La difícil situación que atraviesan vecinos del Lote Hogar 3 para consumir agua
La familia Cuello vive hace más de 20 años en el Lote Hogar 3, ubicado en La Bebida, y sufre la problemática de la falta de agua desde tiempo atrás, al igual que todo el barrio.
DIARIO HUARPE llegó a la vivienda de la familia Cuello para mostrar la problemática y visibilizar la situación que atraviesan las casi 100 familias con el agua. El hilito del líquido que sale de canilla no sirve para atender todas las necesidades básicas de las familias que viven en el Lote Hogar 3 ubicado en La Bebida, Rivadavia. Cómo pasan su día a día, de dónde sacan agua y cómo hacen para aguantar, esperando una pronta respuesta.
En la casa viven el matrimonio de Cecilia Reinoso y Daniel Cuello, sus hijos y un nieto de un año de edad, llamado Enzo. Toda la familia tiene que abastecerse del suministro de agua potable a través de tachos o baldes que son llenados casi de manera azarosa, ya que los vecinos tienen que esperar al camión del municipio o que caiga una eventual lluvia. La familia Cuello posee tres tachos de 200 litros cada uno y también, cuando pueden, llenan una pileta de lona con agua, la cual está destinada al uso higiénico, ya sea para bañarse o lavar ropa.
El Lote Hogar 3 comienza en la esquina de calle Atencio y Morón en La Bebida. El pasado 1 de febrero, los vecinos hicieron el reclamo ante DIARIO HUARPE que llegó a ese lugar para mostrar la problemática que los aqueja desde hacen por lo menos 30 años. En ese barrio, los vecinos no tienen ni un hilo de presión y tienen que sobrevivir cargando baldes o tachos que llena ocasionalmente un camión hidrante de la Municipalidad de Rivadavia.
El agua en ese barrio es un problema de varios años, los vecinos se demoran días para poder llenar baldes y tachos debido a que, como mucho, de los surtidores solamente sale un “hilito” del suministro vital. De esta manera, van almacenando el agua en estos recipientes que luego utilizan para tomar y cocinar. Los vecinos tienen que estar permanentemente haciendo guardias en horarios de madrugada para esperar a que el agua salga de los surtidores y así aprovechar para llenar la mayor cantidad de tachos posibles.
Cabe mencionar que esta práctica es sumamente peligrosa, más para una vivienda donde habita un pequeño de tan solo un año de edad, como es el caso de Enzo, el hijo de Antonella y nieto de Cecilia y Daniel. Cecilia comentó que la mayoría de las veces a Enzo se le da el agua luego de haberla hervido, ya que los tachos se ensucian por distintos motivos como puede ser basuras de algún viento, hojas o ramas y también insectos que terminan en esos recipientes.
“Nos dicen que es agua potable, pero al tenerla almacenada tanto tiempo en los tachos se ensucia y por eso tenemos que hervirla, por lo menos para que el bebé tome la mejor calidad posible”, dijo Cecilia. Ambos hijos del matrimonio viven en ese hogar desde que nacieron.
“Nos dicen que es agua potable, pero al tenerla almacenada tanto tiempo en los tachos se ensucia y por eso tenemos que hervirla” Cecilia Cuello, vecina del Lote Hogar 3.
Antonella, la mayor de 23 años, comentó que ya están habituados a esa realidad, ya que nunca vio salir agua de los surtidores, como es usual en la mayoría de los domicilios de San Juan. Axel, de 17 años, dijo que todos los días de su vida han sido así y que para bañarse tienen que estar contando los minutos para que el agua alcance para todos.
Tanto la familia Cuello como todos los vecinos del barrio, niños y adultos mayores, se ven obligados a consumir el agua que almacenan en baldes o tachos que previamente hierven para purificarla.
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