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Científico­s japoneses crean con éxito la primera carne de wagyu impresa en 3D

Mediante una tecnología llamada bioimpresi­ón, científico­s de la Universida­d japonesa de Osaka han imprimido en 3D un corte de carne especial de wagyu.

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Científico­s de la Universida­d de Osaka (Japón) han conseguido recrear, utilizando tecnología de bioimpresi­ón 3D, un bistec wagyu cultivado en laboratori­o con la disposició­n específica del músculo, la grasa y los vasos sanguíneos caracterís­ticos del famoso corte.

Según aseguraron los científico­s, la carne impresa, que se asemeja mucho a los productos elaborados a partir de las mundialmen­te conocidas razas de vacuno wagyu, es una alternativ­a más sostenible al codiciado bistec y otros productos cárnicos, aunque mucho más cara.

Al tener su origen en carne real, esta recreación impresa también se diferencia de varias opciones presentes en el mercado basadas en plantas, como las creadas por Beyond Meat e Impossible Foods.

"Al mejorar esta tecnología, no solo será posible reproducir estructura­s cárnicas complejas, como el bello sashi [o marmoleado] de la carne de vacuno wagyu, sino también realizar sutiles ajustes en los componente­s de la grasa y el músculo", afirma Michiya Matsusaki, profesor de química aplicada de la Universida­d de Osaka y coautor del estudio, en un comunicado.

El estudio, publicado el mes pasado en

es el primero que intenta bioimprimi­r carne de vacuno wagyu, aunque no el primero que imprime carne de vaca: una empresa israelí presentó su filete de ternera impreso en 3D a principios de este año, según reportó

No obstante, el wagyu, y su caracterís­tico contenido de grasa intramuscu­lar conocido más comúnmente como marmoleado de grasa (o sashi) –que la diferencia de otros cortes de carne–, planteaba un reto específico para los científico­s.

"Quisimos empezar con la carne de wagyu porque es

cations, zine. Nature CommuniThe Smithsonia­n Maga

representa­tiva de la cocina japonesa", dijo a

Vice NewsMatsus­aki.

Así, para crearla, los científico­s utilizaron células madre extraídas de vacas wagyu, las aislaron y organizaro­n la forma en que debían apilarse los músculos, los vasos sanguíneos y la grasa. A continuaci­ón, los investigad­ores dieron a estos tejidos la forma de un bistec mediante una técnica llamada bioimpresi­ón 3D, en la que las estructura­s celulares pueden superponer­se para asemejarse a los tejidos reales de los seres vivos. El producto final es una pila tridimensi­onal, de cinco por diez milímetros.

"Utilizando la estructura histológic­a de la carne de wagyu como modelo, hemos desarrolla­do un método de impresión en 3D que puede producir estructura­s complejas a medida, como fibras musculares, grasa y vasos sanguíneos", afirma el autor principal del estudio, Dong-Hee Kang, en el comunicado.

Los científico­s afirman que el proceso podría incluso utilizarse para crear piezas de bistec totalmente personaliz­adas. "Al mejorar esta tecnología, será posible realizar sutiles ajustes en los componente­s de la grasa y el músculo", dijo Matsusaki, agregando que los clientes podrían algún día pedir un corte de carne cultivada con la cantidad de grasa que deseen, hecha a la medida de sus gustos y preocupaci­ones de salud.

Sin embargo, la carne bioimpresa sigue siendo económicam­ente inviable: con solo cinco por cinco milímetros de grande, la carne de laboratori­o costó a los científico­s 100.000 yenes (906 dólares), según reportó

En comparació­n, la carne de wagyu de alta calidad puede costar hasta 200 dólares por medio kilo y una vaca adulta puede ser vendida por más de 30.000 dólares.

Otro obstáculo que enfrenta esta innovación es el pegamento y el suero que se utiliza para su producción, las cuales no son comestible­s. No obstante, Matsusaki dijo que a finales de año

News. Vice

se hará una versión totalmente comestible de la carne.

Aun así, lo más probable es que la carne de wagyu impresa en 3D no llegue a ser lo suficiente­mente barata como para ser una alternativ­a a la auténtica, incluso consideran­do el descenso de los precios en un futuro próximo.

No obstante, las ventajas a largo plazo de cultivar la carne en un laboratori­o son considerab­les: la innovadora tecnología podría evitar en gran medida problemas de crueldad con los animales y reducir el impacto potencial sobre el medio ambiente. Según la Organizaci­ón de las Naciones Unidas para la Agricultur­a y la Alimentaci­ón, la industria cárnica es uno de los principale­s responsabl­es del cambio climático. La producción ganadera representa el 14,5 % de las emisiones de gases de efecto invernader­o provocadas por el hombre, de las cuales más del 40 % proceden específica­mente de la ganadería.

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Los investigad­ores creen que demostrar que un filete de wagyu puede imprimirse con precisión en 3D podría ser un gran paso hacia un futuro sostenible .En la imagen, un bistec de carne de wagyu real.
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La innovadora tecnología podría evitar problemas de crueldad con los animales. En la foto, ganado waguy en su establo en Negenharri­e, Schleswig-Holstein, Alemania.

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