El dólar saltará el 11 de diciembre: la pregunta es cuánto
T-7 para la primera rueda de la era Milei
con los Precios Justos no tendrán el ajuste, todo se dio vuelta, y con eso se disparó nuevamente la compra de dólares libres, por lo que en pocas horas el blue saltó de $890 a $995, el MEP pasó de $838 a $934 y el CCL fue de $820 a $905, cerrando lo que fue un mercado argentino tumultuoso. Fue tan veloz el resurgimiento de la corrida cambiaria (que recién empieza) que en la última semana el BCRA tuvo que salir a vender dólares de nuevo. En la primera semana post balotaje había sumado reservas por US$ 51 millones y la semana pasada perdió US$ 135 millones.
Los datos del exterior
En el exterior, mientras tanto, también se “cocieron habas”. Con signos de menor actividad económica, la tasa a 10 años de EE.UU. bajó en apenas un mes y medio del 5% al 4,2% anual. Y Europa está registrando una acelerada baja en los niveles de inflación, por lo que hay chances de que el BCE también baje pronto sus intereses, con riesgo de que Europa caiga en recesión.
Con este abrupto giro en lo que se paga en intereses, el dólar global cayó en 45 días nada menos que 5,6% contra una canasta de monedas principales. Y, en medio de esto, analistas muy experimentados de Wall Street, entre ellos Jamie Dimon de JP Morgan, salieron a advertir que el problema de la inflación no ha terminado y afirman que la idea de que la suba de tasas de la Fed ya terminó es una ilusión, advirtiendo: “prepárense, no vamos a un aterrizaje suave, sino a una recesión, con balances malos para las empresas, y va a doler”.
Sin embargo, hasta ahora los inversores altamente especulativos creen todo lo contrario, por lo que las Bolsas del mundo volvieron a subir en bloque la semana pasada, pero no todas, entre las que lamentablemente no estuvo la de Buenos Aires, que volvió a bajar. En el balance semanal, el índice industrial Dow Jones subió 2,4%, Frankfurt mejoró 2,3%, San Pablo ganó 2,2%, Madrid y México 2% y Santiago de Chile 1,9%. Solo estuvieron un tanto más tranquilos el tecnológico Nasdaq de NY, que subió 0,4%, y la Bolsa de Tokio que bajó 0,6%. ¿Qué pasó en Argentina? El índice Merval en pesos cayó 5,2% y medido en dólares declinó 1,2%, por lo que otra vez fue el peor de todos
Caída de los bonos
Pero si bien las acciones estuvieron bien afuera y bajaron adentro, los bonos pudieron en todas partes. Ganaron más de 2% en el mundo y lograron subir 2,4% a nivel local, por lo que el riesgo país bajó a 1.982 puntos. ¿Por qué sucedió esto? Simple: el designado Presidente Milei, que dejó knock out a Massa, dijo lo que todos los inversores de países normales están acostumbrados a escuchar, pero nunca se dice en Argentina: “vamos a cumplir todos los contratos y vamos a pagar las deudas”. Muy lejos del fatídico
“la deuda será revisada”, que dijo Alberto después del tuit unilateral con el que lo ungió Cristina.
Mientras esto pasa para los pocos que miran los números financieros, la economía real está en ebullición. Tras el balotaje hubo suba incontrolable en los precios de las cosas, con aumentos de hasta el 50% en muchos productos, y más subas por venir ya que también hubo fuertes subas en combustibles y peajes, los cuales aumentarán costos y terminará en los valores de las góndolas. Veremos cuánto se vende: los salarios vienen muy de atrás, y el consumo seguirá bajando. Así termina la experiencia de los Fernández y Massa, casi 50% de pobre y con la inflación viajando a 200% anual, con escasez de insumos, empresas paradas, y gente que necesita elementos para hacerse diálisis u operaciones cardíacas, y no tienen lo necesario.
Milei, mientras tanto, va cubriendo cargos clave, puso a Patricia Bullrich en Seguridad y particularmente vuelven resabios menemistas. Y entre los argentinos quemados con leche se teme la posibilidad es que se termine haciendo lo mismo que Menem: intentando vender empresas del Estado para bajar el déficit con venta de activos, sin bajar el gasto, algo que puede dar un equilibrio fiscal temporal, y que cuando se terminen las joyas por vender repetir otra vez otro 2001. Pero, veremos: la coparticipación pone en alerta a los gobernadores, que fueron auxiliado por un último multimillonario ATN (Asistencia del Tesoro Nacional) para que paguen sueldos y aguinaldos.
Caputo y Milei estuvieron en EE.UU. Los inversores contestaron que plata nueva no hay, quieren ver hechos, no promesas. Y desde el FMI Kristalina Georgieva adelantó que habrá ayuda para que la Argentina consiga un nuevo acuerdo, que deberá pasar por el Congreso: si eso se aprueba no habrá problemas para seguir pagándole al FMI los vencimientos de 2024: US$ 4.600 millones de capital y US$ 2.100 millones en intereses. Y tampoco habría inconvenientes para pagar los US$ 1.450 millones que vencen el 9 de enero por el pago de cupones de los bonos que surgieron del canje que hizo Guzmán en agosto de 2020
Todos los vencimientos que vienen, no tanto en dólares, sino sobre todo en pesos, inclinaron a Milei por nombrar a Luis Caputo, muy hábil en lo financiero, para manejar las cosas, quien colocó a Joaquín Cottani, un ex funcionario con Cavallo, también especializado en finanzas, como su número dos. Y se afirma que Pablo Quirno, otro hombre de Caputo, sería el principal candidato a presidir el Banco Central.
En suma, con precios volando, se viene un verano caliente, con altas temperaturas, en varias áreas, no solo financieras. Puede faltar electricidad y la designada canciller Diana Mondino le recomendó a las empresas comprar generadores porque no habrá energía para todos.
Los desafíos que vienen
Si se cumplen los tiempos. Después del 10, Milei enviará una ley ómnibus para desregular el Estado, planteando una simplificación impositiva y un blanqueo. Y se viene un gran desafío, ya que entramos en una dimensión desconocida, porque el nuevo presidente es una gran incógnita. No tiene financiamiento en el exterior y no tiene estructura ni de gobernadores ni de legisladores en el Congreso.
Con tan poco poder real por ahora, los ahorristas nerviosos se preguntan ¿quién pagará la fiesta? ¿Será la política como prometió Milei o serán los de siempre, con más tarifas y con más manotazo de depósitos para todos? En la foto actual, la gente espera una altísima inflación, con tasa insuficiente, por lo que salen a comprar cosas, convalidando subas de precios notables, o retroalimentan nuevamente la suba del dólar.
En suma, se vienen meses muy complejos. Es altamente probable que haya tensión social. Se verá si Milei se las arregla contra todo, bajando el gasto, sin emitir, sobre todo sin gobernadores y sin el apoyo necesario en el Congreso. Por lo que para hacer el ajuste fiscal quizás necesite algún DNU, que volverá a provocar reacciones.
Será un trabajo arduo. Los especialistas repiten que se debe armar un plan, quizás no de shock, pero sí escalonado y rápido, e ir cumpliendo cada escalón a rajatabla. Y hay que tener bien en claro que si bajo la Presidencia de Milei los argentinos todos no inventamos cosas nuevas para exportar más, sin repetir el pase de desempleados a las espaldas del Estado, seguiremos sin salida. La oportunidad está: habrá más cosecha, más energía, más minería y más economía de la inteligencia. Pero, a no engañarse, la situación es muy compleja.
Suben las commodities
Mientras todo esto pasa en la mínima Argentina, los commodities arrancaron diciembre con un movimiento llamativo. Hubo subas en los metales básicos y mejoras en los granos a nivel global, no a nivel local porque está todo suspendido, esperando que llegue la devaluación. La situación está enrarecida, y los inversores globales, que ahora se van del dólar, vuelven a refugios clásicos: el Bitcoin arrancó el mes con un salto de casi 5% y se acerca a los US$ 40.000. Mientras que el oro y la plata también se sostienen: la onza amarilla superó su valor máximo de todos los tiempos (está a más de US$ 2.070) y la onza de plata también muerde (se acerca a US$ 25,50).
Faltan 7 días para la primera rueda cambiaria con Javier Milei en Casa Rosada (o en Olivos, ya que dijo que trabajará desde allí), Luis Caputo en Economía y algún “Caputo Boy” en el BCRA. Y la pregunta es obvia.
Si no pasa nada raro, el dólar oficial abrirá en la zona de $370, ¿pero a qué precio cerrará? Algo es seguro: más alto. Cuánto es la gran pregunta. “En esta cuestión hay dos caminos posibles a la vista (no hacer nada no es una opción): devaluar mucho o un poco menos”, dicen desde Econviews.
“La primera opción es dejar flotar el tipo de cambio y que el mercado lo lleve a un valor en torno de los $800. Partiendo de los $360,5 en los que terminó noviembre, esto implica un salto de poco más del 120%. Con esta devaluación la brecha cambiaria podría cerrarse rápidamente y todos los impuestos sobre el dólar (PAIS + Adelantos de Ganancias) se eliminarían. Además, el tipo de cambio real se volvería lo suficientemente competitivo como para que las reservas vuelvan a crecer. Esta sería una estrategia de shock y, en base a nuestro criterio, la más adecuada”, dicen desde la consultora. Sin embargo, “no nos casamos con este escenario”.
Según trascendidos, dicen, hay chances de que Caputo vaya por la segunda opción. “Es decir, la devaluación inicial no sería tan alta y seguiría vigente el impuesto PAIS. Un dólar a $650 implica un salto cambiario del 80%. En este caso, la brecha es probable que quede algo más alta y no desaparezca al menos hasta que se elimine este impuesto. La ganancia de competitividad sería menor, por lo que el incentivo a que se liquiden las exportaciones también. Creemos que yendo por esta línea de acción se puede descomprimir la situación actual, pero hay chances de que la devaluación se quede corta teniendo en cuenta que la inflación puede comer rápidamente la mejora”, dicen desde Econviews.
De acuerdo con el relevamiento de precios de la consultora, en la última semana de noviembre todos los rubros que miden subieron al menos 5% con respecto a la semana previa. El promedio de todas las categorías llega al 6,9%. “Esto significa que el atraso cuando llegue la hora de devaluar puede ser todavía mayor al esperado”, advierten.
El otro tema es cómo quedará reguladoelmercado.¿quiénespodrán acceder, por cuánto y a qué precio? Eso dependerá, también, de cómo se resuelva “el problema de las Leliq”. Más allá del deseo de Milei y los suyos, el cepo –por ahora- seguirá.