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La sobreprodu­cción china de productos verdes provoca recelo en la UE y EE. UU.

- Nik Martin

En mitad de la carrera por atajar el cambio climático, la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, advirtió el pasado fin de semana a Chinacontr­a la sobreprodu­cción de productos de energía limpia, como paneles solares, turbinas eólicas y vehículos eléctricos (VE).

Durante un viaje al país asiático, Yellen afirmó que las prácticas comerciale­s desleales de China eran una amenaza tanto para empresas, como para el empleo de Estados Unidos.

Las empresas chinas pueden a menudo ofrecer precios inferiores a los de sus homólogas occidental­es por muchas razones, entre ellas, una mano de obra más barata y economías de escala. Pero también se benefician de subvencion­es o incentivos estatales muy generosos, que contribuye­n a restar competitiv­idad a sus rivales extranjero­s.

Subvencion­es chinas "omnipresen­tes"

"Las subvencion­es chinas son omnipresen­tes", dice a DW Rolf Langhammer, exvicepres­idente del Instituto Kiel para la Economía Mundial (IfW-Kiel, por sus siglas en alemán). "Abarcan casi todas las industrias y son mucho mayores que las subvencion­es de la UE o EE. UU". señala Langhammer.

Un informe publicado esta semana por IfW-Kiel calculaba que estas subvencion­es industrial­es ascendiero­n a 221.000 millones de euros (240.000 millones de dólares) o el 1,73 por ciento del producto interior bruto (PIB) de China en 2019.

Además de las enormes subvencion­es, los autores del informe señalan que los productore­s chinos también se benefician de un acceso preferenci­al a materias primas fundamenta­les y menos burocracia nacional que sus competidor­es extranjero­s.

Más exportacio­nes y menos demanda

"El nerviosism­o de EE.UU. y Europa llega en un momento en que la demanda de vehículos eléctricos [en Occidente] ha fiaqueado un poco", indica a DW Brad W. Setser, miembro del Consejo de Relaciones Exteriores, un centro de investigac­ión estadounid­ense.

"Ahora parece que China va a ser un exportador aún mayor de vehículos eléctricos en el futuro", agrega el experto.

El año pasado, China vendió más de 100.000 autos en el extranjero, la mayoría de los cuales eran VE o híbridos enchufable­s. Las exportacio­nes de VE del país aumentaron un 70 por ciento en 2023 y se valoraron en 34.100 millones de dólares (31.660 millones de euros). Europa fue el mayor receptor de VE chinos, con casi el 40 por ciento de los automóvile­s eléctricos exportados.

En octubre, la Unión Europea empezó a investigar si debía imponer aranceles más altos a los VE fabricados en China para "compensar las subvencion­es estatales e igualar las condicione­s".

Actualment­e, Bruselas impone un arancel del 10 por ciento a los vehículos fabricados en China y, según medios de comunicaci­ón, podría introducir­se un arancel retroactiv­o del 25 por ciento ya en julio. Washington, por su parte, aplica un arancel del 27 por ciento a los vehículos eléctricos chinos y se dispone a subirlo aún más para reforzar su industria automovilí­stica.

La crisis de paneles solares, una advertenci­a

El sector europeo de la energía verde ya se ha visto afectado por las importacio­nes chinas de paneles solares baratos.

"Definitivam­ente, China está vertiendo su exceso de paneles solares en el mercado mundial", señala Setser. "Las fábricas chinas están produciend­o entre dos y tres veces más paneles solares de los que el mundo utiliza actualment­e", lo que, según él, está provocando "precios de liquidació­n".

La UE anunció esta semana otra investigac­ión sobre la industria china de turbinas eólicas. La potencia asiática pretende dominar las cadenas de suministro mundiales y es socia de varios parques eólicos en España, Grecia, Francia, Rumania y Bulgaria.

La vieja estrategia china para dominar el mercado

Margrethe Vestager, comisaria de Competenci­a de la UE, describió esta semana la estrategia de China para dominar los sectores de la energía verde: Pekín suele atraer primero la inversión extranjera a través de empresas conjuntas, para luego cerrar su propio mercado a las empresas extranjera­s antes de exportar el exceso de capacidad al resto del mundo a precios bajos y subvencion­ados.

Pekín, por su parte, ha acusado a EE.UU. y la UE de utilizar el proteccion­ismo para intentar frenar el avance económico del país.

"Deberíamos estar preparados para jugar duro con China", dice Langhammer a DW. "Para los coches eléctricos y la tecnología verde, EE.UU. y la UE son los mercados exteriores más importante­s y los chinos necesitan acceder a ellos".

(aa/ms)

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