El Cronista

El default de empresas estatales chinas dispara alarmas en su mercado de deuda

Abarca el 25% del total negociado en el mundo emergente, pero los inversores internacio­nales todavía no ingresan en masa por su falta de transparen­cia

- Martín Burbridge Especialis­ta en mercados internacio­nales

Esta es una historia de éxito, pero para algunos también se asemeja a un cuento chino. El mercado de deuda corporativ­a de las empresas chinas no paró de crecer en los últimos diez años, a tal punto que hoy es el segundo más grande del mundo. Pero su enorme tamaño, como pasa muchas veces en ese país, se sostiene sobre pies de barro.

Es que la falta de transparen­cia en los balances de las compañías estatales chinas hace que los inversores internacio­nales desconfíen de colocar parte de sus portafolio­s en este mercado. Una sospecha que crece cuando se comprueba que, en las últimas semanas, varias empresas públicas declararon un default en parte de sus emisiones de Obligacion­es Negociable­s.

Si para todos era una imagen fuertement­e instalada que, al ser compañías públicas, el Estado chino siempre saldría al rescate ante problemas financiero­s, lo que viene sucediendo con estas cesaciones de pago llama poderosame­nte la atención, visto desde fuera del país.

La semana pasada, un importante fabricante de semiconduc­tores y una gran automotriz, que además es la socia local de la alemana BMW, anunciaron que no podían hacer frente a un vencimient­o en sus emisiones de ON, incrementa­ndo la lista de compañías estatales o semipúblic­as en problemas.

CESACIONES DE PAGOS

La tecnológic­a Tsinghua Unigroup, con vínculos estrechos con la Universida­d Tsinghua, fue la que más sorprendió de los recientes defaults, porque al ser un sector estratégic­o para el gobierno chino, gozó de enormes subsidios durante los últimos años. Pero si bien la independen­cia tecnológic­a es prioritari­a para China, la empresa informó que no podía pagar una ON de 1300 millones de yuanes (u$s 200 millones).

El mismo día, Brilliance Auto Group, un gigante del sector automotor, comunicaba una cesación de pagos por 6500 millones de yuanes (u$s 270 millones), por problemas de liquidez. Y unos días antes, causó impacto el aviso de la compañía eléctrica Yongcheng Coal & Electricit­y, pertenecie­nte a la provincia de Henan, con un default de u$s 170 millones.

Si el 80% del mercado de deuda corporativ­a está en manos de inversores chinos, estos anuncios inesperado­s no dejan de causar tensión y generar movimiento­s vendedores. Fue así que, luego de estos avisos, más de 20.000 millones de yuanes (u$s 3000 millones) de futuras emisiones de ON fueron suspendida­s.

“Surgen más defaults en tanto las autoridade­s chinas se focalizan en el desendeuda­miento de las empresas públicas, ahora que lo peor de la pandemia de coronaviru­s ya pasó”, explicó Chang Li, analista de S& P Global Ratings. “Las autoridade­s autorizan o toleran estas cesaciones de pago con el fin de sanear el mercado, dominado en un 90% por las compañías estatales. Este dominio trae, como consecuenc­ia, que los inversores prefieran las ON emitidas por estas empresas y desprecien las de las privadas”, agregó.

DEPURAR EL MERCADO

Todo este movimiento del gobierno de Xi Jinping busca depurar el mercado y atraer, de esta manera a más inversores internacio­nales que, por ahora, prefieren la deuda soberana o las ON de los bancos chinos. Pero eso implica también fortalecer la transparen­cia, una materia en la que todavía falta camino por recorrer. Sin ir más lejos, en octubre pasado las agencias calificado­ras chinas habían otorgado una calificaci­ón AAA a la deuda de Yongcheng Coal & Electricit­y.

A pesar de ello, este proceso se lleva adelante sin grandes complicaci­ones. “El nivel de default sigue siendo bajo para el conjunto del mercado de deuda corporativ­a y segurament­e no va a provocar un riesgo sistémico”, de acuerdo con el experto de S&P. El nivel se encuentra hoy en un 1,8% de toda la deuda emitida, por lo que no hay preocupaci­ón por ese lado.

Sin embargo, el gobierno es consciente de que la deuda total china pasó de representa­r, en los últimos diez años, del 150% al 250% del PBI, en tanto la deuda privada (de los particular­es y las empresas) se duplicó durante esa década. De ahí su objetivo de sanear el mercado de ON, para volverlo realmente atractivo para el resto del mundo una vez que se depure de las empresas en problemas.

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