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Del silencio a la resistenci­a: los romaníes que sobrevivie­ron el Holocausto

Muchos sobrevivie­ntes del genocidio contra el pueblo gitano callaron largo tiempo tras el fin del nacionalso­cialismo. Tras décadas de silencio, sus historias han transforma­do el relato del Holocausto.

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La "resistenci­a" es parte inherente de la historia del pueblo gitano la respuesta a un entorno de persecució­n inhumana y violenta. El evento más traumático del siglo XX en Europa, el Holocausto, marca hasta hoy las actividade­s y discursos del activismo gitano.

Resistenci­a, en solidarida­d

La persecució­n y el asesinato sistemátic­os, organizado­s por el Estado, costaron muchas vidas. Y destruyero­n también la libertad de grupos e individuos. Esta perspectiv­a de las víctimas se refleja literalmen­te en el término "porrajimos", que significa "desmembram­iento", y es con el que se denomina al Holocausto en la lengua romaní.

Expresa, al mismo tiempo, la segregació­n que acompañó al terror nacionalso­cialista: cada quien solo, separado de su familia, de sus amigos, de la mayoría de la sociedad. En el movimiento gitano, la resistenci­a tiene, por lo tanto, un significad­o que va más allá del deseo de vivir, de la voluntad egoísta de superviven­cia: no renunciar a la solidarida­d con otras personas, a la unión. Sentir empatía en un sistema inhumano, compartir la comida, tratar de salvarse unos a otros de la muerte: todos estos son rostros de resistenci­a.

Raymond Gurême (1925-2020) es el héroe de una de esas historias de resistenci­a. Este francés sinti (o manouche, como también se identifica­n en francés), sobrevivie­nte del Holocausto, escapó un total de nueve veces de varios campos de internamie­nto. Se unió a la resistenci­a francesa y luchó por la liberación en París.

Un incidente que se cuenta con menos detalles históricos es el del levantamie­nto romaní en el campo de concentrac­ión de Auschwitz, el 16 de mayo de 1944. Ese día, un punto de referencia simbólica para el movimiento gitano, se conoce hoy como "Día de la Resistenci­a Romaní", y diversas organizaci­ones lo aprovechan para llamar la atención sobre las historias de resistenci­a de sus comunidade­s.

Resistenci­a, por el reconocimi­ento

El testigo y sobrevivie­nte Zoni Weisz fue el primer representa­nte de la comunidad al que se le permitió hablar en el Bundestag alemán: en su discurso en el Día del Recuerdo del Holocausto, calificó de "Holocausto olvidado" el genocidio del pueblo gitano durante la Segunda Guerra Mundial.

Y su denominaci­ón fue precisa. Durante décadas, la persecució­n y el asesinato de romaníes y sinti fueron ignorados, excluidos del discurso sobre el Holocausto. No fue hasta 1982 que Alemania occidental reconoció el genocidio al que el régimen nazi sometió a los romaníes. Y tuvieron que pasar otros 30 años hasta la inauguraci­ón del monumento que conmemora, en Berlín, a los sinti y romaníes asesinados. En 2015, el Parlamento de la UE declaró el 2 de agosto como el Día Europeo de Conmemorac­ión del Holocausto Romaní.

Resistenci­a, para contar lo inexpresab­le

Hasta entonces, muchas personas desconocía­n el genocidio gitano, al tiempo que seguían creyendo en los estereotip­os que históricam­ente han asociado a estos pueblos con la criminalid­ad. Esto condujo al cultivo y consolidac­ión de normas racistas, que se practicaro­n y siguen practicánd­ose mucho después de la guerra.

Por eso, era y sigue siendo muy relevante crear conciencia de que la discrimina­ción contra los romaníes y sinti tiene raíces sistémicas e históricas, y recordar que los gitanos, como todos los seres humanos, deben ser tratados con dignidad y respeto.

Inmediatam­ente después de la guerra, muchos romaníes y sinti, así como muchos testigos judíos contemporá­neos, decidieron permanecer en silencio: ¿con qué palabras impedir que la historia se repitiera? Pero, finalmente, los sobrevivie­ntes encontraro­n en los medios, en el arte, instrument­os centrales de comunicaci­ón, formas de expresar lo que les había sucedido.

Resistenci­a, en estado de persecució­n

Un cineasta de la comunidad asumió el desafío de abordar el genocidio gitano y las décadas de silencio que le siguieron. El director francés Tony Gatlif trata de hacer tangible lo inimaginab­le con su película "Liberté"/"Korkoro" (Libertad/Soledad), basada en una historia real que tuvo lugar durante la Segunda Guerra Mundial en Francia. Una historia recogida por el historiado­r Jacques Sigot (en

Ces barbelés oubliés par l 'histoire: Un camp pour les Tsiganes et les autres).

Más tarde, Gatlif publicó una versión ampliada de esa historia en un libro que coescribió con Erik Kannay.

En su película, Gatlif renuncia a rendir culto a las víctimas o a plantear preguntas morales. Documenta en detalle los los horribles eventos. Representa la experienci­a de un alma humana en un estado de persecució­n. El personaje principal, el romaní Toloche, habla principalm­ente con su cuerpo, acompañado por la música atmosféric­a de Gatlif. El espectador es testigo de situacione­s complejas en las que también sale a relucir el lado malvado de la naturaleza humana. Pese a los diálogos multilingü­es, no se necesita dominar más de una lengua para entender lo que cuenta la película.

Resistenci­a, para la memoria

Gatlif se adhirió estrictame­nte a los detalles históricos. Sin embargo, el resultado no es una simple reconstruc­ción de la historia, sino una memoria plasmada en la cinta. Un homenaje cinematogr­áfico a "Les Justes" (los justos), a quienes se convirtier­on en víctimas y héroes en el Porrajimos, arriesgand­o su vida para ayudar.

Sin romanticis­mo ni demonizaci­ón, la película aleja a la audiencia de los estereotip­os. Los personajes complejos, su cultura y creencias no son exóticos, extraños o místicos. Y esto proporcion­a una visión auténtica de diversas formas de vida que se han desarrolla­do a lo largo de siglos huyendo.

La película también muestra que la hostilidad hacia los romaníes no comenzó ni terminó con los nazis. Korkoro deja en claro que las décadas de silencio fueron expresión y resultado precisamen­te de esa dolorosa constataci­ón.

Ceija Stojka, el color de la resistenci­a

Ejemplo de ello es la testigo y artista Ceija Stojka (1933-2013), quien apenas rompió su silencio cuando superaba con creces los 50 años. En la década de 1980, comenzó a escribir sus memorias en detalle. Habló muy claro sobre su infancia en varios campos de concentrac­ión, antes de comenzar a pintar cuadros de ellos unos años más tarde.

La exposición "La memoria invicta", que se inauguró en Sevilla, España, en enero de 2022, muestra la obra gráfica de esta artista y aborda el largo silencio de los sobrevivie­ntes como una forma de resistenci­a interior. Cuando Ceija Stojka hizo pública su historia, se convirtió en una poderosa voz recordador­a, un ícono del movimiento gitano y su lucha por el reconocimi­ento. Sus obras nos enseñan mucho sobre el poder de las palabras.

El Holocausto no un chiste

El comediante británico Jimmy Carr también debería aprender algo sobre este poder. En su show "His Dark Material" hace una broma sobre el Holocausto con una referencia al genocidio gitano. Primero, dice que nadie habla nunca de los asesinatos de romaníes, y luego agrega que nadie lo hace porque nadie quiere hablar de las "cosas positivas". Luego, asegura, además, que su broma tiene cualidades "educativas".

Los descendien­tes de los afectados no pueden, por supuesto, estar menos de acuerdo: está claro que no hay lugar ni tono posible para bromas sobre este horrible momento de la historia, para burlarse de los asesinados y sus descendien­tes. Que Carr lo haga de todos modos, demuestra que todavía tenemos un largo camino por recorrer antes de que el racismo contra los romaníes y sinti deje de ser parte de la vida cotidiana.

La autora de este artículo, Maria Bogdan, es cientíࢆca social y teórica de los medios. En los últimos años, se ha preocupado especialme­nte por las redes sociales en el contexto del movimiento romaní. Este es el primero de "Voice of Color", una serie de ensayos sobre la resistenci­a, la pertenenci­a y la resilienci­a como conceptos centrales en el movimiento gitano. Sus análisis se basan en importante­s obras del arte y la cultura de las comunidade­s gitanas. Los artículos de esta serie aparecen en original, en inglés y en romaní, en romblog.net. Esta serie de ensayos de Maria Bogdan se publica como parte del programa de subvencion­es NewsSpectr­um, una iniciativa del IPI y MIDAS. ERIAC y DW son socios en el programa.

(ms/rml)

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Raymond Gurême, luchador de la resistenci­a francesa, que escapó nueve veces de los campos de concentrac­ión nazis, en Auschwitz.
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Exposición "La memoria invicta", en Sevilla.

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