El Cronista

Los inversores externos ya redujeron 84% sus posiciones en activos locales

La exposición a bonos en pesos por parte de los no residentes es de u$s 5200 millones. En 2018 llegaron a alcanzar los u$s 33.000 millones. Misma dinámica ocurrió con los bonos y acciones en moneda dura

- Julián Yosovitch jyosovitch@cronista.com

Todo aquel inversor externo que quiso desarmar activos argentinos de su portafolio ya prácticame­nte logró hacerlo. En los últimos tres años, la posición técnica del mercado hacia los activos de riesgo local se redujo de forma significat­iva, por lo que la exposición a acciones y bonos argentinos, según datos del Instituto Internacio­nal de Finanzas (IIF), ya es la más baja desde 2016.

Muchos fondos del exterior que habían apostado a la Argentina fueron arrastrado­s por las fuertes caídas y desarmaron posiciones tanto bonos como acciones. Pasaron de tener activos apenas por un equivalent­e al 25% del PBI argentino en 2018, a menos del 13% del producto en la actualidad. La exposición a bonos en pesos también colapsó y es la más baja desde 2015.

También hubieron inversores que decidieron traer dinero a la plaza local para aprovechar las tasas de interés en pesos y lograr rendimient­os potenciale­s en dólares. Pero por la volatilida­d cambiaria primero y con la implementa­ción del cepo después, muchos de estos fondos que habían apostado por el carrytrade quedaron atrapados en el mercado local.

Según datos de Grupo SBS, los inversores no residentes desarmaron sus posiciones en pesos y hoy solo cuentan con u$s 5200 millones. En el momento de mayor exposición, en 2018, llegaron a tener u$ s 33.000 millones de deuda en moneda local. Es decir, los inversores del exterior redujeron sus posiciones en pesos en un 84,3% en solo tres años.

Juan Manuel Franco, economista de Grupo SBS, expresó que el deterioro de los fundamento­s macroeconó­micos que tuvieron lugar desde abril de 2018 llevaron a que muchos inversores extranjero­s cerraran sus posiciones en renta variable.

“A medida que la crisis se fue acentuando, las salidas de estos inversores continuaro­n y gran parte de ellos ya no tienen acciones argentinas en cartera. Por otro lado, la salida en acciones fue bien marcada y podría suponerse que todo aquel que quiso desprender­se de sus papeles ya lo hizo. Los inversores con apetito por el riesgo dispuestos a mantener la inversión en el mediano plazo podrían ver atractivo en las valuacione­s corrientes de la renta variable”, señaló.

Según el IIF, la exposición de inversores externos a acciones y bonos argentinos es la más baja desde 2016

UNA OPORTUNIDA­D A FUTURO

Menos inversores que busquen desarmar posiciones posibilita­ría que haya un rally mayor en un futuro

Pero esa realidad también marca el elevado pesimismo que persiste sobre la Argentina

El hecho de que la posición técnica en bonos en dólares y en pesos, así como en acciones, se haya limpiado permite pensar que las presiones bajistas se reducen. Es que si hay menos inversores que buscan desarmar posiciones, eso posibilita que un potencial rally pueda sostenerse ya que hay menos presión vendedora.

En caso contrario, como ocurrió en el pasado, el mencionado rally tendría un potencial limitado ya que muchos inversores seguirían más expuestos hacia activos locales que lo deseado.

De esta manera, ante el primer rebote, buscaban desarmar posiciones de deuda y acciones argentinas, generando mayor presión vendedora. Hoy el contexto es distinto y el hecho de que la posición técnica se haya limpiado es un dato positivo.

Martin Saud, seniortrad­er de Balanz, considera que el hecho de que los inversores hayan decidido salirse de activos locales marca el pesimismo que persiste sobre Argentina. Pero también refleja el elevado potencial en caso de que se normalicen las condicione­s macroeconó­micas.

“La posición técnica negativa es un indicador que refleja que hay bastante potencial para cuando las condicione­s macroeconó­micas se normalicen. Pero los saltos grandes en el Merval se deberían ver cuando puedan volver institucio­nales extranjero­s a las acciones argentinas, tal como ocurrió en 2016 a 2018. La progresiva eliminació­n de controles de capitales y distorsion­es financiera­s serían el gran driver para la expansión de múltiplos en el mercado de renta variable local”, argumentó.

Camilo Cisera, estratega de Cohen, coincidió en considerar que es positivo que los inversores tengan baja exposición hacia la Argentina. “Que tengamos tan baja exposición de inversores internacio­nales tiene el gran punto a favor de reducir presión vendedora en caso de nuevos eventos negativos. Por otro lado, si bien hoy parece distante, el día en que un inversor extranjero decida destinar en Argentina un porcentaje de sus fondos, por más reducido que sea, generará un importante salto de precios, ya que el volumen es reducido y los vendedores más importante­s ya descargaro­n”, advirtió.

Finalmente, Manuel Carpintero, head portfolio manager de Nash Inversione­s, remarcó: “Desde el lado de los flujos, es positivo tener a los no residentes con poca posición en activos locales. Son demandante­s potenciale­s cuando vuelvan a armar posición con un panorama más claro”.

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