Clarín

Una duda inesperada

La FIFA estudia si lo sanciona por los insultos a un línea contra Chile. Hoy, Bolivia-Argentina, a las 17.

- LA PAZ, BOLIVIA. ENVIADO ESPECIAL Enrique Gastañaga egastanaga@clarin.com

Se impone una mirada realista: no se aguarda esta tarde una dulce puesta en escena de la Selección. El contexto tan particular, a 3.600 metros sobre el nivel del mar, esta vez la exime de cualquier exigencia estética. De to- das maneras, más allá de las dificultad­es extrafutbo­lísticas (y de la duda sobre la presencia de Messi, ver pá

gina43), tanto el entrenador como los futbolista­s enfrentan una linda oportunida­d ante Bolivia, no sólo para seguir avanzando hacia Rusia 2018, sino también para crecer como equipo. Es una chance ideal para que todos exhiban argumentos colectivos capaces de disimular las circunstan­cias adversas. El “ganar como sea” no alcanzó ante Chile. Quedó a la vista. Y tampoco debe ser avalado. El desafío para Argentina es mostrarse como un equipo con altura, a pesar de todo.

Sustentada por una estrategia especial para la ocasión, la obligación de la Selección es regalar respuestas serias, sobrias, astutas. Necesita Ar- gentina que Edgardo Bauza y sus jugadores contesten como correspond­e. Lejos del juego de ironías que el noble y querible Patón decidió jugar desde el triunfo vacío de fútbol ante Chile, una fórmula que dañó su imagen por la importanci­a que encierra su rol y que salpicó sin necesidad su credibilid­ad ante la opinión pública y ¿también ante sus propios futbolista­s? Todo justo cuando se viene el último partido bajo el mando de la Comisión Normalizad­ora que lo eligió. ¿Hasta dónde lo respaldará­n las nuevas autoridade­s? Aunque Claudio Tapia (el presidente de la AFA que ya se viene) aclaró que no lo moverá de su

cargo, es una exposición exagerada al extremo la del DT en este escenario tan singular. Una pena.

No es cuento. La altura afecta. Si hace de las suyas en cualquier visitante que viene aquí desde el llano ahogándolo en los primeros pasos, secándole la garganta y provocándo­le dolor de cabeza, sólo resta imaginar cuánto afecta a un futbolista en su máximo esfuerzo, aunque se trate de súper profesiona­les preparados para la ocasión. Hay una barrera geográfica que deberá superar la Selección, pero no vale como excusa. A no confundirs­e.

Tampoco puede ampararse la Selección en la catarata de bajas. Si los titulares en el llano flaquearon ante Brasil, dependiero­n de Messi contra Colombia y padecieron frente a Chile, ¿qué garantías podían entregar en la altura? Es el momento para que se impongan aquellos que sueñan con

la titularida­d. El plan escogido por Bauza (con

Messi) se lee como lógico. Con siete cambios, con la exclusión de Agüero más las bajas de Otamendi, Mercado, Mas, Biglia, Mascherano e Higuaín, diseñó un equipo opuesto al de los

cuatro fantástico­s que jugaron contra Chile, bajo una idea de protección, recaudos y contraataq­ue, en un esqueleto táctico que arrancará como un 4-4-1-2 pero que puede mutar en 4-5-1 (si Messi decide descansar por la derecha) o en 4-4-2 (si Leo se vuelca bien arriba).

Habrá una defensa con muchos centímetro­s para defender cada centro boliviano: Roncaglia, Musacchio, Funes Mori y Rojo. Habrá un mediocampo con la contención de Enzo Pérez, Guido Pizarro (viene de la altura mexicana) y Ever Banega, más el auxilio de Di María. Habrá un ataque apoyado justo en las explosione­s de

Fideo Di María (¿podrá repetir su producción de superhéroe de 2013?) y de Messi, esperando que pueda despegar alguna vez Enzo Pérez y que Pratto no quede aislado arriba. ¿Y por

qué no imaginar que el grito llegue luego de un córner o de un tiro libre, lastimando con los gigantes defensores o el mismo Pratto?

Todo esto, contando con Messi. Si la FIFA decide suspender al 10, Bauza deberá hacer un cambio inesperado, fuera de libreto.

Ilusionada y preparada con absoluta minuciosid­ad, Bolivia espera soñando con aplicarle un mazazo a Argentina. La intención de la selección de Mauricio Soria es clara: intensidad, circulació­n y continuida­d del juego. Por eso aquí todos piden que el árbitro colombiano Wilmar Roldán no corte el desarrollo a cada instante, algo que favorecerí­a a Messi y Cía.

Sabiendo que llegar a Rusia 2018 ya es imposible, la obsesión de Bolivia es generar un impacto ante la Selección. Por eso no llevó a Colombia a varios de sus jugadores principale­s: Diego Bejarano, Edwin Zenteno, Raúl Castro, Pablo Escobar, Alejandro Chumacero, Jhasmani Campos y Diego Wayar, la mayoría especialis­tas en altura del The Strongest, equipo de esta ciudad... en estas Eliminator­ias, de local, Bolivia perdió 3 (Uruguay, Colombia y Perú), empató 1 (Ecuador) y sólo ganó 2 (a Venezuela y Paraguay).

Es real que aquí Argentina padeció aquel corte de Cruz en la Era Passa

rella y aquel 1-6 con Maradona como DT. También es cierto que en otras expedicion­es al Hernando Siles se las ingenió para rescatar una sonrisa, como en la victoria de 2005 o en los empates de 2001 y 2013. Entonces, a pesar de todo, se puede.

 ?? FOTOBAIRES ?? La última práctica antes de viajar. Sonrisas, buen humor en un plantel que todavía no estaba enterado de la confusa situación que envolvía a su máxima figura.
FOTOBAIRES La última práctica antes de viajar. Sonrisas, buen humor en un plantel que todavía no estaba enterado de la confusa situación que envolvía a su máxima figura.
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