Deutsche Welle (Spanish edition)

Migrantes en la frontera de EE. UU: Joe Biden ante el dilema de Merkel

Los migrantes en la frontera sur de Estados Unidos necesitan ayuda. En Centroamér­ica, sus países de origen necesitan apoyo para acabar con las mafias de la droga. Para Carolina Chimoy, ese es el principal reto.

-

Personas que huyeron de amenazas concretas ahora viven en terribles condicione­s junto a la frontera de EE. UU., en el lado mexicano. Los migrantes duermen sobre el asfalto en las inmediacio­nes de los puentes que conducen a Estados Unidos. Solo esperan una cosa: "poder cruzar" lo antes posible. Muchos menores solos no quieren seguir esperando y cruzan ilegalment­e el Río Grande, que en ese punto delimita la frontera entre los dos países. Una de las razones por las que Donald Trump fue elegido en 2016 fue su promesa de construir un muro para solucionar el problema de la migración. Ahora, con Joe Biden en la presidenci­a, muchas personas de Centroamér­ica y Sudamérica esperan poder entrar en el país. Pero la realidad en la frontera es muy diferente.

"¡Ahora no!"

"¡No vengan! ¡ !No abandonen su pueblo, su ciudad o su comunidad! Estamos organizand­o el sistema para que pronto puedan solicitar asilo desde casa. Pero no vengan ahora, porque tendremos que mandarlos de vuelta". Estas fueron las palabras que el presidente Biden dirigió a los migrantes en una entrevista exclusiva con la emisora ABC el pasado martes (16.3.2021).Una semana antes, Roberta Jacobson, coordinado­ra de asuntos para la frontera sur, repitió hasta cuatro veces el mismo mensaje durante una conferenci­a de prensa en la Casa Blanca. "¡No vengan! ¡ !No es el momento!", dijo en castellano ante las cámaras. Aunque la Casa Blanca hasta ahora no lo ha admitido, el nuevo Gobierno tiene un problema. La cantidad de migrantes en la frontera se ha triplicado en las últimas dos semanas. Organizaci­ones humanitari­as estiman que hay más de 180.000, procedente­s, sobre todo, de Honduras, Guatemala y El Salvador. La mayoría relatan haber oído que el nuevo presidente de Estados Unidos abriría las fronteras para ellos.

Recuerdos de 2015

Las imágenes recuerdan a aquellas de 2015, cuando cientos de miles de migrantes llegaron a Alemania después de que Angela Merkel mantuviera expresamen­te abiertas las fronteras. Migrantes procedente­s sobre todo de Siria, Irak y Afganistán llegaron desde Turquía hasta Grecia huyendo de la guerra y la violencia de sus países. También en Alemania había un río, el Inn, que discurre a lo largo de la frontera austroalem­ana, y sus puentes eran el último obstáculo para encontrar seguridad en el país que los acogió.

Al igual que entonces Merkel, el presidente Biden se encuentra ante un dilema: por un lado, desea transforma­r la política migratoria racista de Donald Trump y darle un enfoque más humano. Pero este mensaje ha llegado rápidament­e a Centroamér­ica y ha conducido a una escalada dramática de la situación en la frontera con México.

La demagogia populista de los republican­os conservado­res

Los republican­os aprovechan las imágenes para atizar miedos entre la población y para hablar de una "crisis imparable". El portavoz de los republican­os en la Cámara de Representa­ntes, Kevin McCarthy, que sigue apoyando al expresiden­te Donald Trump, incluso llegó a acudir con otros diputados a la zona limítrofe para "defender nuestras fronteras", según sus palabras. Es previsible la dirección que va a tomar la demagogia populista de los republican­os más conservado­res.

Por su parte, el Gobierno de Biden actúa a dos niveles. Por un lado, reforzará a corto plazo el personal en la frontera. Empleados de la FEMA (Federal Emergency Management Agency) ayudarán con la gestión de solicitude­s de asilo y erigiendo tiendas y barracas para albergar a los menores no acompañado­s que no sean expulsados. Pero Biden habla sobre todo de "abordar el problema desde la raíz". Con ello se refiere a una reforzada cooperació­n en desarrollo con los países de origen para combatir en ellos las causas de la migración. También Angela Merkel persigue un enfoque similar hacia los países africanos.

La raíz del mal

Miedo, chantajes, secuestros, persecució­n política… Esas son las razones por las que la mayoría de los migrantes huyen. Aunque en sus países no haya guerra, son buenos motivos para marcharse. Está claro que la creciente criminalid­ad, las cada vez más elevadas tasas de asesinatos y, sobre todo, el cada vez mayor poder de los cárteles de la droga en muchos países de Latinoamér­ica se encuentran en la raíz del problema. ¿Por qué si no iba la gente a emprender un peligroso camino dejando todo tras de sí?

Los países industrial­izados tienen parte de responsabi­lidad en esta situación, ya que el negocio de la droga es tan rentable porque hay una elevada demanda en los países ricos. Así que la idea de abordar el problema desde su raíz es correcta, pero no puede quedarse en palabras vacías, porque requiere de masivas ayudas económicas y reformas en Centroamér­ica. Y hará falta tiempo para erradicar los sistemas corruptos y las estructura­s ilegales de poder que, en casos aislados, llegan incluso hasta la cúpula de los países. Digámoslo con las palabras de un migrante procedente de Honduras en la frontera sur de Estados Unidos: "Yo no quería irme. Mi país es maravillos­o, pero está, lamentable­mente, en manos equivocada­s". (ms/ers)

 ??  ??
 ??  ?? Carolina Chimoy es correspons­al de DW en Washington.
Carolina Chimoy es correspons­al de DW en Washington.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina