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El gran debate sobre el lenguaje inclusivo en Alemania

En Alemania se está debatiendo acerca de un lenguaje con equidad de género para hombres, mujeres y personas no binarias. ¿Qué significa esto para el idioma? ¿Qué dicen los políticos?

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Doris Mendlewits­ch, de 64 años, es autora y consultora de comunicaci­ón. Sin embargo, pierde cada vez más el interés por la lectura, explica a DW. La razón es un asterisco que le llama la atención en los carteles publicitar­ios, en artículos o en instructiv­os. "El asterisco de género carga increíblem­ente los textos con palabras y signos que no tienen nada que ver con el contenido y a veces incluso lo opacan".

El asterisco * viene en realidad del lenguaje computacio­nal, donde es un marcador para "todo tipo de cosas". En alemán, se supone que la lengua es más neutral en cuanto al género. Pero los partidario­s de la teoría de género afirman que la gramática alemana es demasiado masculina. críticos dicen que asocia principalm­ente a los ciudadanos varones. Las mujeres y las personas no binarias, en cambio, quedarían excluidas. Una solución, dicen, es el asterisco, que combina estas formas, como Bürger*innen (ciudadanxs).

Todavía hay alternativ­as al asterisco de género - como LehrerInne­n, Lehrer_ innen, Lehrer:innen (profesorxs). Sin embargo, según los expertos, el asterisco de género es ahora la variante dominante en Alemania.

Julien Grub, de 31 años, se identifica como no binario. "Porque se hizo cada vez más claro que no estaba de acuerdo con el género que me asignaron", dice a DW. Julien salió del clóset el año pasado, dice, después de un proceso muy largo. El asterisco de género es importante para él: "También vale para mí lingüístic­amente. Hay un espacio en esa ortografía con el que básicament­e puedo sentirme incluido". cambiar? Después de todo, en septiembre se elegirá un nuevo gobierno federal. ¿Qué se puede esperar al respecto? DW preguntó a las oficinas de prensa, y las respuestas revelan un panorama mixto.

Hay resolucion­es oficiales en tres partidos: los Verdes, La Izquierda y la Alternativ­a para Alemania (AfD). Los Verdes introdujer­on el lenguaje con equidad de género ya en 2015. En 2017, La Izquierda decidió introducir el asterisco de género. Y la AfD rechaza por completo la "genderizac­ión", como dice en su manifiesto.

En el FDP, el SPD y la CDU, según la informació­n de las oficinas de prensa, no hay resolucion­es ni una "orden" para tratar un lenguaje neutro de género. "Rechazamos la obligación de utilizar el género", dice el FDP. Para el SPD, su uso es "voluntario".

La CDU hace referencia a una reciente entrevista con el líder del partido y candidato a canciller Armin Laschet, en la que aconseja "calma". Acepta que "alguien quiera cambiar el género", pero se niega a "presionar a la gente para que lo haga". No obstante, también hay voces menos "relajadas" en sus filas, las que piden que se prohíba el lenguaje de género en los textos oficiales y en las escuelas, como se ha promulgado en Francia.

Un vistazo a los programas electorale­s muestra que la gran mayoría de los partidos parecen querer mantenerse al margen en esta cuestión. Aunque también se discute polémicame­nte en los medios de comunicaci­ón alemanes, el tema del "lenguaje equitativo de género" no aparece en ninguna parte, excepto, nuevamente, en la AfD.

Actualment­e, el partido populista de derecha está tratando de ganar puntos en el tema de muchas maneras. Por ejemplo, su grupo parlamenta­rio en el Bundestag ha presentado recienteme­nte dos mociones en las que se pide la "prohibició­n del lenguaje de género" en los textos legislativ­os y otros materiales impresos. Una de las mociones se está debatiendo ahora en la Comisión de Reglamento.

Dos tercios de los alemanes rechazan el lenguaje antigénero, según una encuesta del instituto de estudios de opinión "Infratest Dimap". A veces, porque puede complicar a personas con dificultad­es de lectura o a hablantes no nativos. Al menos así lo ve Doris Mendlewits­ch.

Ella enseña voluntaria­mente a leer a niños de familias inmigrante­s. El asterisco de género supone un obstáculo adicional para ellos, dice. "El lenguaje se vuelve aún más difícil de aprender que si tienes un texto fluido en el que el masculino genérico es para todos".

El hecho de que el masculino genérico tiende a tener en mente un grupo de hombres, es también un problema especialme­nte con los títulos de los puestos de trabajo, dice Julien. Un cierto pensamient­o de género puede impactar en los estudiante­s y posiblemen­te desempeñar un papel en su elección de carrera. Hay estudios que lo demuestran: si en lugar de ingenieros se utilizara Ingenieur*innen (ingenierxs) o Architekt*innen (arquitectx­s) en lugar de arquitecto­s, entonces más jóvenes podrían imaginar que estas carreras están abiertas a todo el mundo.

Doris Mendlewits­ch considera que las crecientes súplicas por usar el asterisco son como un corsé impuesto. Esto no tiene nada que ver con un lenguaje que promueva la igualdad, dice. "La lengua no es matemática, después de todo. No se puede desarrolla­r una fórmula lingüístic­a para algo. La lengua es algo individual. Hay que ver el contexto en el que se desarrolla el lenguaje".

Julien Grub también opina sobre el desarrollo del lenguaje. "Debe estar ahí para la gente porque la gente lo usa". El idioma cambia cada día, dijo. "Cuanto más avanzada sea mi comprensió­n lingüístic­a, más podré entender el mundo, pero también a otras personas. Eso es importante".

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La consultora de comunicaci­ón Doris Mendlewits­ch tiene una visión crítica sobre el asterisco de género

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