Escapó alcoholizado tras un accidente, volvió a chocar y mató a una mujer
Un joven de 27 años impactó de atrás a más de 100 km/h a un auto detenido en un semáforo, donde iban dos amigas de 57. Era perseguido por otros dos coches, tras un roce con uno.
Los tres conductores dieron positivo en la alcoholemia: triplicaban los niveles permitidos.
Era el regreso a casa después de una salida con amigas, de esas que se traen desde las épocas de estudiante y con las que todavía, más de 30 años después, Silvia Cabrera mantenía encuentros para ponerse al día. En su Chevrolet Agile la acompañaba Rosa Pedercino, que también había estado en el encuentro de esa noche, y que sería la última persona en verla con vida. Porque Silvia murió ayer, producto de un choque con el que nada tuvo que ver, pero del que se llevó la peor parte.
Rosa está grave, pero estable, "evoluciona favorablemente" informaba el frío parte médico ofrecido por el Hospital de Vicente López, donde permanece internada. Pero hay secuelas que seguramente no pueda superar ni con la mejor de las atenciones, porque junto a su amiga fueron víctimas de una tragedia evitable.
Sucedió cerca de las 2.30 de la madrugada, cuando las amigas estaban esperando el cambio de semáforo en Maipú y Haedo, sentido a Capital Fe- deral, en Vicente López. Fue un instante que no le dio tiempo a nada a Silvia, que estaba al volante.
Un Volkswagen Suran embistió al Chevrolet por detrás, con la fuerza de los más de 100 km/h a los que iba por Maipú desde San Isidro, donde ya había protagonizado un primer choque en la parte en la que Maipú se llama Santa Fe, a la altura de Márquez. A raíz de ese incidente, y según se pudo reconstruir a través de las imágenes de las cámaras de seguridad municipales, se desató una persecución entre el conductor del Suran y otros dos vehículos, un Honda Civic y un Toyota Corolla, que iban detrás de él "para reclamarle los papeles".
Este enfrentamiento vial los condujo, a toda velocidad y sin medir riesgos por casi 7 kilómetros, hasta la esquina donde ocurrió la segunda colisión, con el desenlace fatal. Aunque los primeros testigos indicaron que estos tres vehículos venían "corriendo picadas", desde el Municipio de Vicente López confirmaron a Clarín que las cámaras de seguridad ubicadas a lo largo de la traza de la avenida tomaron imágenes del primer choque y la posterior y consecuente corrida.
El dato que sumó indignación es el estado de los tres conductores, que presentaban un nivel de alcohol en sangre superior al permitido (0,5 g/l). Para el de la Suran, Tomás Núñez Aboy (27), el que provocó la muerte de Cabrera, el test de alcoholemia arrojó que conducía con 1,7 g/l de alcohol en sangre, tres veces más del máximo por ley. Por su parte, quien iba al mando del Honda Civic, Nicolás Laitano (27) también dio positivo, con 1,6 g/l de alcohol según confirmaron a Clarín fuentes policiales. "Sé que le hicieron el test pero no sé cómo dio", se excusaba su mamá, Elena, en diálogo con un canal de noticias. Y reforzaba la historia de la per- secución: "En ningún momento fue una picada, un auto los choca y ellos lo siguen porque el vehículo se escapó. Mi hijo me llamó y me dijo: 'Mamá, me tocaron el Honda y yo salí a buscarlo'”. El tercer conductor, del Toyota, era su amigo Lucas Pechin (29) y con 1,5 de alcoholemia.
El caso quedó a cargo del fiscal de Vicente López, Alejandro Guevara, que ordenó detener a los jóvenes en la causa que se abrió por homicidio culposo. Ambos se alojaban en la comisaría 2° de ese partido. En tanto, familiares de los acusados y de la víctima ofrecieron detalles de lo ocurrido tan distintos como el día y la noche.
Mariela Cabrera, hermana de la víctima fatal, repite que los policías que trabajaron en el lugar le aseguraron que a su hermana la dejaron sola. "Son unos asesinos, haya sido una picada o una persecución, a mi herma-
Son unos asesinos, sea como sea, a mi hermana la mataron y la dejaron tirada”
Mariela Cabrera
Hermana de la víctima
Mi hijo y su amigo se quedaron en el lugar esperando la llegada de la policía”
Elena
Madre del conductor del Honda
na la mataron y la dejaron tirada. Se fueron todos", denunciaba. "La persona que la chocó se bajó del auto y se fue corriendo, y cuando lo encontraron decía que el coche no era de él. Son unos cobardes, destruyeron una familia", sentenció.
Elena, la mamá del conductor del Honda, desmiente esa versión y asegura: "Mi hijo y su amigo se quedaron en el lugar del accidente esperando la llegada de la policía". Sea cual fuere la realidad, hay certezas que no cambiarán, como la muerte de Silvia Cabrera para cuatro hijos que hoy deben despedir a su mamá.