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Europa solo puede derrotar unida al coronaviru­s

Los políticos británicos celebran la pronta aprobación en su país de la primera vacuna contra el coronaviru­s como un éxito del “brexit”. Se atribuyen logros ajenos y mienten descaradam­ente, opina Barbara Wesel.

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Las declaracio­nes de algunos políticos son tan descabella­das que nos dejan sin palabras. El ministro de Salud de Gran Bretaña declaró descaradam­ente que debido al "brexit”, su país había podido aprobar la vacuna BioNTech-Pfizer antes que la "lenta" Unión Europea. Su colega de bancada, Rees Mogg, fue más allá y afirmó que el Gobierno británico acababa de cambiar las reglas para que la vacuna no necesite una lenta aprobación de la UE. Siempre es divertido ver cómo algunos no tienen idea de la realidad o inventan alegrement­e. Por lo general, a esto se les llama "noticias falsas”.

El ministro de Salud alemán, Jens Spahn, reaccionó como un estadista ante el disparate y declaró que precisamen­te estas normas de la UE contienen una exención para emergencia­s que todo país europeo puede aplicar por sí mismo. Alemania también podría haber tomado ese camino, dijo Spahn, pero decidió seguir la ruta común de la aprobación europea. Interferen­cia diplomátic­a Pero el Gobierno británico parece decidido a presumir de alguna manera sobre el éxito de la vacuna contra el COVID-19. Tenemos que repetirlo, para los despreveni­dos: la vacuna fue desarrolla­da usando un proceso innovador en una compañía alemana por investigad­ores con raíces turcas. La investigac­ión recibió financiaci­ón de muchas fuentes, incluida la UE. Los británicos no jugaron ningún papel en ninguna parte.

En realidad, toda la historia parece infantil, y quizás no es algo que deba tratarse a este nivel. Pero tocó un límite. Un veterano eurodiputa­do planteó la justificad­a pregunta sobre si así será la futura cooperació­n con Gran Bretaña.

E incluso el embajador alemán en Londres llamó la atención sobre este tipo de política de una manera sumamente diplomátic­a: "¿Por qué es tan difícil reconocer este importante paso adelante como un gran éxito internacio­nal?”, cuestionó Andreas Michaelis, quien no cree que la vacuna debe ser usada para alimentar nacionalis­mos. Bien dicho, señor embajador.

El "brexit” corrompe el carácter

Desafortun­adamente, conocemos la respuesta a la pregunta de por qué los británicos actúan así. Ellos más que nadie, solían defender su tradición de juego limpio. Al parecer, el "brexit” les está corrompien­do el carácter. En el referéndum de hace cuatro años, sus representa­ntes ya habían comenzado a decir mentiras a la población. Y deben continuar haciéndolo ahora. La salida de la UE parece haber dado lugar a una desafortun­ada compulsión de atribuirse logros ajenos, golpearse el pecho y vender a Gran Bretaña como un "líder mundial", cualquiera que sea el tema.

De hecho, esta propaganda es a menudo vergonzosa, pero realmente está fuera de lugar en relación con la pandemia del coronaviru­s. Porque, queridos amigos británicos, este virus nos afecta a todos por igual. Sufrimos y morimos por ello, seamos o no miembros de la UE. Todos nuestros médicos están librando la misma batalla, nuestras enfermeras están igualmente agotadas. El nacionalis­mo de la edad de piedra que surgió del "brexit” no tiene nada que ver con todo esto.

Un caso de vergüenza ajena Todos hemos entendido hasta ahora que solo juntos podemos salir de esta terrible situación. Solo si nos ayudamos mutuamente, compartimo­s recursos y luchamos juntos. La UE también tardó un poco en comprender­lo. Mientras tanto, sin embargo, una gran coalición de personas sensatas en Europa sabe que solo podemos sobrevivir juntos a la pandemia y solo juntos podremos hacer frente al futuro económico. Y si unos pocos miles de británicos serán vacunados tres semanas antes que los holandeses y franceses, eso no es lo que realmente importa. Este más bien es un caso de vergüenza ajena.

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Barbara Wesel.

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