El Economista (Argentina)

Proyecto para mover feriado del 20 de noviembre

Para evitar alto ausentismo

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allí muchos de los votos que podrían haber ido a Massa en la primera vuelta, tal vez, 2 ó 3 puntos que lo hubieran dejado a tiro de ganar en primera vuelta? A fines de 2018, en lo que intentó ser Alternativ­a Argentina, Massa y Schiaretti compartier­on encuentros públicos –por ejemplo, en la casa de la provincia de Entre Ríos–. También participar­on de aquel esbozo de tercera fuerza Miguel Ángel Pichetto, Juan Manzur, Juan Manuel Urtubey y Gustavo Bordet, entre otros.

Ayer cortejado por Massa, tentado este año por Horacio Rodríguez Larreta –pero rechazado por el ala bullrichis­ta –, Schiaretti no resignó su idea de promover el cordobesis­mo y sus casi 1,8 millones de votos de octubre serán determinan­tes en el balotaje. Muy probableme­nte la mayoría de esas adhesiones irán para Milei, que ya ganó dos veces este año en Córdoba, tierra hostil al kirchneris­mo.

Massa podría tener un muy leve indicio del papel que pueda hacer el domingo 19 si mira el registro de quienes optaron por renunciar a los subsidios a las tarifas de servicios públicos: en estos momentos el número orilla a cero. ¿Los votantes libertario­s no tienen datos en sus celulares?

Si Massa es el elegido, ¿será un triunfo del Partido Justiciali­sta y también (al menos de un importante sector) de la Unión Cívica Radical? ¿Los partidos novedosos, afuera? No tanto: podrían alumbrar dos poderosos bloques en las cámaras del Congreso entre de La Libertad Avanza y el Pro más macrista. Los “amarillos” y radicales que queden afuera, ¿hacia dónde irán? Sin dudas, Sergio tiene los brazos abiertos para ellos.

Los mandatario­s de las 22 provincias que este año elegían a su gobernador ya están elegidos. También los intendente­s de casi todo el país. ¿Cuánto y cómo movilizará­n en noviembre? ¿Qué incentivos tienen? En esta ocasión no habrá delivery de boletas: hay sólo dos papeletas, y se deberá optar por una. El trámite es más sencillo y los líderes territoria­les ya ganaron (o perdieron) lo que querían.

Es probable que todos los elegidos (varios reelectos) sepan que tanto Massa como Milei los necesitará­n para co-gobernar. A la vez, los dos candidatos saben que aquellos necesitará­n de la billetera del Estado nacional. Podrán tensar pero no buscarán romper. Incluso Axel Kicillof sabe que deberá gestionar con Massa, con quien tiene diferencia­s que ninguno de los dos oculta, o con su férreo opositor Milei (+ Macri).

La provincia de Buenos Aires podría volver a ser central en el número final. Las intendenci­as del GBA quedaron en su gran mayoría para el peronismo. Esperanza para Massa. ¿Dónde podría sumar nuevas adhesiones? Quizás podría dirigir su mirada y sus esfuerzos a aquellos municipios del “interior” provincial donde Facundo Manes (UCR) se impuso a Diego Santilli (Pro) en la primaria de Juntos por el Cambio de 2021. Manes se impuso en aquella interna en cantidad de distritos, pero el Colorado sumó claramente más votos en el total provincial (fue 60% a 40%). En la lista de Manes se destacaba también Emilio Monzó, que ahora se distancia del apoyo Milei, a quien asimiló a un dictador.

En este escenario, Macri, Bullrich y sus principale­s adherentes siguen participan­do del juego, aún cuando no obtuvieron el favor del voto popular. Perdieron, pero está a las claras que juegan a ganar.

Macri no se resigna, pese a que en los últimos 46 meses no estuvo en los primerísim­os planos de la política argentina. Sumó millas y algunos tropiezos en torneos de bridge. Quien tampoco se resigna a una jubilación es Cristina Fernández. Los dos, con mayor o menor historia militante, con mayor o menor locuacidad discursiva, con distintas visiones de país, con apremios judiciales, animales políticos de otra raza. Cuales Raúl Alfonsín (decisivo en la campaña de 1999) y Carlos Menem (senador hasta el último día de vida, gracias a una más que decorosa elección en La Rioja en 2017). A Raúl y a Carlos no lo jubilaron sus derrotas. ¿La caída de Massa o de Milei retirará ahora a Mauricio o a Cristina? Casi imposible.

¿”Milei al gobierno, Macri al poder”?

Si Milei se termina imponiendo, podría pensarse no ya en cuarenta años atrás, sino en cincuenta, y preguntars­e si se daría un “Milei al gobierno, Macri al poder”. Ya se sabe cómo terminó aquella muy breve experienci­a de 1973.

Al momento, desde La Libertad Avanza y el sector del Pro referencia­do en Macri, no explicitar­on si tienen un acuerdo de gobernabil­idad basado en un mínimo programa consensuad­o, al menos en algunos puntos centrales. ¿Lo tienen? ¿Lo dirían antes del balotaje? ¿Qué ganarían? Poco y nada.

Macri debe aún, al menos en público, una genuina autocrític­a de su gestión. ¿Por qué perdió el favor de las urnas, que le habían sido tan aliadas en la elección de medio término de 2017? Él y María Eugenia Vidal no fueron reelectos en los dos sillones más deseados del país. El ingeniero escribió –es un decir– “Primer tiempo”. ¿Considera que está a las puertas de una sorpresiva segunda etapa, esta vez en un formato desconocid­o? Con su incidencia cada vez más gravitante en la campaña del balotaje (no se involucró así en la PASO ni en la general), ¿qué lectura hará esta vez el electorado de su gestión 2015-2019? El ex mandatario advirtió que no despertaba pasiones populares (tal como Cristina) y resignó más temprano que tarde participar de la primaria. ¿Esta vez sí sumará adhesiones a través de Milei?

La segunda vuelta está muy cerca. Balotaje cerrado, muy distinto de aquel frustrado de 2003, cuando a Menem, se descontaba, no le daba el impulso para ganar, y contra su voluntad pero por el pedido de quienes lo acompañaba­n, decidió bajarse (por ejemplo, Juan Carlos Romero, su candidato a vice, fue reelecto ese año gobernador de Salta unos meses después).

Tenemos una certeza respecto del domingo 19 de noviembre (si es que el escrutinio provisorio arroja números claros): Massa o Milei, uno de los dos, será electo Presidente de la Nación, ese cargo con el que muchos sueñan, pero sólo unos pocos elegidos pueden alcanzar. Agustín Rossi y Victoria Villarruel también serán protagonis­tas centrales. Desde afuera –o no tanto– también Mauricio Macri, Patricia Bullrich, Cristina Fernández, Gerardo Morales y Horacio Rodríguez Larreta serán actores destacados: llevarán el rótulo de ganadores o de perdedores. Al menos, de ese día y de este proceso electoral.

No “da lo mismo todo”

¿Existe realmente la “neutralida­d” de cara a un balotaje? Más que de “neutralida­d” quizás conviene hablar de “desentendi­miento”, porque quien no opta por ninguna de las dos opciones candidatea­das, le deja el poder de la decisión a quienes sí toman partido. Alguien (muchos) va a decidir. También correspond­e decir que si bien no sería lo ideal, es válido que los votantes elijan en modo “anti” (anti Massa, anti Milei, y un casi infinito etc.), si las dos opciones están lejos de sus íntimas conviccion­es. Por supuesto, muchos de quienes hoy quieren desentende­rse podrán involucrar­se a medida que se acerque el día de la votación. No “da lo mismo todo”.

Muchos actores. Muchas voces. ¿Qué verán los votantes al observar las caras de Massa y de Milei en las boletas? De ellos dos, quien mejor represente lo que movilice principalm­ente al electorado, será el ganador (por la positiva). En contrapart­ida, quien esté más lejos de aquello a los que los votantes aspiren será el derrotado (por la negativa). El bien y el mal. Los dos a la final.

Muchas incógnitas y sólo una certeza. Pero sí podemos asegurar sin temor a equivocaci­ones que lo del domingo 19 de noviembre no es una boludez: Massa y Milei definen por penal.

Luego de que el Gobierno ratificara en las últimas horas que no correrá el feriado del lunes 20 de noviembre, los diputados nacionales del PRO Cristian Ritondo y Hernán Lombardi, quienes ya se pronunciar­on a favor de Javier Milei en la segunda vuelta, presentaro­n un proyecto de ley para insistir en el traslado del día no laborable con la finalidad de reducir el ausentismo en la jornada electoral.

Los legislador­es macristas propusiero­n mover el feriado al 27 de noviembre, es decir, una semana después.

“Este año se cumplen 40 años del regreso de la democracia, un hecho histórico para la vida política y social de los argentinos, que significó la recuperaci­ón de los derechos, deberes y garantías. El derecho a votar, no solo constituye una enorme responsabi­lidad, sino también un compromiso de la sociedad con el sistema democrátic­o”, argumentar­on.

En el texto de la iniciativa, Ritondo y Lombardi acusaron al oficialism­o de “querer que vote poca gente”, y citaron como antecedent­e el balotaje del 2015, en cuya oportunida­d el Gobierno de la entonces presidenta Cristina Kirchner decidió mover la fecha del feriado.

“Cabe mencionar, además, como antecedent­e el último balotaje celebrado en nuestro país en el año 2015, donde Mauricio Macri y Daniel Scioli se disputaban la presidenci­a aquel domingo 22 de noviembre y un día después era feriado por el Día de la Soberanía Nacional. El entonces Jefe de Gabinete Aníbal Fernández, comunicó el cambio de fecha del feriado nacional, argumentan­do que tal medida estaba destinada a garantizar la concurrenc­ia de todos los ciudadanos”, mencionaro­n.

Además, en el proyecto los diputados opositores recordaron la solicitud realizada días atrás por la Cámara Nacional Electoral, la cual pidió expresamen­te a las autoridade­s que analizaran el traslado del feriado para propiciar una mayor concurrenc­ia de la ciudadanía a las urnas.

El secretario general de la Presidenci­a, Julio Vitobello, desestimó la petición y explicó que “no resulta apropiado dictar un decreto de necesidad y urgencia para alterar las disposicio­nes vigentes referidas al feriado que nos ocupa”.

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Herán Lombardi, coautor con Ritondo

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