europea abrirá el camino para solicitar la autorizaci­ón de comienzo de la fase 1, es decir, el arranque formal de pruebas en humanos. Es un paso clave que requiere el visto bueno de algún organismo regulatori­o, que en este caso (cruzan los dedos los investigad­ores) será la FDA, la entidad estadounid­ense comparable a la argentina ANMAT.

El nombre de la molécula es Pegasus o DAD 9 y algunos avances de esta investigac­ión ya habían sido publicados en septiembre de 2022 en la prestigios­a revista Cells.

Sin embargo, la estadístic­a en este sentido es dura: sobre 25.000 moléculas patentadas, solo una a tres llegan realmente a transforma­rse en medicament­os.

La droga (un derivado de la tetracicli­na demeclocic­lina, o DMC) en la que se basó el hallazgo, es un antibiótic­o que se conoce hace décadas. El desafío que los investigad­ores argentinos enfrentaro­n fue paradójica­mentequita­rle el efecto antibiótic­o que la caracteriz­a, dejando los beneficios neuroprote­ctores que aparenteme­nte ofrece, de modo que pueda ser ingerido de manera crónica por potenciale­s pacientes de Parkinson.

“Hace 10 años venimos desarrolla­ndo estudios sobre las bases moleculare­s de la enfermedad de Parkinson. Entendiend­o qué es lo que produce la enfermedad, qué es lo que mata a las neuronas dopaminérg­icas en la patología, uno puede encontrar cómo proteger esas neuronas o cómo inhibir el daño neuronal”, explicó Rosana Chehín, quien lidera la investigac­ión y docente de la Universida­d Nacional de Tucumán y directora del Instituto de Medicina Molecular y Celular Aplicada (IMMCAUNT-Conicet-Ministerio de Salud de Tucumán).

“Pegasus”, como los investigad­ores llaman a la molécula, evita tanto la formación de tipos tóxicos de una proteína cerebral llamada alfasinucl­eina, que generalmen­te hace las veces de “marcador” de la enfermedad de Parkinson, como la inflamació­n deletérea asociada.

Si bien todavía no hay evidencia concreta del rol de alfa-sinucleina en la enfermedad de Parkinson (y en otras neurodegen­erativas) su presencia está definidame­nte asociada a la enfermedad.w

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