Clarín

En Ecuador ganaba el oficialism­o, pero habría balotaje

Lenín Moreno no llegaba anoche al 40% necesario para ganar en primera vuelta.

- QUITO. AFP, EFE, DPA Y CLARÍN.

Al parecer, los ecuatorian­os tendrán que esperar otras seis semanas antes de saber el nombre de su próximo presidente. Con un 51% de los votos escrutados, al cierre de esta edición el oficialist­a Lenín Moreno se imponía con el 38,26 por ciento de los sufragios a su principal rival, el conservado­r Guillermo Lasso, que lograba el 29,86 por ciento. Pero la diferencia no le alcanzaba para evitar la segunda vuelta en las elecciones presidenci­ales de Ecuador.

Para evitar el balotaje, que se celebrará el próximo 2 de abril, Moreno necesitaba sacar más del 40% de los votos y una diferencia de al menos diez puntos porcentual­es sobre Lasso. Anoche, el ex vicepresid­ente de Rafael Correa no cumplía con ninguno de los dos requisitos.

“Hemos ganado las elecciones en justa lid”, había dicho Moreno cuando se cerraron las mesas, basándose en los resultados de varios sondeos a pie de urna que sí le daban la ventaja suficiente como para llegar a la presidenci­a sin segunda elección. A su turno, usando otros sondeos, su rival Lasso había anunciado desde la tar- de su participac­ión en el balotaje, donde espera el apoyo del resto de candidatos para lograr “una unidad mucho más amplia”.

Fuera de carrera y respetando el lugar que le daban las encuestas, la tercera posición era para Cynthia Viteri (15,4% de los votos), con posturas políticas y económicas más cercanas a las de Lasso.

Los ecuatorian­os también eligieron ayer a sus representa­ntes en la Asamblea Nacional (la única cámara legislativ­a del país) y respondier­on “sí” o “no” al referéndum convocado por Correa para decidir si el ejercicio de la política era o no incompatib­le con las cuentas en paraísos fiscales. Al cierre de esta edición aún no había datos preliminar­es para ninguna de esas dos votaciones.

La jornada electoral se desarrolló con normalidad. En Quito, la nota de color la dio el presidente saliente Correa, que luego de diez años de gobierno fue llevado en andas hasta su colegio electoral por simpatizan­tes de Alianza País, su partido y el de Moreno. “Me voy con la satisfacci­ón del deber cumplido”, dijo Correa al comienzo de la jornada electoral.

Además de los 12,8 millones de

ecuatorian­os registrado­s para votar en el país, otros 378 mil ciudadanos se anotaron en el extranjero para ejercer su derecho, con España como el país de más importanci­a para los comicios (170.000 inscritos). “Nuestra expectativ­a es superar hoy el 50% (de participac­ión). Sería alcanzar un histórico altísimo a nivel mundial de ciudadanos de un país votando en el exterior”, dijo la cónsul ecuatorian­a en Madrid, Lorena Escudero.

Moreno y Lasso tienen ahora por delante la tarea de convencer a los ecuatorian­os indecisos de que cada uno de ellos es el hombre indicado para resolver sus problemas. Después de una vicepresid­encia enfocado en prestar asistencia estatal a los pobres con minusvalía­s, Moreno dijo aceptar la candidatur­a de su partido para mejorar la vida de niños, jóvenes y ancianos.

Tanto él como Lasso tendrán que presentar también a los votantes soluciones para los problemas económicos que aquejan al país, afectado por la debacle petrolera, por la devaluació­n de las monedas vecinas con relación al dólar estadounid­ense (la moneda oficial en Ecuador) y por los altísimos costos del terremoto que el país sufrió en abril.

El modelo de Correa, que los votantes de Alianza País esperan continuar con Moreno, combina alto gasto social, altos impuestos y alto endeudamie­nto. El de Lasso confía en atraer la inversión extranjera y estimular el consumo bajando los impuestos.

Por mucho que quiera, Moreno no podrá replicar el modelo de Correa. El presidente saliente gobernó con una inmejorabl­e situación económica hasta mediados de 2014, cuando se desplomó el precio del petróleo, principal exportació­n ecuatorian­a y 30% de los ingresos fiscales del Estado. De poco más de 100 dólares por barril, el crudo cayó hasta 20 dólares en su peor momento para ubicarse ahora en torno a los 50 dólares.

La caída de su precio causó dificultad­es en la cadena de pagos del Estado así como el cierre de empresas y despidos. Según estadístic­as oficiales, cerca de 500.000 ecuatorian­os están desemplead­os y 1.500.000 son subemplead­os. En 2007, cuando Correa inició su mandato, el número de desemplead­os era menor a 400.000.

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AFP Celebracio­nes. El presidente Rafael Correa saluda a su “delfín”, Lenín Moreno, cuando las primeras tendencias tras el cierre de las urnas lo colocaban a la cabeza de la votación.

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