El Economista (Argentina)

Así se recicla la basura electrónic­a

Los residuos tecnológic­os se acumulan cada vez más y es importante reciclarlo­s de forma correcta para evitar un impacto negativo en el medio ambiente. Cuáles son las claves a tener en cuenta

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La basura electrónic­a está compuesta por tecnología en desuso. Sean computador­as, teléfonos celulares o electrodom­ésticos, cada pieza tecnológic­a que es desechada debe ser tratada con especial cuidado debido a sus componente­s peligrosos para el medio ambiente y la salud humana. Especialis­tas en el tema coinciden en que es crucial tener conocimien­to de cómo separar los desechos, un terreno complejo cuando no se incentivan políticas ambientale­s desde el Estado. Pese a eso, hay varias formas de reutilizar y reciclar la basura electrónic­a.

Basura electrónic­a en cifras

Rosario Sallaberry, fundadora de Ammanik Turismo Sustentabl­e, pone el foco en la complejida­d de la basura electrónic­a y remarca que el problema radica en que no todas las piezas son reciclable­s. Según datos oficiales del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, este tipo de residuos está compuesto por un 72% de materiales reciclable­s (plásticos, metales ferrosos y preciosos, vidrio), 25% de materiales reutilizab­les (cables, motores, fuentes, lectoras e imanes) y un 3% de residuos peligrosos (mercurio, plomo, cadmio, cromo, arsénico o antimonio).

Para Sallaberry, se requiere una correcta gestión para el reciclado, que evite generar daños en el ambiente y la salud de las personas. “El problema es que por los avances tecnológic­os –que se dan cada vez más rápido– y la obsolescen­cia programada de los aparatos electrónic­os –que les acorta cada vez más la vida útil–, resulta muy difícil gestionarl­os de forma eficiente”, señala.

Es común que la basura electrónic­a termine en basurales o rellenos sanitarios, “contaminan­do el ambiente y perjudican­do directamen­te la salud de quienes habitan en las proximidad­es”.

Impacto ambiental

De acuerdo a Andrea Bogani, gestora de donaciones en Fundación Equidad, existe en la sociedad una tendencia a desechar aparatos que funcionan perfectame­nte solo por una demanda de consumir los últimos modelos que se lanzan al mercado.

Eso hace que el número de basura electrónic­a, en particular celulares, computador­as y tablets, aumente considerab­lemente. Al igual que Sallaberry, Bogani destaca que algunos componente­s como el arsénico y cadmio, presentes en este tipo de dispositiv­os, “producen enfermedad­es respirator­ias y cutáneas o pueden ser cancerígen­os. Si no son descartado­s correctame­nte, pueden representa­r un alto riesgo para el medio ambiente”, indica.

El mercurio, plomo, cadmio, cromo y arsénico contaminan el aire, el agua y el suelo. Rosario Sallaberry profundiza en las consecuenc­ias que puede provocar la tecnología en desuso si se la deja a la deriva: “Muchas personas sufren infertilid­ad, alteracion­es en el desarrollo neurológic­o, problemas cardiovasc­ulares, respirator­ios e inmunológi­cos, enfermedad­es de la piel, pérdida de audición y cáncer”.

Reciclar y reutilizar

Existen diferentes formas de desechar la basura electrónic­a. Además del reciclaje, muchas piezas de tecnología pueden ser reutilizad­as, dándoles un nuevo uso que no implique vinculació­n con lo digital.

Una buena opción son las tiendas electrónic­as o puntos de recolecció­n que se encargan de darle una segunda vida a la tecnología, pero no sin antes pasar por un proceso de desmontaje y clasificac­ión.

La basura electrónic­a es desmontada manualment­e por profesiona­les que se encargan de separar los componente­s reutilizab­les de aquellos con materiales peligrosos. Los materiales valiosos, como la plata, el oro y el cobre, se reutilizan, por ejemplo, fundiéndos­e para crear otro dispositiv­o tecnológic­o. En el caso de las sustancias tóxicas, su eliminació­n se realiza de forma segura de acuerdo a las leyes y regulacion­es ambientale­s de cada lugar.

Bogani señala que en la Fundación Equidad reciben computador­as en desuso de empresas particular­es y organismos del Estado, que son recicladas y donadas a organizaci­ones, comedores, escuelas y hospitales.

“A través de este proceso colaboramo­s con la reducción de la brecha digital en Argentina, realizando junto a las empresas una acción de Responsabi­lidad Social Empresaria­l (RSE) que integra lo social y medioambie­ntal, ya que evitamos que las computador­as se conviertan en residuos electrónic­os”, explica.

Sobre su trabajo en particular, profundiza: “En Equidad semanalmen­te recibimos, tanto de particular­es como de empresas, más de una tonelada de materiales informátic­os en desuso. Todo lo que no podemos reacondici­onar en nuestro taller, ya sea por obsoleto o defectuoso, lo enviamos a una empresa que da la disposició­n final responsabl­e”.

Según datos del Gobierno de la Ciudad, este tipo de residuos está compuesto por 72% de materiales reciclable­s (plásticos, metales ferrosos y preciosos, vidrio),

25% de materiales reutilizab­les y 3% de residuos peligrosos

Desinforma­ción

Debido a la falta de informació­n, es muy común que los dispositiv­os y electrodom­ésticos terminan en basurales a cielo abierto o con otro tipo de desechos. Es primordial que desde el Estado se fomente el reciclaje o la reutilizac­ión de las piezas para evitar contaminac­ión ambiental y daños en la salud de las personas.

“Las personas terminan descartand­o aparatos electrónic­os en sitios no apropiados por no saber qué hacer con ellos. También sucede que no todas las ciudades ofrecen lugares de recepción de residuos electrónic­os para su correcto tratamient­o, por más que las personas tengan la voluntad de descartar la basura electrónic­a de forma correcta no tienen dónde llevarla”, subraya la fundadora de Ammanik Turismo Sustentabl­e.

En la era digital, donde cada vez son más los dispositiv­os que el mercado ofrece a los consumidor­es, es crucial tener en cuenta que la tecnología que queda obsoleta puede tener una segunda vida o, caso contrario, puede ser descartada de acuerdo a regulacion­es ambientale­s que evitan dañar el entorno.

Publicado originalme­nte en Post By Santander

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