Respaldo de EE.UU. para que el FMI aumente su ayuda a los países pobres
La secretaria del Tesoro norteamericano, Janet Yellen, apoyó la idea de aumentar los fondos del FMI. El organismo está evaluando un aumento de u$s 500.000 millones en derechos especiales de giro
En la previa de la primera reunión de ministros de finanzas del G20 del año, la secretaria del Tesoro de los Estados Unidos, Janet Yellen, respaldó que el Fondo Monetario Internacional aumente su financiamiento a los países pobres en el contexto de la crisis por la pandemia. El FMI está evaluando un aumento de u$s 500.000 millones en sus derechos especiales de giro (DEG), la moneda de reserva del organismo.
“Una asignación de nuevos Derechos Especiales de Giro (DEG) en el FMI podría aumentar la liquidez de los países de bajos ingresos para facilitar sus muy necesarios esfuerzos de recuperación económica y sanitaria”, escribió Yellen en una carta a sus colegas del G20. La carta refleja el cambio de postura de los EE.UU. en relación a la cooperación internacional: la administración Trump se había resistido a otorgar ayudas extras, pese a los pedidos de sus colegas europeos y africanos.
Yellen también instó a los países del G20 a redireccionar el exceso de DEG para apoyar los esfuerzos de recuperación en los países pobres.
Siguiendo el argumento que había marcado el día anterior la titular del FMI, Kristalina Georgieva, Yellen alertó que “sin más medidas internacionales para apoyar a los países de bajos ingresos, corremos el riesgo de una peligrosa y permanente divergencia en la economía global”, y sostuvo que el FMI y el Banco Mundial “deben seguir desempeñando un gran papel
“Una asignación de nuevos DEG podría aumentar la liquidez de los países de bajos ingresos”, dijo Yellen
Yellen exigió una “mayor transparencia y responsabilidad” en la forma en que los DEG son utilizados
La secretaria del Tesoro remarcó la necesidad de ampliar el acceso a las vacunas y contener la pandemia
en la financiación de la respuesta sanitaria mundial”.
El miércoles Georgieva afirmó que si bien el FMI proyectaba un crecimiento promedio del 5,5% para la economía mundial, “el ascenso sería largo e incierto”. En este sentido, advirtió que “la mayor parte del mundo se enfrenta a un lento despliegue de las vacunas, incluso mientras se propagan nuevas mutaciones del virus, y las perspectivas de recuperación están divergiendo peligrosamente entre países y regiones”.
Según el FMI, las economías emergentes han sido particularmente golpeadas por la crisis y tiene poco margen fiscal para responder. De hecho, el año pasado la economía latinoamericana sufrió la peor contracción (7,4%) según el organismo, aunque se espera un crecimiento de 4,1% para este 2021.
No obstante, Georgieva dijo la convergencia entre las economías ya no puede “darse por sentada”: “antes de la crisis, preveíamos que las diferencias de ingresos entre las economías avanzadas y 110 países emergentes y en desarrollo se reducirían en 2020-22. Pero ahora estimamos que sólo 52 economías acortaran la brecha durante ese periodo, mientras que 58 se quedarán atrás”, explicó.
La Unión Europea (UE) ya había dado señales de estar dispuesta a aumentar los fondos del FMI y extender los beneficios de alivio de deuda para los países más pobres. En una reunión de los ministros de Finanzas la semana pasada, se discutió la extensión de la Iniciativa de Suspensión de Pago de Deuda –la congelación de pagos por seis meses para 73 países– y hubo un acuerdo general en relación a la necesidad de aumentar los DEG.
No obstante, Yellen insistió en que la medida debe estar acompañada de una “mayor transparencia y responsabilidad en la forma de intercambiar y utilizar los DEG”. Según Bloomberg, una preocupación clave entre los titulares de deuda privados es la magnitud de los préstamos de China a países en desarrollo y temen que los nuevos préstamos puedan destinarse a pagar deuda con el gigante asiático.