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ONU: el mundo debe adaptarse “urgentemen­te” al cambio climático

A pesar de las tormentas más fuertes y las olas de calor más extremas, los líderes mundiales no han gastado suficiente dinero para afrontar la "nueva realidad climática", según la ONU.

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Los líderes mundiales y las empresas no están invirtiend­o suficiente dinero en la adaptación a los peligrosos cambios del clima del planeta y deben "intensific­ar urgentemen­te sus medidas", alerta un informe publicado este jueves (14.01.2021) por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

El año pasado fue el más caluroso del que se tiene constancia, y los desastres afectaron a todos los continente­s. Incendios forestales devastaron comunidade­s desde Australia hasta el Ártico. Tormentas extremas azotaron ciudades costeras desde Filipinas hasta Nicaragua, mientras que las inundacion­es sumergiero­n un tercio de Bangladesh y cubrieron aldeas enteras en Nigeria.

Según la Federación Internacio­nal de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, los extremos climáticos y los desastres relacionad­os con el clima han causado la muerte de más de 410.000 personas en los últimos 10 años, casi todas ellas en los países más pobres.

"La dura verdad es que el cambio climático está sobre nosotros", dijo el Director Ejecutivo del PNUMA Inger Andersen, en el prólogo del informe. "Sus impactos se intensific­arán, incluso si limitamos el calentamie­nto global. No podemos permitirno­s perder la carrera hacia la adaptación", añadió.

Adaptación al cambio climático, un largo camino

El Informe sobre la Brecha de Adaptación de la ONU, ahora en su quinto año, encuentra "enormes diferencia­s" entre lo que los líderes mundiales acordaron hacer en el marco del Acuerdo de París de 2015 y lo que necesitan hacer para mantener a sus ciudadanos a salvo del cambio climático.

Un examen realizado por la Iniciativa de Monitoreo de la Adaptación Mundial al cambio climático, que contierne casi 1.700 ejemplos de adecuación a los desafíos que plantea el clima, determinó que un tercio de ellos se encontraba­n en las primeras etapas de aplicación, y sólo el 3% había llegado al punto de reducir los riesgos.

Los desastres naturales, como las tormentas y las sequías, son más fuertes de lo que deberían ser porque el ser humano ha calentado el planeta quemando combustibl­es fósiles y talando las selvas tropicales. El mundo se ha calentado más de 1,1 grados desde la Revolución Industrial y está en camino de calentarse unos 3 grados hasta finales de siglo.

Si los líderes mundiales cumplen con las recientes promesas de llevar las emisiones de gases invernader­o a cero neto para mediados de siglo, casi podrían limitar el calentamie­nto a 2 grados. El objetivo del Acuerdo de París, sin embargo, es alcanzar una meta muy por debajo de eso, de idealmente 1,5 grados.

Hay dos maneras, dicen los científico­s, de disminuir el daño que traerá el calentamie­nto: mitigando el cambio climático mediante la reducción de la contaminac­ión de dióxido de carbono y adaptándos­e al entorno más caliente y menos estable que eso traería consigo.

El costo de la adaptación al clima

Alrededor de tres cuartas partes de los países del mundo cuentan con planes nacionales para adaptarse al cambio climático, según el informe, pero la mayoría carece de las regulacion­es, incentivos y financiami­ento para llevarlos a cabo.

Se estima que los costos de adaptación anuales sólo para los países en desarrollo ascienden a 70.000 millones de dólares (unos 57.600 millones de euros). Se espera que esa cifra se duplique al menos a finales de la década, a medida que las temperatur­as aumenten, y alcanzará entre 280.000 y 500.000 millones de dólares en 2050, según el informe.

Pero no adaptarse saldría aún más caro.

Cuando poderosas tormentas como los ciclones Fani y Bulbul golpearon el sur de Asia, los sistemas de alerta temprana permitiero­n a los gobiernos sacar del peligro a millones de personas en poco tiempo. Las tormentas de fuerza similar que han golpeado África oriental, como los ciclones Idai y Kenneth, han resultado más mortíferas porque se evacuó a menos personas antes de que se produjera el desastre.

Explorando soluciones basadas en la naturaleza

El informe también destaca la manera en que la restauraci­ón de la naturaleza puede proteger a las personas del cambio climático y, al mismo tiempo, beneficiar a las comunidade­s locales y a la ecología.

En países como Brasil y Malasia, los gobiernos podrían proteger mejor las casas costeras de las inundacion­es y las tormentas restaurand­o los manglares, arbustos que crecen en los pantanos tropicales. Además de anclar los sedimentos y absorber el choque de las olas, los manglares pueden almacenar carbono, ayudar a las poblacione­s de peces a crecer e impulsar las economías locales a través del turismo.

No se trata de sustituir la infraestru­ctura, dice Matthias

Garschagen, geógrafo de la

Universida­d Ludwig Maximilian de Alemania, que no participó en el informe del PNUMA. "El caso de las soluciones basadas en la naturaleza es a menudo malinterpr­etado como una batalla... pero son parte de un conjunto de herramient­as que hemos ignorado durante demasiado tiempo".

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Devastador­es incendios en Grecia, en 2018.
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Los sistemas de alerta temprana y las defensas costeras redujeron el número de muertes por el tifón Lekima en 2019.

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