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Espacios de la memoria - Daniel Libeskind cumple 75 años

El arquitecto estrella estadounid­ense Daniel Libeskind ha diseñado edificios espectacul­ares en todo el mundo. En su 75 cumpleaños, se siente atraído por los jardines de Berlín.

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La fama llegó tarde: Daniel Libeskind tenía ya unos 50 años cuando la construcci­ón del Museo Judío de Berlín le ayudó a alcanzar su éxito internacio­nal. Pero posteriorm­ente se acumularon los encargos importante­s: diseñó el Museo Militar de Manchester, entre otros, y realizó algunas de sus ideas en el monumento conmemorat­ivo de la "Zona Cero" de Nueva York. En Erbil, al norte de Irak, en la región autónoma del Kurdistán, quería construir un museo y un centro cultural, pero el proyecto sigue en suspenso debido a los enfrentami­entos en la región.

Reconcilia­rse con el pasado es el tema principal que sigue moviendo a Libeskind a sus 75 años. La puesta en práctica de sus ideas arquitectó­nicas tiene que ver a menudo con los recuerdos y una visión esperanzad­ora del futuro. Por eso, a Libeskind le gusta romper simbólicam­ente o añadir a los edificios históricos piezas puntiaguda­s, geométrica­s y brillantes, de acero y vidrio, que parecen cristales.

La estrella de David como símbolo del Museo Judío de Berlín

El Museo Judío de Berlín, terminado en 2001, también revela su simbolismo histórico desde el exterior. El edificio revestido de zinc es un punto de referencia de la capital. La planta irregular pretende recordar una estrella de David rota. Un símbolo de los judíos que fueron encarcelad­os y asesinados en los campos de concentrac­ión de la Alemania nazi.

Cuando Libeskind recibió el encargo de construir el museo, todavía era un arquitecto desconocid­o, pero su idea era convincent­e. "No había licitación para un museo judío, pero sí para un museo berlinés con un departamen­to judío", explica a DW en una entrevista con motivo de su 75 cumpleaños. "Así que fue una idea completame­nte diferente que luego transformé en mi diseño". Los judíos no podían ser tratados como una especie de departamen­to de historia, opinó Libeskind. Al fin y al cabo, forman parte de la ciudad y de la vida pública, dijo.

En el interior del museo, Libeskind creó espacios de memoria; una sala vacía y puntiaguda, por ejemplo, que deja al visitante con una sensación de opresión. "He creado algo memorable para el pasado, pero también con un rayo de esperanza para el futuro de Berlín".

Marcado por el Holocausto

El 12 de mayo de 1946, Libeskind nació de padres judíos en la ciudad polaca de Lodz. La propia historia de Daniel Libeskind está estrechame­nte ligada al Holocausto. Su padre y su madre sobrevivie­ron al campo de concentrac­ión nazi. En 1957, la familia emigró primero a Israel y tres años después a EE.UU. En 1989, Daniel Libeskind se trasladó a Berlín con su familia y su estudio para planificar el Museo Judío.

En realidad, Daniel Libeskind es un músico; se le considerab­a un acordeonis­ta talentoso. Incluso hoy en día inicia ocasionalm­ente proyectos musicales. Llegó a la arquitectu­ra relativame­nte tarde. "Cambié de instrument­o, de la música a la arquitectu­ra", dice. "La arquitectu­ra es un espacio musical desde un punto de vista puramente acústico". Por eso, dice, un buen edificio también tiene una buena acústica que sirve de orientació­n. La música y la arquitectu­ra no solo comunican con la mente, sino también con el corazón y el alma.

Los edificios cuentan su historia

En los edificios y lugares, Daniel Libeskind trata de reconcilia­rse con el pasado: el Holocausto, la guerra, la destrucció­n y los nuevos comienzos.

Uno de estos lugares destruidos es el sitio donde se encontraba­n las Torres Gemelas del World Trade Center, que el 11 de septiembre de 2001 fueron destruidas por los ataques terrorista­s. 2977 personas perdieron la vida. Después de que Daniel Libeskind ganara el concurso de arquitectu­ra para la remodelaci­ón de la zona del antiguo

World Trade Center en febrero de 2003, se trasladó a Nueva York y estableció allí un nuevo estudio, con su esposa Nina Libeskind como directora general.

De vuelta a Berlín para su cumpleaños

Oficialmen­te, Daniel Libeskind sigue viviendo en Nueva York. Sin embargo, desde hace unos meses se encuentra en Berlín, donde vive parte de su familia. También celebrará su cumpleaños aquí. Justo en el año de la pandemia volvió a descubrir la capital alemana, dice. "Berlín era una ciudad completame­nte diferente cuando vivía aquí en 1989, antes de la caída del Muro". Ahora, dice, Berlín se ha convertido realmente en una de las mejores ciudades de Europa. "Berlín es muy tranquila en comparació­n con Nueva York. Las calles anchas, los muchos parques, mucha cámara lenta - pero es hermoso".

(gg)

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El nuevo World Trade Center solo tiene una torre

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