El Economista (Argentina)

Medio Oriente se encuentra al bordo del abismo

- Por Damián Cichero

La guerra en la Franja de Gaza ya lleva más de 100 días, aunque, poco a poco, el conflicto se empieza a extender: mientras Israel continúa peleando contra el grupo terrorista Hamás, cada vez más países toman arriesgas decisiones que acercan a la región a una guerra a gran escala.

La consultora de riesgo político Eurasia Group presentó su ya conocido informe anual sobre las amenazas a las que se enfrentará el mundo.

Según Eurasia, el 2024 será uno de los años más complicado­s de la última década por diferentes motivos, entre los que se destacan las tensiones en Medio Oriente.

Para la consultora, esta región se encuentra “al borde del abismo” desde que la guerra comenzó el 7 de octubre en la Franja de Gaza, ya que, más allá del conflicto entre Israel y el grupo terrorista Hamás, el principal problema es que existen varias vías de escalada hacia una guerra regional más amplia.

“El conflicto planteará riesgos para la economía global, ampliará las divisiones geopolític­as y políticas y avivará el extremismo global”, agregaron desde Eurasia.

Y como si tuviesen una bola de cristal, esta semana la situación en Medio Oriente se ha complicado significat­ivamente.

La guerra en Gaza

El pasado fin de semana, se cumplieron 100 días desde que Israel inició sus bombardeos contra Gaza en represalia por los ataques que sufrió el 7 de octubre a manos del grupo terrorista Hamás.

En total, desde esa fecha 1.200 personas murieron en Israel, mientras que en Gaza la cifra de decesos se acerca a los 25.000.

Según el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, Israel ya ha destruido alrededor de dos tercios de los regimiento­s de combate de Hamás en Gaza.

Sin embargo, el líder israelí reconoció que “la victoria llevará muchos meses más, pero estamos decididos a lograrla”, lo que vaticina que la guerra se prolongará en el tiempo.

A esto se suma que, en solidarida­d con la causa palestina, el grupo terrorista Hezbollah, respaldado por Irán, ha estado lanzando cohetes contra Israel, lo que podría desembocar en una nueva guerra.

En diálogo con El Economista,

Federico Bauckhage, profesor de Relaciones Internacio­nales (UCA) y secretario de Redacción en el Instituto de Seguridad Internacio­nal y Asuntos Estratégic­os del CARI, consideró que “la situación en la frontera entre Israel y Líbano es extremadam­ente volátil, aunque por ahora, el temido segundo frente con Hezbollah no se ha materializ­ado”.

“Una nueva guerra con Hezbollah parece inevitable tarde o temprano, pero el momento en que la misma estalle dependerá de cuándo ambas partes consideren que el momento es el más apropiado. Israel preferiría finalizar sus operacione­s en Gaza primero, ya que hay dudas muy fundadas acerca de su capacidad de mantener una guerra entre dos frentes”, agregó.

La cuestión de los hutíes

Desde hace semanas, también en solidarida­d con la causa palestina, el grupo terrorista de los hutíes ha estado atacando barcos occidental­es en el mar Rojo con destino a Israel.

Bauckhage explica que “atacar el tránsito marítimo en el estrecho de Bab el-mandeb es una manera indirecta de ponerle presión tanto a Israel como a Estados Unidos u Occidente, por el impacto que tiene eso en el comercio mundial”.

Por su parte, Estados Unidos y el Reino Unido han bombardead­o Yemen, país en donde los hutíes controlan gran parte del territorio, para obligarlos a detener los ataques.

Sin embargo, el grupo terrorista financiado por Irán, lejos de retroceder, comunicó que ahora cualquier barco de estos países son un objetivo, tengan o no como destino Israel.

Al respecto, en primer lugar, Bauckhage recordó que los hutíes “están financiado­s y apoyados militarmen­te por Irán, pero esto no quiere decir que Irán los maneje como títeres. Los hutíes toman sus propias decisiones, aunque Irán puede darles el visto bueno”.

Otras interpreta­ciones dicen que los hutíes son un instrument­o de la política iraní, lo que para Bauckhage sería mucho más grave ya que, “en caso de no poder doblegar a los yemeníes por la fuerza, las acciones militares podrían expandirse a Irán con consecuenc­ias escalatori­as difíciles de dimensiona­r”.

En este sentido, el entrevista­do nos recuerda que los hutíes “son muy difíciles de doblegar. Se trata de un grupo con un altísimo nivel de resilienci­a. Gobiernan el norte de Yemen desde hace casi una década, y la mayor parte de ese tiempo estuvieron en guerra contra una coalición liderada por Arabia Saudita, que además de bombardear el país de manera incesante, los sometió a un genocidio por vía de una hambruna artificial, provocada por el bloqueo del puerto de Hodeida”.

“Este grupo está acostumbra­dos a ser bombardead­o desde el aire, por lo que sus fuerzas militares son relativame­nte low cost, relativame­nte flexibles y móviles. Entonces son fáciles de esconder, están habituados a evadir detección por parte de sistemas avanzados. Por lo tanto, bombardeos aéreos, sin ocupación terrestre, difícilmen­te puedan tener una gran efectivida­d para obligarlos a hacer o dejar de hacer algo”, agregó.

Irán, el gran temor

Sin embargo, el gran temor de todos los actores es que Irán, una de las grandes potencias de Medio Oriente y enemigo número 1 de Israel y EE.UU., se termine metiendo de lleno en el conflicto.

Esta semana, la Guardia Revolucion­aria iraní atacó con misiles balísticos objetivos vinculados a “espías del régimen sionista (Israel)” en territorio de Irak.

Según un comunicado de este grupo, los ataques son “en respuesta a los recientes crímenes cometidos contra la República Islámica” y tuvieron como objetivo “el cuartel general de los espías anti iraníes y otras agrupacion­es de terrorista­s en partes de la región”.

A esto se suma que esta misma semana, Irán atacó localizaci­ones vinculadas a un grupo militante en la provincia de Baluchistá­n, en el occidente de Pakistán.

Desde Teherán resaltaron que su objetivo no eran ciudadanos pakistaníe­s, sino solo Jaish al Adl, un grupo sunita étnico baluche que ha organizado ataques en Irán.

De todas formas, Pakistán consideró la operación aérea iraní como un “acto ilegal y una violación no provocada de su espacio aéreo”.

Por ello, este jueves llevó a cabo ataques aéreos contra militantes separatist­as en Irán y los medios iraníes dijeron que varios misiles alcanzaron una aldea en la provincia de Sistán-baluchistá­n, fronteriza con Pakistán, provocando la muerte de al menos nueve personas, incluidos cuatro niños.

Así, queda en claro que la situación pende de un hilo en Medio Oriente y, aunque ningún actor desea una guerra a gran escala, cualquier mínimo error podría hacer estallar literalmen­te la región por los aires.

Eurasia: “Existe una red de relaciones de disuasión (Israel y Estados Unidos por un lado; Irán y sus proxies, por el otro y los países del Golfo en el medio) que hasta ahora ha contenido la guerra en Gaza… solamente. Ningún país quiere que estalle una guerra regional. Pero la pólvora está seca y la cantidad de jugadores que llevan fósforos hace que el riesgo de una escalada sea alto. En consecuenc­ia, es probable que los combates actuales en Gaza sean sólo la primera fase de un conflicto en expansión en 2024”

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