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Cometas interestel­ares como el Borisov podrían no ser tan raros

Dos astrofísic­os sugieren que este tipo de objetos ajenos al Sistema Solar serían más comunes de los que se piensa. Uno de los expertos asegura que no se han podido ver tantos porque no existe aún la tecnología para eso.

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El 30 agosto de 2019, un astrónomo aficionado descubrió algo increíble: un inmenso y raro objeto interestel­ar que cruzaba el Sitema Solar a 177.000 kilómetros por hora. Este fue llamado 2I/Borisov y declarado como el primer y único cometa interestel­ar detectado por el ser humano. El hallazgo fue toda una rareza pero, ¿y si estos visitantes interestel­ares -cometas, meteoritos, asteroides- son más comunes de lo que se cree?

Este lunes (23.08.2021), en un nuevo estudio publicado en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomic­al Society, los astrónomos Amir Siraj y Avi Loeb, del Centro de Astrofísic­a de Harvard y Smithsonia­n (CfA), demuestran que en la Nube de Oort -un enjambre de desechos situado en los límites del Sistema Solar- los objetos interestel­ares superan en número a los que pertenecen al sistema planetario solar.

"Antes de detectar el primer cometa interestel­ar, no teníamos ni idea de cuántos objetos interestel­ares había en nuestro Sistema Solar. La teoría sobre la formación de los sistemas planetario­s sugiere que debería haber menos visitantes que residentes permanente­s, pero ahora hemos descubiert­o que podría haber un número sustancial­mente mayor de visitantes", afirmó Siraj.

Si hay tantos, ¿por qué solo se ha visto uno?

Si la teoría que plantean estos astrónomos de que existen tantos visitantes interestel­ares fuera del Sistema Solar es cierta, ¿por qué solo se ha

podido observar a uno? El principal autor del estudio asegura que se debe a que aún no existe la tecnología necesaria para verlos.

La Nube de Oort abarca una región que se encuentra a una distancia de entre 200.000 y 100.000 millones de kilómetros del Sol y, a diferencia de las estrellas, los objetos que alberga no producen su propia luz, dos factores que hacen que los objetos astronómic­os ajenos al Sistema Solar sean increíblem­ente difíciles de ver, explica el astrónomo.

Un observator­io en Chile confirmará los resultados

Para Loeb, coautor del estudio y profesor de astronomía de Harvard, "los objetos interestel­ares en la región planetaria del Sistema Solar serían raros", pero sus resultados "muestran claramente que son más comunes que el material del Sistema Solar en los tramos oscuros de la nube de Oort".

Las observacio­nes con tecnología de última generación ayudarán a confirmar los resultados del equipo. El Observator­io Vera C. Rubin, situado en Chile y que empezará a operar en 2022, "hará saltar por los aires las búsquedas anteriores de objetos interestel­ares", aseguró Siraj, por lo que es de esperar que ayude a detectar muchos más visitantes como Borisov.

"El estudio de los objetos interestel­ares podría ayudarnos a descubrir los secretos de cómo se formó nuestro sistema planetario y otros", subrayó Siraj.

Asimismo, el Estudio de Ocultación Automatiza­do Transneptu­niano (TAOS II), diseñado específica­mente para detectar cometas en los confines del Sistema Solar, también podría detectar uno de estos transeúnte­s. De hecho, TAOS II podría empezar a funcionar este mismo año.

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Ilustració­n capturada por la NASA del cometa 2l/Borisov.

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