“Fue a dar clase a pie, en colectivo, tren o lancha”
Recibida como Maestra Normal Nacional fue nombrada docente titular y premiada como
“mejor egresada” por ser el más alto promedio (9.52) de la Escuela Normal Mixta de Avellaneda. Desde 1954 fue durante 24 años maestra de grado titular en las
aulas. Después fue secretaria y directora de escuela.
Con la llegada de la democracia ganó por concurso el cargo de inspectora titular obteniendo la calificación 10 en la conferencia, siendo felicitada por toda la mesa examinadora.
Fue inspectora titular de Educación Primaria (Lanús Oeste, y también en los distritos de Berisso y Berazategui); inspectora Titular Jefa de Región ex VI (Tigre); coordinadora técnica; asesora docente, en la Dirección de Educación Primaria de la Dirección General de Escuelas y Cultura de la provincia de Buenos Aires (en La Plata).
Asimismo, participó en gran cantidad de cursos de formación docente, seminarios y simposios, como asistente y como panelista, siendo también jurado en numerosos concursos docentes.
Cursó estudios de Pedagogía en la UBA, pero no llegó a terminarlos porque se casó y tuvo hijos muy joven mientras continuaba trabajando como maestra. Crió cuatro hijos (tres egresados del Colegio Nacional Buenos Aires y una del Lenguas Vivas, de Palermo) y tuvo seis nietos. Ya jubilada creó junto a un numeroso grupo de jubiladas docentes un Centro de Jubiladas, que presidió durante varios años y organizó gran cantidad de actividades para las
docentes en edad de retiro. Fue una ardiente defensora de una educación pública gratuita, democrá
tica y de excelencia, no sólo en el ámbito educativo sino también en el gremial y el político. Estuvo 24 años al frente de las aulas y después, como inspectora, se caminó (literalmente) calle a calle, barrio a barrio, escuela a escuela, al sur y al norte, el caliente conurbano bonaerense, buscando siempre las mejores maestras, las mejores directoras, para la mejor educación de los alumnos. Iba ella, de a pie, a cada escuela. Participó en las luchas por salarios más dignos y por más y mejor formación docente. Y también en las luchas sociales y políticas por la libertad, la jus- ticia social y la democracia, en aquellos años de proscripciones, prohibiciones y persecuciones en que eso significaba grandes riesgos, compromiso y valentía.
Estuvo en las aulas, estuvo en las calles, y estuvo en las plazas cuando había que estar en las plazas. Siempre poniendo el cuerpo y la palabra. Tuvo grandes amigas y amigos de la escuela, de la docencia y de la vida que la acompañaron siempre y le dieron alegría, sabor y música a sus años y con los que compartió, junto a nuestra familia, tantos días, tantas charlas, tantos juegos, tantas tardes.
Ejerció 38 años la docencia en la provincia de Buenos Aires. Todos y cada uno de esos días se los viajó de a pie y en colectivo, en tren y hasta en lancha (a las escuelas del Delta, en el Tigre), con viajes de una o más horas de ida y otro tanto de vuelta. Era de aquellas personas que querían darle al país y a la educación pública, es decir, a los chicos, más y mejor de lo que ellos habían recibido. Así era y así vivía la vida y la educación pública. Con pasión, con amor y con compromiso. Con notables dotes de organizadora. Era pura actividad y dinamismo. Gran lectora, amaba esas hermosas historias que nos contaba Jorge Amado. Y era, además, mi mamá. Hebe María Perazzo: maestra. (28/08/1935 – 20/01/2017) Adiós. Y hasta siempre.