Deutsche Welle (Spanish edition)
Confunden un juguete sexual con una "granada" de la Segunda Guerra Mundial en Alemania
Los servicios de emergencia fueron desplegados para desactivar un artefacto "explosivo" hallado en un bosque bávaro, cerca de la ciudad de Passau. Pero la "granada" encontrada resultó ser un juguete sexual de goma.
Una mujer que había salido a correr en un bosque bávaro notificó a los servicios de emergencia que había encontrado una granada de mano de la Segunda Guerra Mundial, pero el objeto hallado resultó ser un juguete sexual, informó el martes (27.04.2021) la policía alemana.
La deportista, quien se encontraba en el bosque de Sonnen, en Passau, cerca de la frontera con República Checa y Austria, encontró una bolsa transparente que contenía varios objetos, uno de los cuales confundió con una granada de mano. Ante el sorprendente hallazgo, llamó a la brigada de emergencia para la "eliminación de explosivos peligrosos".
Los expertos que llegaron al lugar del hallazgo confirmaron rápidamente que todo se trataba de un malentendido: en la bolsa plástica, además del juguete sexual de goma con forma de granada, se encontraron preservativos y gel lubricante.
"La búsqueda en internet confirmó las sospechas. En efecto, existen juguetes sexuales
en forma de granadas de mano. Y de eso se trata lo que encontramos aquí", explicó la policía.
Es de suponer que alguien simplemente quería deshacerse de los objetos y no tirarlos a la basura, agregó un portavoz de la policía.
Luego de 75 años del final de la Segunda Guerra Mundial, el descubrimiento de explosivos olvidados u ocultos sigue ocurriendo a menudo en Alemania. Cada año, los expertos desactivan alrededor de 5.500 bombas, además de toneladas de otras municiones. A menudo, es necesario evacuar barrios enteros para desactivar las bombas.
La mayor evacuación de este tipo desde 1945 se produjo en septiembre de 2017 en Fráncfort del Meno, donde se encontró una enorme bomba británica con una carga explosiva de 1,4 toneladas. Cerca de 60 mil habitantes tuvieron que abandonar sus hogares.
JU (ap, dpa)
en las entrevistas y una buena elaboración de su currículum. Guerrero reconoce que, como profesional, se siente "decepcionada" de Alemania. "Es muy difícil entrar en el sistema incluso cuando ya tienes un cierto nivel de alemán y puedes escribir. Además, también hay amiguismo. Y, en lo que yo conozco, es un trabajo mal pagado y es difícil acceder a contratos fijos y los beneficios que tienen las demás profesiones. Es duro y a veces me planteo cómo reinventarme", dice Guerrero a DW.
Por su parte, Magdalena Marx es médico y está plenamente integrada en el mercado laboral de Alemania, donde en 2020 había 12.590 colombianos registrados oficialmente. Marx obtuvo su título en Bogotá, lleva en Alemania más de una década y ahora vive en Baviera, donde trabaja para una Secretaría de Salud. También se vio obligada a luchar por aprender el idioma alemán, pero, para ella, el mayor obstáculo fue la homologación de su título de Medicina. En el proceso, que duró más de un año, le pidieron certificados originales "que ni siquiera existen en Colombia", dice a DW, y admite que lo mejor, si se tiene pensado venir a Alemania, es estudiar en este país.
También Marcela Guarnizo es de Bogotá y lleva en Alemania desde 2003. Titulada en flauta traversa, prosiguió en Bremen su formación. Pronto se dio cuenta de que su sueño de niña de ser flautista en Alemania era irrealizable por la enorme competencia, así que comenzó a dar clases de su instrumento y de español en la Escuela Internacional de Bremen, donde no le hizo falta homologar su título colombiano.
Su camino convergió allí con el de su esposo, el educador infantil y cuentacuentos español José Paniagua y juntos emprendieron el proyecto "Guagua de cuentos", que reúne música, educación, arte, concientización ambiental… Además, fundaron la editorial Kolibris. "Me siento muy agradecida", reconoce Guarnizo a DW. "Aquí hay cosas difíciles, como el tiempo y tener a la familia lejos, pero estamos dando una mirada diferente a muchas personas. Se trata de ayudar a crear un espacio de reflexión y regalar felicidad, alegría y que piensen en otra cosa en tiempos de pandemia. Es muy gratificante", asegura.
(ers)