Desconfianza y falta de estímulos, los ejes del éxodo de las empresas
Los analistas coinciden en que la extensa cuarentena profundizó la recesión. Pero pesa más la incertidumbre que genera el mercado local y las reglas de juego que impone. Advierten que podría haber más sangría
El éxodo de multinacionales no se detiene. En la cuarentena, al menos diez compañías anunciaron su intención de retirarse del país. Mientras que algunas dejaron el mercado nacional o mudaron parte de su producción a países de la región, otras colgaron el cartel de venta y transfirieron la operación a nuevos socios mayoritarios.
Cuatro aerolíneas ya hicieron las valijas: Latam, Air New Zealand, Qatar Airways y Emirates. A ellas se suman el laboratorio Pierre Fabre, los fabricantes de pinturas para autos Axalta y Basf y el productor de parabrisas Saint Gobain Sekurit. Completan la lista los anuncios recientes de la cadena Falabella y la app de delivery Glovo.
Aunque cada caso es distinto, hay un factor común a todos: cada vez es más complicado hacer negocios en un país de constante turbulencia financiera e incertidumbre económica. Aunque la desinversión comenzó en 2019, tras las elecciones y la creciente devaluación, se aceleró con el coronavirus.
Para muchos, el horizonte de recuperación estaba puesto en la post pandemia. Sin embargo, la crisis macroeconómica y la cuarentena extendida deterioraron las expectativas. La “sangría” de empresas parece no tener fin y advierten que podrían producirse más salidas.
¿Hasta qué punto estas decisiones responden al contexto de crisis por el Covid-19 o se relacionan a condiciones estructurales de la Argentina, que desalientan la inversión? Los analistas coinciden en que la pandemia fue “la gota que rebalsó el vaso” y que la cuarentena profundizó la recesión. A la parálisis de la actividad económica, se sumó un clima de mayor incertidumbre.
“La falta de estímulos es el principal driver que las motiva a irse, junto con la desconfianza que genera el mercado local y las reglas de juego que impone. El mal clima de negocios y la dificultad para mover capitales conspiran también contra la decisión de quedarse. Las firmas que operan en industrias donde el Estado tiene una mayor injerencia o la capacidad de regular son más propensas a dejar la Argentina”, dice Ignacio Aquino, socio de Corporate Finance de PWC Argentina.
“Las recientes medidas económicas y el mayor control de capitales quitan previsibilidad y aceleran la desinversión. La reconfiguración se enfoca en mercados de alto riesgo o poco crecimiento, donde, lamentablemente, figura la Argentina”, sostiene Juan Tripier, Senior Manager de First Capital Group.
Para Mario Caramutti, socio de Finanzas & Gestión, se suman factores políticos que “ahuyentan”, sobre todo a empresarios de sectores regulados. Enumera antecedentes como el intento de intervención a Vicentin, el avance sobre Edesur y la regulación a las telecomunicaciones.
Las compañías que se retiran pertenecen a las industrias más impactadas por la pandemia. Retail (supermercados, tiendas departamentales y cadenas de fastfood) junto con turismo y autopartes son los sectores más perjudicados. En consecuencia, se perfilan como posibles candidatos a armar las valijas.
Por caso, en las últimas semanas, empezaron a correr rumores de que Alsea (la operadora de Burger King y Starbucks), Cencosud y Walmart buscan compradores, aunque las empresas lo desmienten.
“En turismo y retail podrían producirse salidas, golpeados debido a la baja del consumo por el lock down producto de seis meses de aislamiento. Otros sectores comprometidos son el lácteo, el agro, el textil y el cuero, dado que sufren la brecha cambiaria”, opina Caramutti.
“Si bien todas las industrias se verán impactadas, algunas quedarán mejor posicionadas. Turismo, aviación, gastronomía, retail, petróleo y gas, y automotriz enfrentan desafíos. En ellas, ya hubo anuncios de venta y cierre”, indica Tripier.
Según Aquino, la solución más efectiva es la venta y la salida del país: “Se minimiza el impacto en el negocio. El traspaso de la operación a otro jugador genera un ahorro de costos para el comprador, ya que muchas veces se evita el pago de indemnizaciones y deudas”.
Pero es factible que muchas empresas no encuentren compradores y busquen alternativas. “Si el intento de venta falla y se cae la operación, el plan b es pensar en otras opciones, que, posiblemente sean menos beneficiosas para el vendedor, ya que deberá asumir él los costos. Así, empieza el operativo de desarme, para desprenderse de un área de negocio, un activo físico o una marca que ya no se considera estratégica”, explica.
Compañías de retail junto con turismo y autopartes son posibles candidatas a armar las valijas, según expertos