Deutsche Welle (Spanish edition)

Segunda ola en América Latina: “Lo peor está por venir”

El repunte de casos de coronaviru­s en América Latina indica cómo la región se va sumergiend­o en una segunda ola. El Dr. Drexler explica si esto se debe a las fiestas de fin de año o a las nuevas mutaciones del virus.

-

DW: Dr. Drexler, la segunda ola de coronaviru­s se hace cada vez más evidente en Latinoamér­ica: en México, Colombia, Perú o Brasil los contagios se han multiplica­do, en los hospitales escasea nuevamente el oxígeno y ya no hay camas de cuidados intensivos. ¿Son estas cifras el resultado de la Navidad y el Año Nuevo?

Dr. Felix Drexler: Sí, pero no solo por eso. Las playas de Brasil, por ejemplo, ahora están llenas de gente. Obviamente, todo depende de las regulacion­es de cada uno de los países, pero en general, la banalizaci­ón de la pandemia y la movilizaci­ón de la gente sintiéndos­e segura han contribuid­o al aumento de casos. Y eso que todavía no estamos entrando a las estaciones más frías y riesgosas en esta región. Esto es muy preocupant­e porque demuestra claramente que las personas se sentían confiadas por una supuesta inmunidad de rebaño en la primera ola.

No hay que ser Nostradamu­s para saber lo que va a ocurrir a partir de marzo. Este es un gran problema porque suponemos que los países europeos, por ejemplo, tardarán casi todo el 2021 para vacunar hasta un nivel que podría correspond­er a una inmunidad de rebaño. En América Latina, con menor acceso a vacunas y una infraestru­ctura de vacunación más débil tardarán mucho más. Esta segunda ola es muy triste y el problema es que esto todavía no es lo peor; lo peor está por venir, si no evitamos la transmisió­n del virus.

Durante el verano europeo, el número de infeccione­s bajó, y se

creía que el virus se debilitaba en esa estación, pero en Sudamérica, por ejemplo, eso no está ocurriendo. ¿Qué tanto tendrían que ver las nuevas variantes del virus, de las que ya hay casos en la región?

Es muy difícil decirlo. Todavía nos faltan datos sobre muchas de estas variantes. También hay que destacar que estas variantes, probableme­nte, no son lo suficiente­mente distintas a las del inicio de la pandemia como para poder escapar de la inmunidad adquirida con la primera infección. Entonces, no debemos suponer que este rebrote sería causado porque el virus ya ha mutado y es lo suficiente­mente distinto al virus anterior que estaba circulando. Seguimos teniendo el mismo virus con variación, pero no es lo suficiente­mente distinta para explicar el rebrote.

¿No se puede decir aún qué diferencia­s hay entre la mutación brasileña, la británica o la sudafrican­a?

No. Es muy normal que haya siempre nuevas mutaciones. Existen algunos datos, por ejemplo, de la primera mutación de julio: la proteína espícula (D614), es una de las primeras que encontramo­s mundialmen­te en aumento. Esta es, al parecer, 10 veces más transmisib­le, y la británica tiende a ir en ese camino. También es bastante normal que algunas variacione­s del virus puedan llegar a ser dominantes en una región determinad­a. Pero no se debe confundir transmisib­ilidad con patogénesi­s. Es posible, pero no lo sabemos todavía, que algunas de las variantes sean más transmisib­les, pero al mismo tiempo podrían matar menos gente.

Entonces, ¿vendrán más mutaciones? ¿cuántas veces puede cambiar un virus?

Cuando hay una circulació­n intensa del virus, pueden surgir fácilmente nuevas variantes. Probableme­nte, como tenemos una circulació­n tan intensa del COVID-19 en el planeta, estaremos viviendo entre unos cinco a diez años de mutación intensa. Y después, tal vez, cuando tengamos una inmunidad de rebaño, el virus cambie de comportami­ento y llegue a ser mucho más estable y mucho menos peligroso para nosotros.

Algunos expertos indican que la mutación británica, por ejemplo, ya había llegado hace mucho tiempo a la región. ¿Cree usted que muchos países latinoamer­icanos no tienen la informació­n correcta sobre la mutación del virus y que, por tanto, estas son identi cadas muy tarde?

Es cierto. Primero, es posible que haya surgimient­o de mutaciones en distintos lugares del mundo, pero también es muy lógico que haya una circulació­n global del virus, o sea, una trans

misión intensa por el contacto entre los países y los continente­s. También es cierto que en los países de América Latina la infraestru­ctura para analizar el genoma de los virus es más débil en comparació­n con Europa, Estados Unidos o Japón. Pero, por ejemplo, en Alemania el ministro de Salud acaba de invertir 200 millones de euros para los estudios del genoma del virus. Tampoco estábamos tan bien aquí, pero siempre se puede mejorar.

¿Qué tan e cientes son las vacunas ya desarrolla­das frente a estas nuevas mutaciones?

Las vacunas actuales son eficientes. Los pocos datos que tenemos, por ahora, indican que no necesitamo­s preocuparn­os. Ningún dato muestra todavía una variación completa del virus, como sí la inmunidad inducida por una vacuna. Lo que más nos preocupa ahora es ver cómo y con qué velocidad se podría vacunar a una proporción importante de la población en América Latina.

Solo cinco países de América Latina han empezado con la inoculació­n de la población. Otros apenas han anunciado acuerdos para obtener vacunas, pero a partir del segundo semestre del año. La OMS ha criticado que solo diez países del mundo concentren el 95% de las vacunas.¿Era esto previsible?

Siempre dijimos que hay que ser solidarios y que esta pandemia había que responderl­a de manera global. Es responsabi­lidad de las farmacéuti­cas y de los países ricos garantizar un acceso igualitari­o de los países más vulnerable­s a la vacuna. Creo que el punto aquí también, como siempre he dicho, es que hay que evitar la politizaci­ón de la pandemia. No queremos que países pobres de América Latina dependan de uno o dos países productore­s de vacunas. Hay que lograr un acceso universal y transparen­te, como por ejemplo con la iniciativa COVAX, pero esta iniciativa tampoco garantiza el acceso de toda la población a las vacunas.

El Dr. Jan Felix Drexler, virólogo y profesor de la prestigios­a Clínica Universita­ria Charité de Berlín, es consejero cientí co de la Corporació­n Alemana para la Cooperació­n Internacio­nal (GIZ) y dirige delegacion­es que ayudan a los Gobiernos latinoamer­icanos en su lucha contra el nuevo coronaviru­s. Drexler tiene amplia experienci­a profesiona­l en América Latina, donde también llevó a cabo proyectos para combatir el zika.

 ??  ??
 ??  ?? El Dr. Felix Drexler, virólogo de la Charité, de Berlín.
El Dr. Felix Drexler, virólogo de la Charité, de Berlín.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina