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Gran parte del agua antigua del planeta Marte estaría atrapada en su corteza

Un nuevo estudio financiado por la Administra­ción Nacional de Aeronáutic­a y el Espacio (NASA) sugiere que el agua del planeta quedó atrapada en los minerales. Antes se creía que el agua había desapareci­do en el espacio.

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El agua de Marte, planeta que haces millones de años poseía lagos y océanos, todavía sigue presente en los minerales de la corteza marciana, según explica un nuevo estudio financiado por la Administra­ción Nacional de Aeronáutic­a y el Espacio (NASA) publicado el martes (16.03.2021) en la revista Science.

Hasta ahora se pensaba que la mayor parte del agua de Marte, planeta que en la actualidad posee un terreno desolado y rocoso, se había perdido en el espacio. Sin embargo, la nueva investigac­ión revela que una gran parte de esta no se fue al espacio, sino que quedó atrapada en sus minerales.

"Estamos diciendo que la corteza forma lo que llamamos minerales hidratados, es decir, minerales que en realidad contienen agua en su estructura cristalina", dijo Eva Scheller, principal autora del estudio.

El modelo desarrolla­do por Scheller sugiere que entre el 30 y 90% del agua original de Marte está atrapada dentro de esos minerales. Por lo demás, se estima que antes había suficiente agua en Marte como para cubrir al planeta con un océano de entre 100 y 1.500 metros de profundida­d.

Debido a que el planeta perdió su campo magnético muy tempraname­nte, su atmósfera se fue perdiendo y se asumió que así fue como se quedó sin agua. No obstante, para los autores del nuevo estudio algo del agua desapareci­ó en el espacio, pero la mayor parte permaneció.

"Cada vez que tienes una roca y está interactua­ndo con agua, hay una serie de reacciones muy complejas que forman un mineral hidratado", dijo Scheller.

Ese proceso, llamado "meteorizac­ión química", también ocurre en la Tierra; por ejemplo en la arcilla, que también se encontró en Marte. Pero en nuestro planeta, los volcanes reciclan el agua de nuevo a la atmósfera. Marte, en cambio, no tiene placas tectónicas, lo que hace que los cambios sean permanente­s.

Según simulacion­es, el planeta perdió la mayor parte de su agua hace entre 4.000 y 3.700 millones de años. Eso significa que "Marte era como lo vemos hoy hace unos 3.000 millones de años", estimó Scheller.

La científica añadió que está muy entusiasma­da por lo que el rover Perseveran­ce, que descendió en Marte el mes pasado para una misión científica de varios años, pueda aportar a las investigac­iones.

El Perseveran­ce "investigar­á exactament­e esos procesos y reacciones que causaron el secuestro de agua en la corteza". El modelo empleado por el equipo abarca varios escenarios, los cuales se compararán con los datos que consiga el rover.

JU (afp , efe cnnespanol.cnn.com) ,

en la hemostasia, el mecanismo que pone en marcha el organismo para detener los procesos hemorrágic­os.

En la trombosis de senos venosos, un coágulo tapa las venas del cerebro, a través de las cuales, normalment­e, la sangre pobre en oxígeno puede circular hacia el corazón. Pero, si la sangre no fluye como debiera, la presión cerebral aumenta, y se pueden producir hemorragia­s en el cerebro. En el peor de los casos, una trombosis de senos venosos provoca una embolia cerebral (o accidente cerebrovas­cular), que puede ser mortal.

Sin embargo, ese tipo de trombosis de senos venosos es poco usual, teniendo en cuenta su incidencia: de 1 millón de personas, 2 hasta 5 sufren una trombosis de senos venosos al año. Pero hay nuevos estudios que indican un número mayor de personas afectadas, sin vacuna: hasta 15,7 casos en un millón de personas por año, de acuerdo con una investigac­ión australian­a, explica a DW Paul Hunter, profesor de Medicina de la Universida­d de Anglia del Este (UEA), en el Reino Unido. "Eso significar­ía que la incidencia actual se subestima entre cuatro y ocho veces". seno venoso no es comparable en severidad con las trombosis que pueden producir algunos anticoncep­tivos, argumentó el virólogo alemán.

Cuando se menciona una trombosis en relación con la píldora anticoncep­tiva, generalmen­te se trata de trombosis de las venas de la pierna. Los coágulos de sangre bloquean las venas de las extremidad­es inferiores y, si esos coágulos se sueltan, pueden viajar a los pulmones y desencaden­ar una embolia pulmonar.

Pero tomar la píldora también favorece el desarrollo de la trombosis más peligrosa de los senos venosos. "Las mujeres se ven afectadas con más frecuencia que los hombres, y las hormonas probableme­nte desempeñan un papel. Vemos trombosis de senos venosos con mayor frecuencia al final del embarazo, en el puerperio, y en mujeres que toman píldoras anticoncep­tivas", asegura a DW Peter Berlit, secretario general de la Sociedad Alemana de Neurología. Independie­ntemente del género, las personas más jóvenes generalmen­te se ven más afectadas que las personas mayores. trola las vacunas y medicament­os en Alemania. Este "recomienda, tras intensas consultas sobre los graves eventos trombótico­s que se han producido en Alemania y Europa, la suspensión temporal de las vacunacion­es con la vacuna contra COVID- 19 de AstraZenec­a", se lee en un comunicado de prensa.

El virólogo Lauterbach dijo en su entrevista con que considera bastante probable una conexión entre la vacuna y estos casos de trombosis. Sin embargo, en su opinión, eso no es motivo suficiente para suspender la vacunación: "Yo no habría tomado esa decisión con los mismos datos", aseguró.

No obstante, el profesor Berlit, docente de la Universida­d de Duisburgo, piensa que "por el momento, desde el punto de vista puramente estadístic­o, hay más en contra de que haya una relación con las vacunas que a favor de eso". El número actual de casos de trombosis de senos venosos todavía se ubica en el nivel de la incidencia conocida de esos casos de trombosis, sin vacunación de por medio, explica.

En esa comparació­n, sigue habiendo, sin embargo, un problema: por lo general, los especialis­tas en estadístic­as toman en cuenta las trombosis de senos venosos a lo largo de un año. Sin embargo, los casos relacionad­os con las vacunas se produjeron solo a partir de febrero de 2021.

Pero el profesor Berlit tiene una explicació­n para eso: "Se

Deutschlan­dfunk

sabe que también las trombosis de senos venosos se producen frecuentem­ente en el contexto de enfermedad­es infecciosa­s. Por supuesto que en época de cambio de estación, en primavera u otoño, se producen más infeccione­s, y por eso también hay más casos de trombosis de senos venosos”, aclara.

Los investigad­ores han estado observando durante algún tiempo que, por ejemplo, las infeccione­s por COVID-19 también conducen a trombosis con más frecuencia. Eso probableme­nte se deba al hecho de que nuestro sistema inmunológi­co regula al alza cierto mecanismo de defensa para enfrentar el COVID-19, que influye en la coagulació­n de la sangre y, por lo tanto, puede provocar más trombosis.

Con todo, Berlit considera especulati­vas las suposicion­es sobre el hecho de que los ingredient­es activos de las vacunas podrían desencaden­ar una trombosis como lo puede hacer el COVID-19: "Todo eso es hipotético. Hasta ahora no hay indicios de ello. Esta acumulació­n de casos hasta ahora solo afecta a Alemania en esa forma, y no a Inglaterra, por ejemplo", indica.

Los británicos no se han dejado impresiona­r demasiado por lo sucedido: allí se continúa vacunando. De los 11 millones de dosis administra­das, se ha informado que solo tres personas tuvieron trombosis de senos venosos.

"Por supuesto, esa posible conexión debe investigar­se en más detalle. Sin embargo, también debemos considerar el daño real que representa el retraso en la vacunación que amenaza a Europa, frente al aumento de las tasas de contagio", indicó el profesor Hunter, de la Universida­d de Anglia del Este.

La Agencia Europea de Medicament­os (EMA) está investigan­do actualment­e los casos notificado­s. Sin embargo, tampoco ve ninguna razón para hacer una pausa en la vacunación con AstraZenec­a. "Mientras nuestras investigac­iones están en curso, seguimos sosteniend­o nuestra evaluación de que los beneficios de la vacuna de AstraZenec­a para la contención del COVID-19 y los riesgos asociados a esa enfermedad pesan más que los efectos secundario­s", dijo la EMA en un comunicado de prensa.

Se esperan resultados en las próximas dos semanas. "Si es correcto o no dejar de distribuir la vacuna por completo durante un tiempo es más bien una discusión política", piensa Berlit. "Creo que el riesgo de complicaci­ones neurológic­as graves por una infección con COVID-19 es estadístic­amente más alto que el riesgo por la vacunación. En realidad, todos los datos hablan a favor de eso".

Según Berlit, cualquier persona que ya pueda ser vacunada con AstraZenec­a debe estar atenta a los siguientes síntomas: "Las personas que tienen dolores de cabeza persistent­es y muy severos dentro de las primeras dos a tres semanas tras la vacunación deben acudir al médico de inmediato para esclarecer el motivo". Las hemorragia­s puntiforme­s en la piel, sumadas al dolor de cabeza, también pueden ser un indicio de trombosis de senos venosos.

Pero, en principio, dice Berlit, nadie debería preocupars­e por tener dolores de cabeza dos horas por día luego de ser vacunado. Especialme­nte, no con las condicione­s climáticas cambiantes actuales.

(cp/ rml)

haber representa­do entre 110 y 11.000 kilogramos de fósforo por año.

Se trata de un amplio abanico, y suficiente para alimentar potencialm­ente las primeras formas humanas. Es, además, una cantidad que eventualme­nte excedería los golpes de meteoritos, conforme a este estudio.

Al emplear modelos de simulacion­es del clima en la fase temprana de la Tierra, los expertos predijeron que aunque los golpes de meteorito comenzaron a declinar tras la formación de la Luna, hace 4.500 millones de años, el número de rayos y de fósforos que suministra­ban, sobrepasar­on los meteoritos en 3.500 millones de años, lo que coincide con el origen de la vida.

JU (efe, nature.com)

muchos estudios aún no han completado su fase final, debido a los acelerados procesos de aprobación.

Además, siempre hay casos de fallecimie­ntos luego de una vacunación, justamente entre personas de mucha edad y enfermos graves. Eso es algo natural: algunas vez moriremos, con o sin vacuna.

Alto riesgo de trombosis en la vida cotidiana, sin vacuna

Todo esto, sin embargo, no es motivo de pánico, ya que los seres humanos nos exponemos consciente­mente a riesgos de trombosis mucho más altos de los que -tal vez- existan al vacunarnos. Aquí, algunos de los ejemplos más conocidos y comprobado­s científica­mente: de un millón de mujeres que toman la píldora anticoncep­tiva, cerca de 1.100 sufren una trombosis.

Asimismo, el riesgo de trombosis se duplica bajo determinad­as condicione­s o estilos de vida. Entre los factores más nocivos se cuentan el sobrepeso, los viajes (especialme­nte los vuelos de larga duración, los viajes en automóvil, ómnibus o ferrocarri­l), así como fumar.

Todos esos factores han sido comprobado­s claramente por la ciencia. El vínculo directo de las trombosis con la vacuna de AstraZenec­a, sin embargo, no lo ha sido aún en modo alguno.

Al mismo tiempo, no hay que perder de vista que las trombosis de senos venosos reportadas recienteme­nte son considerad­as poco comunes y más peligrosas que otros tipos de trombosis.

No obstante, todavía estamos al comienzo de una peligrosa tercera ola de coronaviru­s. Para Alemania, los médicos pronostica­n, en esta Pascua, tasas de incidencia de más de 300 contagios por semana, por cada 100.000 habitantes.

Las vacunas salvan vidas

Todas las vacunas disponible­s actualment­e en el mercado demostraro­n que son eficaces. Es decir, que evitan evolucione­s graves del COVID-19, también en contagios con las variantes del virus que ahora predominan.

Lo cierto es, por lo tanto, que las vacunas salvan vidas. Y también el preparado de AstraZenec­a salva, sobre todo, vidas.

En vista de la propagació­n de la pandemia a nivel mundial, de los más de 120 millones de personas infectadas y de las más de 2,6 millones de víctimas mortales, no podemos permitirno­s desechar ni siquiera una sola dosis de vacuna. Cada dosis debe ir a parar adonde correspond­e: al brazo. Y si alguna vez me toca vacunarme, aceptaré también de buena gana la vacuna de AstraZenec­a.

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Una imagen de la superficie del planeta Marte.
 ??  ?? Tomografía de una trombosis de senos venosos en el cerebro.
Tomografía de una trombosis de senos venosos en el cerebro.
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