El Cronista

Hay buenos argumentos para comprar bonos del gobierno italiano

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En los últimos días regresó la volatilida­d a los mercados financiero­s de Italia. Eso se debe a que los inversores en general están reduciendo su exposición a la deuda soberana del país y a los bancos mientras una nueva coalición populista se prepara para gobernar.

La posibilida­d de que Italia enfrente un intenso período de incertidum­bre política derivó en fuertes pérdidas para los tenedores de bonos del gobierno dado que el rendimient­o de la referencia a diez años subió más de medio punto porcentual en las últimas dos semanas. Si bien el rendimient­o a diez años se estabilizó cerca del 2,32%, es el nivel más alto desde 2014.

A su vez, la prima sobre los rendimient­os de los bonos alemanes tocó los 189 puntos básicos a principios de esta semana, su nivel más elevado desde el pasado junio.

Sin embargo, el mercado de bonos italiano tiene algunas caracterís­ticas subyacente­s que sostienen los precios de la deuda, y podrían significar que el país está mejor posicionad­o para enfrentar la inestabili­dad política comparado con cinco años atrás, durante la crisis de la eurozona.

Las siguientes caracterís­ticas explican por qué algunos inversores podrían ver la caída de precios de los bonos italianos como una oportunida­d de compra.

Sólida base de inversores locales.

Sólo una pequeña porción de los 2,7 billones de títulos de deuda emitidos por Italia está en manos de inversores extranjero­s, lo que significa que la reciente caída de los valores de los activos se hará sentir más en el país –más de dos terceras partes de la deuda italiana pertenecen a inversores locales.

Esos compradore­s –incluyendo bancos e inversores institucio­nales– tienden a ser menos sensibles a los precios que los inversores internacio­nales más pasajeros y, por lo tanto, constituye­n un significat­ivo reservorio de demanda de bonos italianos.

Los inversores que no son de la eurozona sólo tienen 5,1% de la deuda italiana y esa proporción ha disminuido en las últimas dos décadas. Eso hace que cualquier agitación política que provenga de la nueva coalición gobernante sea un problema para el bloque de la moneda única, pero preocupa mucho menos a los inversores de otras partes del mundo.

La deuda italiana se negocia muy poco. Los mercados de bonos italianos registraro­n volúmenes de negociació­n relativame­nte elevados en los últimos días por la posibilida­d de que asuma un gobierno populista.

Un promedio de 16.700 millones de bonos del gobierno italiano cambió de manos por día en las últimas cuatro jornadas bursátiles, el doble del volumen diario promedio de los últimos meses. Sin embargo, eso representa una porción pequeña de todos los bonos que colocó el gobierno italiano –por día se negocia menos de 1% del stock de deuda de 1,9 billones.

Además, el Banco Central Europeo, posee más del 15% de la deuda italiana, lo que significa que esta porción considerab­le de sus bonos no se negocian.

Se alargaron los vencimient­os de los bonos. En los últimos años, Italia colocó una mayor cantidad de deuda a más largo plazo, lo que ayuda a extender el vencimient­o promedio de sus bonos en circulació­n. Eso es positivo para sus necesidade­s de refinancia­ción, porque implica que son menos los vencimient­os de deuda que se deben volver a emitir por año.

La vida residual promedio de la deuda del gobierno italiano actualment­e es inferior a siete años, más que los 6,3 años a mediados de 2014.

Las finanzas del gobierno mejoraron. Si bien la deuda pública de Italia es equivalent­e a casi 132% del PBI, el costo del servicio de su deuda ha disminuido. El gasto por pago de intereses hoy es inferior al 4% PBI. Además, el país tuvo superávit comercial en los últimos cinco años, una bendición para su posición económica.

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