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La OPEP y sus aliados abren reunión para negociar recortes de producción
Los países miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep) y sus aliados iniciaron una reunión ministerial sobre eventuales recortes a la producción de crudo.
Los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep) y sus aliados abrieron este jueves (3.12.2020) una reunión ministerial a puertas cerradas para debatir sobre la situación del mercado y eventuales recortes a la producción.
La conferencia ministerial de la OPEP+, en la que participan entre otros México y Rusia, se celebra mediante videoconferencia, después de tres días de conversaciones informales entre los miembros del cartel.
La reunión fue aplazada dos días, y este jueves empezó con dos horas de retraso, señal de divergencias internas.
Los observadores consideran que el cartel y sus aliados podrían mantener sus restricciones de producción un mes más, para luego ir suavizándolas progresivamente entre febrero y mayo.
Eso evitaría inundar el mercado de forma brutal, de extinguirse el acuerdo actual, que vence el 1 de enero.
Globalmente, los trece miembros de la OPEP y sus aliados se pusieron de acuerdo en abril para recortar su producción en 7,7 millones de barriles diarios. El 1 de enero los productores debían teóricamente permitir que se redujera esa cifra en dos millones de barriles diarios.
La negociación de ese recorte fue muy laboriosa, pero permitió frenar la caída de los precios en plena crisis del coronavirus, que ha dejado a sectores como la aviación totalmente en seco.
La prolongación de la crisis lleva a la mayoría de productores, como el ministro saudita y jefe del cartel, Abdel Aziz ben Salman, a abogar por una prolongación del acuerdo.
CP (afp, efe)
alrededor de 1,5 millones de personas.
No obstante, "por primera vez desde que comenzó la pandemia, hay ahora esperanza para un futuro mejor. El progreso de vacunas y tratamientos ha elevado las expectativas y la incertidumbre ha retrocedido", explicó el economista jefe de la OCDE, Laurence Boone.
En las últimas semanas, se ha anunciado que tres vacunas contra el COVID-19 han sido evaluadas como seguras y efectivas en sus ensayos clínicos. Entre ellas se incluye la desarrollada por AstraZeneca y la Universidad de Oxford, que hasta ahora ha despertado el mayor interés de gobiernos y organizaciones de todo el mundo.
La OCDE ha advertido que la recuperación será desigual entre países. Aquellos con sistemas efectivos de testeo, seguimiento y aislamiento, y donde las vacunas se implementen más rápidamente, p ro b a b l e m e n t e tendrán un desempeño relativamente bueno. Pero se prevé que la producción en muchos otros países se mantenga alrededor de un 5% por debajo de las expectativas previas a la crisis.
Además, se espera que las consecuencias económicas golpeen de manera desproporcionada y -en la mayoría de los casos- duradera a los más vulnerables. Las empresas y empresarios más pequeños tienen más probabilidades de quebrar. Y se prevé que la adopción sin precedentes de tecnologías digitales por personas a las que se les pide trabajar desde casa, así como por escuelas y universidades que dictan sus clases en línea durante períodos de confinamiento, hará retroceder en años a niños y jóvenes de entornos menos acomodados.
Así que "a pesar de fuertes políticas de amortiguación, e incluso en un escenario alcista, la pandemia dañará el tejido socioeconómico de países de todo el mundo", reconoció Boone.
Hasta ahora, la recuperación mundial ha sido respaldada por billones de dólares inyectados por gobiernos y bancos centrales. La OCDE ha enfatizado que los grifos de dinero deben mantenerse abiertos, a pesar de los avances en vacunas.
Los gobiernos deben seguir invirtiendo en medidas de salud pública para limitar el impacto de los nuevos brotes del virus, y seguir apoyando a empresas y empleos para garantizar una recuperación más rápida cuando se levanten las restricciones, según el informe.
El reporte también llega a la conclusión de que mayores estímulos fiscales no siempre se han traducido hasta ahora en un mejor desempeño económico, lo que sugiere que no todas las medidas se han utilizado "sabiamente". El apoyo monetario y fiscal debe canalizarse hacia un mejor y más sólido crecimiento económico, dando prioridad a las inversiones en educación, salud, infraestructura física y digital, recomendó Boone.
Lamentablemente, se espera que la pandemia empuje a entre 88 y 115 millones de personas a la pobreza extrema, definida este año por el Banco Mundial como vivir con menos de 1,90 dólares (1,60 euros) al día. Los gobiernos deberían dar prioridad a revertir esta tendencia y superar la desigualdad de ingresos, añadió Boone.
La OCDE ha pedido una mayor cooperación entre los países en la lucha contra el coronavirus, incluyendo asuntos como la distribución de vacunas y la extensión del alivio de la deuda a los países más pobres.
"La pandemia es la primera crisis totalmente global desde la Segunda Guerra Mundial. Ha sido enfrentada con masivas respuestas nacionales, pero también con fronteras cerradas y poca cooperación", dijo Boone. Y advirtió que "el proteccionismo y el cierre de fronteras no son la respuesta".
(rml/ers)
poco a poco el nivel de precios.
A la reunión ministerial de los 13 países miembro de la OPEP, que se desarrolla por videoconferencia, se le unirán el martes los diez países asociados conocidos como OPEP+, entre los
que destaca Rusia.