Oscar Vaz, el colorista del agua y los puertos de Buenos Aires y Mar del Plata
Artista autodidacta, recién a sus 37 años conoció el éxito comercial, así como el reconocimiento de galeristas y coleccionistas. Mostró el lado luminoso de las riberas urbanas
Parecía que su futuro era continuar la tarea de su padre como despachante de aduana, pero el destino hizo de Oscar Vaz un gran seguidor de los marinistas de nuestro arte, movimiento que comenzó con el italiano Eduardo de Martino, continuó con Justo Lynch y fue perpetuado por Vaz.
Fue justamente Lynch quien, en una muestra en el Club Barracas, en 1940, descubrió a este artista aficionado. A partir de ese momento lo apoyó y marcó su camino.
Cuando tenía 37 años recién realizó su primera exposición, y con gran éxito, en Galería Müller. Siempre tuvo una gran demanda de sus obras y sus muestras eran un suceso garantizado.
También contribuyó a su formación el pintor Numa Ayrinhac, quien era muy conocido por sus retratos de Juan Domingo y Eva Perón.
Todos los veranos viajaba a Mar del Plata: otro de sus temas preferidos era la banquina de pescadores de esa ciudad balnearia. También están presentes en sus obras sus dos nietos.
Pocos son los artistas que han tenido tanto éxito con la venta de sus obras. Esto generaba envidia en muchos de sus colegas que se olvidaban que su estilo personal le permitía hasta pintar en La Boca, que parecía que tenía tan sólo un ‘dueño’ (Benito Quinquela Martín).
Generalmente trabajaba del natural con pequeños cartones de 24×30 centímetros. Y aquellos que le gustaban más los ampliaba en su casa taller de la Avenida Montes de Oca. Generalmente sus obras tienen tamaños medianos, y son excepcionales las de gran formato.
Fue un gran colorista pero, curiosamente, mis obras preferidas son las que reflejan con grises la niebla en La Boca o en Mar del Plata.
Cerca de 40 obras suyas se venden en subastas porteñas todos los años. Las más cotizadas fluctúan entre u$s 10.000 y u$s 20.000. Actualmente, sus obras medianas pueden comprarse entre u$s 2.000 y u$s 3.000.
Para una ciudad que da la espalda al río, la obra de Vaz nos muestra la otra cara -linda- de Buenos Aires.
Sus obras más cotizadas fluctúan entre u$s 10.000 y u$s 20.000, salen unas 40 a subasta al año
La niebla en La Boca y la banquina de pescadores en La Feliz, dos de sus temas preferidos