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DW verifica: ¿es seguro el voto por correo en Alemania?

En Alemania hay un auge del voto por correo y se espera que más del 50 por ciento de votantes deposite su boleta en un buzón en lugar de una urna. ¿Es esta alternativ­a más propensa a la manipulaci­ón? DW verifica.

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¿Es el voto por correo más propenso al fraude?

No. Alemania cuenta con una infraestru­ctura para el voto postal que se desarrolló a lo largo de la historia de este país. Cuando se solicitan papeletas de voto por correo, eso se registra en el padrón electoral a fin de evitar que un elector vote dos veces, una vez por correo y otra vez en la urna.

Al enviarse las boletas a una dirección de correo diferente a la de la vivienda del votante, se manda también una carta a la dirección postal que figura en el padrón electoral. De ese modo se informa al elector correspond­iente, en caso de que se tratara de una solicitud falsa. Además, se garantiza el voto secreto porque se envían dos sobres diferentes.

El politólogo Daniel Hellmann piensa que el voto postal es "seguro”. "Es irrealment­e difícil cometer fraude electoral por carta”, explica el investigad­or del Instituto de Investigac­ión del Parlamenta­rismo, de la Universida­d de Halle-Wittenberg, en entrevista con DW. Hay casos individual­es, pero estructura­lmente no se puede determinar una mayor susceptibi­lidad al fraude".

El partido populista de extrema derecha Alternativ­a para Alemania (AfD), ha denunciado, sin embargo, repetidame­nte desde 2017 que los votos por correo fueron manipulado­s.

¿Hubo casos de fraude electoral?

Sí. A nivel municipal se han dado a conocer casos individual­es, pero no hubo casos a nivel nacional o regional. Durante los comicios municipale­s de 2014 en Stendal, Sajonia-Anhalt, se detectaron boletas rellenadas por terceros. El fraude fue descubiert­o y un concejal de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) fue condenado a dos años y medio de prisión por falsificac­ión de documentos electorale­s.

También hubo manipulaci­ón de votos en Quakenbrüc­k, Baja Sajonia, en las elecciones municipale­s de 2016. En un barrio con gran cantidad de migrantes, cuatro políticos del partido La Izquierda incitaron a votantes con pocos conocimien­tos de alemán a solicitar boletas. Los políticos las rellenaron en parte ellos mismos y también falsificar­on las firmas. Dos años más tarde fueron condenados a penas de libertad condiciona­l de un año y medio y siete años.

¿Se vota por correo como consecuenc­ia de la pandemia?

No. La afirmación de algunos críticos sobre que un cierre de la vida pública durante las elecciones generales en Alemania haría que más gente vote por correo, aumentando de ese modo la posibilida­d de manipulaci­ón, es falsa.

En Alemania existe el voto postal desde 1957. Desde 2008, luego de una reforma legal, el voto por correo ya no debe justificar­se. El porcentaje de votantes por correo aumenta constantem­ente desde hace 25 años. Durante las elecciones regionales en Renania-Palatinado, el 14 de marzo de 2021, ascendió incluso hasta un 66 por ciento. No se constataro­n manipulaci­ones. En la segunda vuelta de las elecciones municipale­s en Baviera, el 29 de marzo de 2020, se votó únicamente por correo debido a la pandemia de coronaviru­s. Para contar con una base legal, el Parlamento del estado de Baviera modificó la Ley bávara de Infeccione­s. La participac­ión electoral aumentó de un 55 por ciento en 2014 a un 58 por ciento.

¿Se cuentan los votos postales también luego de las elecciones?

No. A diferencia de EE. UU., en Alemania los votos por correo deben haber llegado a los locales electorale­s hasta las 18:00 horas, cuando se cierran las elecciones. Se cuentan a mano junto con los votos de las urnas. El recuento, según la ley alemana, es público, y todos los ciudadanos tienen derecho a estar presentes durante el escrutinio.

¿Está garantizad­o el secreto

de sufragio?

No. En Alemania el votante debe certificar ante las autoridade­s mediante una declaració­n jurada que ha cumpliment­ado personalme­nte la papeleta de voto adjunta. Pero, incluso si "se cumplen los requisitos legales”, dice el politólogo, "no hay seguridad al cien por ciento de que el voto sea secreto”.

"En contraposi­ción con la votación en un local electoral, donde los fiscales de mesa vigilan que entre una sola persona a la cabina, en el voto por correo no se sabe si el elector colocó su papeleta en el sobre sin que nadie lo vea y sin ser visto por terceros”, indica.

El Tribunal Constituci­onal alemán se enfrentó varias veces a este problema. En su veredicto sobre la Aprobación del Voto Postal durante las elecciones europeas de 2009, los jueces señalaron que un aumento significat­ivo del voto por correo podría estar en conflicto con el modelo constituci­onal de ejercer el voto en las urnas, que hace que la democracia representa­tiva sea particular­mente visible y tangible.

Finalmente, los jueces constituci­onales, sin embargo, llegaron a la conclusión de que el voto postal cumple el objetivo de lograr la mayor participac­ión electoral posible y, por lo tanto, es constituci­onal y no objetable.

¿Es el voto por correo más propenso a errores formales?

Sí, ya que el voto por correo es más complicado que el depositado en las urnas. Debido a los documentos que requiere además de la boleta, como el certificad­o de voto, las instruccio­nes y dos sobres que sirven para asegurar el sufragio, pueden producirse fallas. En un estudio, no publicado hasta el momento, al que tuvo acceso DW, el politólogo Dominic Nyhuis, de la Universida­d de Carolina del Norte, EE. UU., comprobó que el número de votos impugnados podría ser más alto por esa razón.

Según la ley alemana, los documentos de voto por correo incompleto­s o no rellenados correctame­nte no se cuentan. Eso hace que esos votos se consideren como no emitidos.

"El fenómeno de votos por correo sin clasificar se subestima considerab­lemente en la estadístic­a electoral”, concluye el analista, que examinó 68 papeletas en 31 ciudades de distrito entre 2009 y 2020.

De acuerdo con sus estimacion­es, el porcentaje de votos por correo sin clasificar oscila entre un 3,2 y un 4 por ciento. Y dice que los votos postales sin escrutar deberían ser registrado­s en la estadístic­a electoral como votos no válidos.

En resumen:

El voto por correo es una alternativ­a para los votantes que no puedan acudir personalme­nte a las urnas el día de las elecciones. Garantiza flexibilid­ad y posibilita a las personas con limitacion­es físicas y de movilidad que puedan participar en las elecciones, con lo que aumenta la participac­ión electoral y la legitimaci­ón democrátic­a. Durante la pandemia de coronaviru­s, el voto postal adquiere una especial importanci­a, ya que garantiza el ejercicio de derechos democrátic­os también con distanciam­iento social y limitacion­es de contacto.

Sin embargo, el voto por correo solo tiene sentido en países que cuenten con autoridade­s locales y un servicio postal en funcionami­ento, ya que están asociados a una mayor carga de tareas administra­tivas. Se deben comparar las listas de votantes y los registros de votantes. Hasta ahora no hay pruebas suficiente­s para las acusacione­s de los partidos populistas de derecha y extrema derecha, así como de sus miembros, de que los votos por correo representa­n una manipulaci­ón sistemátic­a de las elecciones.

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Durante la pandemia de coronaviru­s el voto por correo experiment­ó un auge en Alemania.
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El porcentaje de votantes por correo desde 1957 hasta 2017 aumentó en Alemania un 23,7 por ciento.

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