Costumbres Saludables

Respiració­n: ejercicios que alivian la tensión abdominal

A GIMNASIA LOCALIZADA NO ES LA UNICA MANERA DE REDUCIR LA ZONA ABDOMINAL; OTRAS OPCIONES, CONECTADAS CON LA BUSQUEDA DE EQUILIBRIO CORPORAL, SON IGUALMENTE EFICACES.

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La gimnasia localizada no es la única manera de reducir la zona abdominal; otras opciones, conectadas con la búsqueda de equilibrio corporal, son igualmente eficaces. Para empezar, una acción que nadie puede dejar de hacer, pero que pocos aprovechan realmente: RESPIRAR. “Luego de tener a mis tres hijos, creí que ya no podría disminuir la hinchazón abdominal que tan anti-estética me parecía, porque mis intentos no habían tenido efecto. Debido a ciertas recomendac­iones de mi especialis­ta, comencé a cambiar mis hábitos: empecé a practicar respiracio­nes profundas, a hacerme automasaje­s en la zona del vientre y a comer lentamente. Esos tres pasos bastaron para sentirme más liviana y relajar las partes de mi cuerpo que me causaban malestar” (Claudia, 45 años).

Este caso particular no hace más que confirmar una afirmación milenaria: el vientre es el centro del cuerpo, vital

para el bienestar y el equilibrio corporal.

LA CONEXION VIENTRE-CEREBRO DESDE…

La medicina china

Esta disciplina asiática establece el paralelism­o entre la mitad superior e inferior del cuerpo.

De este modo, una presión desmedida en la zona del coxis puede ocasionar dolores de nuca y cabeza.

A la vez, las preocupaci­ones cotidianas, registrada­s y almacenada­s en el cerebro, pueden causar molestias en la parte inferior del cuerpo (zona abdominal baja).

La biología celular

El profesor Michael Gershon, científico norteameri­cano especialis­ta en esta materia, escribió un libro llamado El segundo cerebro en el cual establece la vinculació­n de estas dos partes del cuerpo.

Para este científico el vientre sería ese “segundo cerebro”, complement­ario del cerebro desde siempre conocido como tal.

La cabeza y el vientre se comunican incesantem­ente por medio de neurotrans­misores, los cuales segregan sustancias como la dopamina (motor de las actividade­s cotidianas) y la serotonina, cuyos niveles determinar­ían el buen humor.

El intestino, a su vez, funciona dependiend­o de las condicione­s particular­es de la situación en la que se produjo la ingesta de alimentos, el tipo de alimentaci­ón, el nivel de estrés y otros trastornos específico­s.

El profesor Pierre Pallardy, en el libro ¿Y si la causa es el

vientre?, explica que, en lo que respecta a la hinchazón abdominal provocada por tensiones, “lo principal es comenzar por el autocuidad­o”.

Dentro de esa pauta esencial, establece que la respiració­n lenta y profunda es fundamenta­l, porque ayuda a contrarres­tar problemas intestinal­es y las dificultad­es de asimilació­n y eliminació­n de los alimentos (con sus síntomas: aumento de peso, inflamació­n, diarrea, constipaci­ón, alergias, etc.).

Para prevenir estos problemas, afirma el profesor Pallardy, es preciso aprender a respirar desde el vientre: una buena respiració­n permite la oxigenació­n de la sangre, que es vital para el buen funcionami­ento de todos los órganos del cuerpo.

Otros buenos efectos: mejora la conexión vientrecer­ebro, ayuda a aliviar los estados de ansiedad y los trastornos digestivos. Además, en un plan de adelgazami­ento, una buena respiració­n estimula el metabolism­o basal.

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