El país de los 100.000 muertos, el dólar Messi y la capacidad de resiliencia
Cuando en 2008 España inició un período de crisis económica que se extendió a lo largo de seis años, varias empresas ibéricas comenzaron a mirar hacia la Argentina para buscar pilotos de tormenta que las ayudaran a sortear una situación a la cual no estaban habituadas.
Por entonces, reconocían la capacidad de adaptación del argentino para navegar las aguas turbulentas de la economía y encontrar la forma de mantenerse a flote, una especialidad por estas tierras en las que, a lo largo de su historia, la recesión, la inflación, la devaluación, los cambios de reglas y condiciones no han sido extraños para sus habitantes.
Es lo que se conoce como resiliencia, en definitiva, la capacidad de sobrevivir a situaciones traumáticas, amoldarse a la nueva realidad y crecer. Y, probablemente, la pandemia de coronavirus sea la prueba más exigente que debe atravesar el mundo en esa materia. Más aún para la Argentina, que pese a esa reconocida capacidad resiliente de sus habitantes, debe bregar no solo con las graves consecuencias económicas que derivaron de las restricciones dictadas para intentar contener el avance del Covid-19, sino con el dolor por la tragedia de las 100.000 vidas que se cobró en 16 meses, y con el cuadro de estanflación y deterioro que arrastra desde mucho tiempo antes. Circunstancia que hoy la tiene, precisamente, en el último lugar del ranking de resiliencia en la era del coronavirus, que elabora Bloomberg.
Esa situación crítica incluye el cuadro de fuerte endeudamiento con el Fondo Monetario, que hoy explora un camino de salida para el país más allá de que la realidad nacional diste mucho de deseos respecto del manejo de algunas políticas.
Por caso, mientras el FMI pide la unificación del tipo de cambio, en la Argentina, donde apenas el mayor logro de Lionel Messi con la Selección pudo desviar un momento la atención del dólar, ya hay tantas cotizaciones de la divisa estadounidense como el número de la camiseta del astro del fútbol mundial. Mayorista, oficial, solidario, tarjeta, blue, MEP, contado con liquidación (CCL), soja, Senebi y el de cara chica se anotan en una lista que suma integrantes ante cada nueva restricción dispuesta por el Gobierno para apretar el cepo y sostener a las reservas del Banco Central.
Pero ante las dificultades para que la economía retome su rumbo a nivel mundial, y con la variante Delta del coronavirus como una amenaza palpable, el organismo también apeló a la resiliencia como una solución. En este caso, un fondo en el que las naciones sin tantas urgencias hagan un aporte voluntario para que países como la Argentina, necesitados de financiamiento barato, accedan a líneas de crédito con plazos largos y tasas bajas.
El nuevo “fondo del Fondo” sería así una salida que se acerca a los pedidos del Gobierno y podría contribuir a evitar un default que dañaría aún más no solo al Estado sino también a las empresas. Un hecho evitable para un país que ya ha sufrido demasiadas tragedias.
Las víctimas y el golpe a la economía son una dura prueba del Covid19 para la capacidad de adaptación argentina