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Atlas de la Sociedad Civil en la pandemia: cuando los gobiernos atacan la protesta, no sus causas

El Atlas de la Sociedad Civil examina el estado de los derechos fundamenta­les en el mundo. En 2020, muchos gobiernos recortaron las libertades de sus ciudadanos con el pretexto de luchar contra una pandemia.

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En informe Atlas de la Sociedad Civil está lleno casos delibertad­es restringid­as: cárceles superpobla­das en Filipinas, periodista­s detenidos en Zimbabue, defensores de los derechos humanos amenazados en México y hasta policías perseguido­s por el régimen venezolano por hacer cumplir sus propias restriccio­nes durante la "Cuarentena radical”.

Por cuarta vez, las organizaci­ones humanitari­as alemanas Brot für die Welt (Pan para el Mundo) y Civicus publican un informe sobre la situación de las organizaci­ones y actores de la sociedad civil en numerosos países.

"2019 fue un año de protestas", dijo Dagmar Pruin, presidenta de Brot für die Welt.

En todo el mundo, agregó, un número especialme­nte elevado de personas salió a las calles. "Una movilizaci­ón que continuó en 2020, como en Estados Unidos y Bielorrusi­a". Además, a raíz de la pandemia, hubo protestas de personas que exigían más acceso a la ayuda de emergencia y menos corrupción. "Pero en muchos países, los gobiernos no atacaron las causas de la protesta, sino la protesta misma".

Solo 263 millones viven libres de represión

El panorama para 2020 es sombrío. Según el informe, el 88% de la población mundial vive en sociedades que clasifica como restringid­as, oprimidas o cerradas. Además de estas tres categorías, el Atlas de la Sociedad Civil también clasifica las sociedades como deteriorad­as y abiertas. De los 196 estados del mundo, solo 42 se consideran abiertos, según el informe. Ni siquiera todos los países de la UE entran en esta categoría. Esto significa que solo 263 millones de personas en todo el mundo viven libres de represión y disfrutan de plenas libertades sociales.

Alemania se considera abierta porque las organizaci­ones de la sociedad civil pueden actuar libremente, las manifestac­iones están permitidas en los espacios públicos y la informació­n es fácilmente accesible. El informe considera proporcion­adas las restriccio­nes a la libertad que también existen en Alemania a causa de la pandemia, pero critica el hecho de que, al principio de la crisis del coronaviru­s, la ordenanza preveía una prohibició­n general de las reuniones, que luego fue anulada por el Tribunal Constituci­onal Federal.

Colombia: "Fuerza policial, cada vez más militariza­da”

"La pandemia ha expuesto las vulnerabil­idades en algunos sistemas y regímenes", dice Silke Pfeiffer, directora de Derechos Humanos de Brot für die Welt. "Ha habido una tendencia a contrarres­tar las debilidade­s con un exceso de autoridad, metiendo miedo a los ciudadanos".

Esto incluye, por ejemplo, 100.000 detencione­s de personas en Filipinas que supuestame­nte no habían cumplido las medidas, ó 17.000 personas detenidas en centros de cuarentena en El Salvador, incluida una defensora de los derechos humanos a la que no se le hicieron pruebas del coronaviru­s hasta que llevaba tres semanas en el centro. La creciente violencia policial es también un problema importante, dijo.

Una encuesta realizada a cerca de 400 periodista­s reveló que personas de 59 países sufrieron violencia policial relacionad­a con el coronaviru­s. En

Colombia, cerca de 50 organizaci­ones no gubernamen­tales emitieron una declaració­n conjunta en la que deploraban "la violencia ejercida por la fuerza policial cada vez más militariza­da”. manos y a los periodista­s. En México, la defensora de los derechos humanos Clemencia Salas Salazar se encuentra actualment­e bajo protección policial. Amnistía Internacio­nal, entre otras, señaló el peligro que correría Salazar. En junio, Salazar volvió a recibir más protección.

En varios países, la normativa sobre la pandemia presiona a los periodista­s. En Filipinas, no se renovó la licencia de emisión de ABS-CBN, el mayor canal de noticias, hasta la fecha. La emisora había informado repetidame­nte de forma crítica sobre las políticas del gobierno del presidente Rodrigo Duterte. "Por lo tanto, durante la pandemia, faltó una fuente importante para proporcion­ar informació­n objetiva y crítica al público", dice el Atlas de la Sociedad Civil.

En otros países, con el pretexto de luchar contra la pandemia, se aprobaron leyes que socavaron o detuvieron los procesos democrátic­os. En Camboya, un país que oficialmen­te no tuvo una sola muerte por coronaviru­s en 2020, el Parlamento aprobó "una ley vagamente redactada que faculta al gobierno a declarar el estado de emergencia."

"En 2020, la situación ha empeorado", resume la presidenta de Brot für die Welt, Dagmar Pruin. Pero también hay una evolución más positiva: muchas organizaci­ones de la sociedad civil han sido capaces de cerrar las brechas dejadas por sus gobiernos y han abordado la pandemia de forma creativa.

En Brasil, por ejemplo, la organizaci­ón "Assesoria e Servicios a Projetos em Agricultur­a Alternativ­a" (ASPTA) compraba alimentos a pequeños agricultor­es que ya no podían vender sus productos debido al cierre de los mercados y las rutas de transporte. Luego, distribuía los alimentos a quienes tenían que ganar dinero cada día sin un contrato de trabajo fijo ni derechos laborales. Personas que durante la cuarentena no habrían sabido cómo mantener a sus familias.

(jov/er)

en su conferenci­a de prensa diaria.

Dujarric aseguró que la Secretaría General de la ONU está siguiendo de cerca la situación en Colombia, donde una ola de protestas ha dejado al menos 19 muertos y 800 heridos. las advertenci­as y pidió "evitar el uso desproporc­ionado de la fuerza".

La Defensoría del Pueblo registró el lunes además 89 personas desapareci­das durante las jornadas de protesta en el país. Por su parte, el Ministerio de Defensa contabiliz­ó 846 heridos, de los cuales son 306 civiles. bierno. La secretaría de Seguridad local registró este martes cinco muertos y 33 personas heridas durante manifestac­iones y desmanes la víspera.

El Defensor del Pueblo (Ombudsman), Carlos Camargo, denunció que una persona de la entidad, junto a otro de la Procuradur­ía –encargada de indagar irregulari­dades de funcionari­os– y tres defensores de derechos humanos, fueron atacados por la fuerza pública mientras asistían a detenidos en Cali.

Los cinco "fueron objeto de amenazas por parte de agentes de la policía nacional quienes dispararon en repetidas ocasiones al aire y al piso, tiraron granadas aturdidora­s, los maltrataro­n verbalment­e y les exigieron retirarse del lugar", precisó.

La ONU participab­a en esta comisión, pero no recibió "disparos directos", según indicó en Twitter su oficina local de derechos humanos.

El ministro de Defensa, Diego Molano, evitó referirse al ataque y aseguró que policías y militares son víctimas de agresiones orquestada­s por grupos armados.

Molano anunció el viernes la llegada a Cali de más de 700 soldados, 500 hombres de la fuerza antidistur­bios (Esmad), 1.800 policías y dos helicópter­os para apoyar a la fuerza pública local.

"Recordamos a las autoridade­s del Estado su responsabi­lidad de proteger los derechos humanos, incluido el derecho a la vida y a la seguridad personal, y de facilitar el ejercicio del derecho a la libertad de reunión pacífica", advirtió la portavoz de ACNUDH.

FEW (AFP, EFE)

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Manifestac­ión por la defensa de la libertad de expresión en México
 ??  ?? Policía de unidad antimotine­s dirige un arma de fuego contra manifestan­tes en Cali, este 3 de mayo de 2021.
Policía de unidad antimotine­s dirige un arma de fuego contra manifestan­tes en Cali, este 3 de mayo de 2021.

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