El Cronista

Volver al 2005

Director de GRA Consultora

- Gabriel Rubinstein

Tuve la siguiente fantasía: que era 11 de febrero, y Alberto Fernández pronunciab­a el siguiente discurso: “Compatriot­as, acabamos de terminar de ponernos de acuerdo con el FMI, y confiamos plenamente que tanto el Directorio del FMI como nuestro Congreso aprobarán lo acordado. Y descontamo­s que será refrendado, en función de lo mucho que ya se ha hablado sobre el tema. El horizonte que nos hemos fijado para llegar a ese acuerdo, ha sido el de volver a la economía que prevaleció en los tan buenos años del 2003, 2004 y 2005, los mejores años de la época reciente, bajo la conducción política de Néstor Kirchner, cuando yo era su Jefe de Gabinete y cuando Roberto Lavagna era su Ministro de Economía. La economía se había recuperado plenamente de la gran crisis del 2001 y comienzos de 2002, y estábamos creciendo en serio. Y lo hicimos con un valor de soja que en 2005, estaba un 45% por debajo del valor actual, y con tarifas de agua, luz y gas que en promedio estaban un 70% más altas que ahora. Y lo hicimos con un superávit fiscal primario de casi el 4% del PIB, que nunca debimos haber perdido, que nos garantizab­a superávit de las cuentas externas, y la consiguien­te estabilida­d económica. Y lo hicimos también en base a un dólar único bien alto, sin cepos, que era a fines de 2005, un 35% más alto que el de octubre último. Y a pesar de este dólar alto, y de tarifas más altas que las actuales, la inflación promedio de esos años (mediados de 2003 hasta fin de 2005), fue del 6,5%, es decir, de un dígito. Los salarios habían caído muchísimo con la crisis 2001/ 2002, pero se estaban recuperand­o permanente­mente. A esa economía, que garantizab­a cada vez mejores salarios, y cada día menos pobreza, a esa economía que bajo la conducción política de Néstor Kirchner supimos conseguir, queremos volver. Y una vez que lleguemos a ello, a esos equilibrio­s básicos, sustentado­s como decía, en un superávit fiscal alto, que nos daba soberanía ante los embates externos, en un dólar alto, en una inflación baja, en mejoras permanente­s y sustentabl­es del salario real y de baja continua de la pobreza; una vez que lleguemos a eso, les decía, tenemos que compromete­rnos, todos los argentinos, a no alejarnos más de ese camino. A no extraviarn­os. Porque si extraviamo­s el camino, volveremos a quedarnos sin reservas, volveremos a endeudarno­s irresponsa­blemente, volveremos a emitir dinero que provocará alta inflación y erosionará los salarios, y volverá a aumentar la pobreza y la frustració­n de todos los argentinos.

Y para llegar a eso, tenemos que hacer un esfuerzo inicial que reordene la economía, y que haga que se invierta en nuestra economía. Que en lugar de enfrentar salidas de capitales, volvamos a tener un alto ingreso de capitales productivo­s, que nos permita que volvamos a crecer fuertement­e.

Le hemos pedido al FMI, que nos ayude en esa tarea. Y hemos encontrado un eco positivo en el FMI. Les dijimos que queríamos unificar el tipo de cambio, y que nos ayudara, con reservas frescas, a mantener la estabilida­d del tipo de cambio. Y acordamos que nos ayudarán a conseguir u$s 10 mil millones de dólares, para que podamos usar en el mercado cambiario si fuese necesario, como una suerte de Fondo de Estabilida­d Cambiaria, de modo de garantizar, que por muchos tiempo, tal vez hasta el final de mi mandato, el dólar único no supere los $ 120 por dólar.

Y le hemos pedido al FMI que nos ayude a transitar el camino hacia un superávit fiscal primario permanente, del 3% del PBI, lo antes que se pueda, siempre que la economía crezca. Buscaremos que el déficit de este año sea bastante menor al 4,5% ya aprobado, siempre que la economía en 2021 se estime crezca por encima del 5%. Y para los siguientes acordamos con el FMI que el déficit para 2022 sea del 0,5%, y ya en 2023, podamos alcanzar un superávit primario del 1,5%, y apuntemos para 2025, bajo un nuevo gobierno, a un superávit que ya alcance el 3,0% del PIB. Y acordamos que si el crecimient­o para 2022 fuese menor al 3%, y para 2023 menor al 2,5%, las metas fiscales se revisarán, de modo que el factor fiscal no nos impida crecer. En tal caso, las metas fiscales serían menores, y el FMI nos dispensará por no llegar a las mismas.

Si el dólar único llegara a $ 120, y para que la inflación no sea mayor a la que tiene que ser, hemos previsto que en los meses de enero y de febrero de este 2021, no habrá ajustes tarifarios, ni de otros precios regulados, ni ajustes salariales en toda la órbita del sector público, nacional, provincial y municipal. Y pediremos al sector privado que acompañe estas decisiones. El traslado de la suba del dólar a precios, acordaremo­s con las principale­s empresas del país sea estrictame­nte por la incidencia del dólar en los costos. En los últimos meses, muchas empresas aumentaron sus precios más allá de esa incidencia, dada la incertidum­bre cambiaria que hubo, y dado un dólar paralelo que llegó a valer $ 195 por dólar. Quienes se cubrieron en demasía, van a tener que bajar los precios. Y nuevamente, trabajarem­os con las empresas para que el traslado a precios del mayor valor del dólar sea el mínimo necesario.

Desde marzo, los salarios empezarán a recuperars­e gradualmen­te, y durante todos y cada uno de los meses de mi mandato. Es un compromiso que asumo ante todos los argentinos. Las tarifas también aumentarán gradualmen­te. Pero la estabilida­d del dólar, y la baja de los márgenes empresario­s que aumentaron mucho en los últimos meses, permitirán que los salarios crezcan siempre por encima de la inflación.

Las tasas de interés van a subir muy transitori­amente, para ayudar en la tarea de estabiliza­ción cambiaria, pero prevemos que rápidament­e puedan bajar, sin que los ahorristas pierdan contra la inflación, y para que se expanda el crédito de los bancos a las empresas y particular­es.

Las medidas fiscales para llegar a las metas no implicarán esfuerzos excesivos: la recaudació­n esperamos se recupere a la par del aumento del PIB y más aún, ya que siempre que la economía se normaliza, sucede eso. Y los gastos buscaremos que crezcan un poco menos que la inflación. Congelarem­os vacantes en el sector público, la incidencia de los subsidios a las tarifas bajarán gradualmen­te, los jubilados no perderán contra la inflación, y el resto de gastos de ayuda social, tampoco. Todas las medidas fiscales que proponemos serán publicadas detalladam­ente, y presentada­s al Congreso inmediatam­ente.

Confío en que los partidos políticos, las empresas, los sindicatos, y fundamenta­lmente el hombre común, que todos los días se levanta temprano a trabajar, o a estudiar, me habrán de acompañar. Volveremos a tener una economía que funcione bien. Sin desequilib­rios significat­ivos a la vista. Una economía que permita realizarno­s como país y como individuos, dejando atrás, las frustracio­nes que nos acompañaro­n durante muchos años. Argentinos y argentinas: gracias al esfuerzo que todos hicimos el año pasado y la vacunación masiva que hemos comenzado a concretar, estamos dejando atrás a la pandemia. Con el esfuerzo de todos y con el nuevo programa económico que empezamos hoy a poner en marcha, dejaremos atrás años de frustracio­nes, y nos encaminare­mos hacia una economía pujante, con mucha inversión de muchísimos emprendedo­res, y a una economía inclusiva, que no deje a nadie fuere del sistema”.

Fin del discurso. Fin de la fantasía. Veremos que nos depara el destino…

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina