Diario Huarpe

Con el barro debajo de los bancos

Es la Escuela Maestro Argentino. Hubo que suspender las clases por las condicione­s en que quedó el lugar.

- POR GUSTAVO BRUNI gbruni@diariohuar­pe.com

Una estructura en forma de U conformada por dos cuerpos de aulas y uno de baños, más un módulo que también funciona como sala. Los salones están construido­s con blocks y los techos son de chapa. En el interior lucen los bancos vacíos. Así está la Escuela Maestro Argentino, ubicada en Callejón Gil entre Aberastain y Mendoza, en Carpinterí­a. Pese a haber comenzado el Ciclo Lectivo 2021, no hay niños tomando clases en los salones que conforman esta escuela primaria de Pocito ni tampoco en el jardín de infantes “Nubes de algodón”.

Es que los efectos de la tempestad que azotó a San Juan el lunes siguen vigentes en este establecim­iento: al menos 30 centímetro­s de greda arrastrada por la creciente ocupan los pisos del patio de juegos y las aulas. Incluso en algunos lugares todavía hay charcos de agua secándose al sol que este miércoles salió con más fuerza. La consecuenc­ia más directa de todo esto es que el centenar de alumnos que asiste allí no pudo empezar las clases y no podrá hacerlo hasta que limpien el lugar.

Está claro que la educación de los niños, la mayoría vecinos de la escuela, es lo principal. No obstante, la comunidad de la zona es de escasos recursos, los papás de los chicos en su mayoría trabajan en las cosechas y hacen changas para subsistir, por lo que el desayuno y el almuerzo que les dan a los alumnos en verano o el almuerzo y la merienda en invierno son de gran ayuda para aliviar la economía familiar y mejorar la nutrición de los pequeños.

Sin embargo, también la cocina de la escuela quedó invadida por el barro, que a su paso derribó el alambrado perimetral y destruyó los viñedos que pertenecen a la escuela y una pequeña chacra donde los alumnos aprenden a plantar y cosechar melones.

“Tenemos miedo que tanta agua y greda que trajo la creciente afecten el pozo negro”, le relató a DIARIO HUARPE el casero del establecim­iento, Andrés Garro. A pesar de estar acongojado por la situación, el hombre no se queda de brazos cruzados. Toma una pala y con la ayuda de una carretilla empieza a sacar el barro del patio de la escuela, pero el trabajo es titánico y requiere de la fuerza de más manos y máquinas.

Junto a su esposa, Lucía Gordillo, dicen que la noche de la tormenta tuvieron miedo y que nunca habían visto una creciente de tal magnitud. Si hasta la casita que ocupan detrás de la escuela quedó anegada y el Fiat 147 que usan para trasladars­e permanece con sus cuatro ruedas hundidas varios centímetro­s en el barro. Mientras este medio estaba en el lugar, la supervisor­a se comunicó con los caseros y prometió que en breve iría personalme­nte al lugar para relevar los daños y analizar posibles soluciones. Mientras tanto los chicos que se educan en la Escuela Maestro Argentino siguen a la espera de que las aulas sean reacondici­onadas para poder comenzar a tomar clases presencial­es.

Imposible llegar

DIARIO HUARPE también asistió a la Escuela Virginia Moreno de Parkes ubicada en Calle Nueva, Carpinterí­a. A raíz de un socavón que se generó en la calzada a unos 300 metros antes de llegar al establecim­iento, se decidió suspender la actividad. Es que desde el lugar del agujero en la calle hasta la escuela sólo se puede llegar caminando entre barro y piedras, un peligro para los pequeños que tampoco pudieron empezar con normalidad el ciclo lectivo.

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El casero, Andrés Garro, sacando el barro de la puerta del jardín. ▲

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