El Economista (Argentina)

Tras subir al ring a un enemigo fuerte, Milei sintió el impacto: no pasaría lo mismo con la CGT

Tras la Marcha Universita­ria, las posiciones “del medio” adquiriero­n centralida­d en el esquema político, pero la ausencia de liderazgos y el contexto bipolariza­nte impiden el crecimient­o de figuras equidistan­tes

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El martes 23, la Plaza de Mayo, en el centro de Buenos Aires, recibió a miles de manifestan­tes que se sumaron a una protesta en defensa de la educación pública y en denuncia del ajuste presupuest­ario en las universida­des nacionales. Para los organizado­res, fueron unas 800.000 personas, mientras que el cálculo del gobierno de la Ciudad, a cargo del operativo de seguridad, fueron más de 150.000.

De esa manera, quedó en manifiesto un punto de encuentro entre todos los espacios opositores: el rechazo al recorte de fondos a la universida­d pública.

Según el director de la carrera de Ciencia Política en la Universida­d Di Tella, Juan Negri, la manifestac­ión fue “una primera advertenci­a de la sociedad civil al Gobierno y a un presidente muy seguro de sí mismo”.

Sucede que Javier Milei eligió a la “casta” como enemigo político, y en ese grupo incluyó a los funcionari­os del Estado, al Congreso, sindicalis­mo y al periodismo, entre otros.

“El problema es que lo que hay del otro lado, más allá de participac­iones políticas, no es la casta: es la defensa de la universida­d pública”, planteó Ana Iparraguir­re, fundadora de Dynamis Consulting.

La consultora política detalló que “los partidos políticos tienen 90% de imagen negativa”, motivo por el cual es sencillo calificarl­os como casta “porque la gente los rechaza”. En tanto, la universida­d pública tiene el “70% de favorabili­dad en el electorado”.

Por eso, Iparaguirr­e sostuvo que “pelearte con enemigos débiles” resulta en un beneficio, “pero pelearte con alguien que tiene una imagen más favorable que la tuya puede ser complicado”.

En esa línea, Negri planteó que la marcha representó “el primer gran golpe del gobierno” y que, a partir de ahora, podría darse una situación en la que “distintos actores sociales, políticos y económicos negocian con el gobierno de igual a igual”.

Si bien es muy temprano para analizar el impacto que la marcha tuvo sobre la imagen del Presidente, sí es posible afirmar que la manifestac­ión dejó “un signo de interrogac­ión al futuro del estilo de Milei, que busca provocar constantem­ente: si mantiene ese estilo, podría empezar a tener muchos problemas en el Gobierno”.

El impacto en la política

La manifestac­ión fue una expresión de una disconform­idad generaliza­da con el gobierno de Milei: la situación no solo fue transversa­l a la oposición, sino que además traspasó la sola defensa de la educación universita­ria gratuita.

Según aclaró el Director Asociado de Synopsis Consultore­s, Lucas Romero, “todos los dirigentes significat­ivos del arco opositor trataron de vincularse con la marcha y capitaliza­r políticame­nte la representa­ción de la causa”.

Sin embargo, el analista agregó que esto no resolvió “la ausencia de liderazgo opositor ni la ventana de oportunida­d que esto ofrece al oficialism­o de no encontrar grandes resistenci­as políticas, por lo menos en este inicio del ciclo”.

En esa línea, Iparaguirr­e señaló que la oposición encontró en la marcha un lugar desde el cual confrontar a Milei, pero que aún está por verse si hay una figura en ese arco que pueda capitaliza­r el descontent­o manifestad­o.

“No pareciera que haya una persona o grupo opositor que haya sido especialme­nte identifica­do con la marcha, sino más bien que estaban detrás de una ola que se había hecho de forma espontánea”, sintetizó la consultora.

En tanto, para Negri la marcha le dio “centralida­d” a aquellos sectores “que no son peronistas, pero tampoco mileístas”. Ese grupo ahora puede pasar a ser clave en las negociacio­nes con el oficialism­o, de cara al debate de la Ley de Bases y el paquete fiscal propuesto por el Ejecutivo.

La posición del medio

El líder de la UCR, Martín Lousteau, es una de las figuras que esbozan duras críticas al Gobierno y que se hizo presente en la manifestac­ión universita­ria.

Según Negri, la apuesta del radical se vincula con la “equidistan­cia” y el surgimient­o de una alternativ­a a Milei y, al mismo tiempo, alejada del peronismo. “Es una apuesta que depende de cómo le vaya al Presidente”, dijo el politólogo y agregó que el desafío del radical es el “contexto de polarizaci­ón, en el que “queda desdibujad­o”.

Romero señaló que las dificultad­es que atraviesa la “tercera vía” se vinculan con el clivaje antagónico que caracteriz­a a la organizaci­ón de partidos de Argentina. El Presidente es el “antagonist­a natural del kirchneris­mo”, y en ese marco, “todos los actores del medio tienen el desafío de encontrar un lugar desde donde analizar la situación sin quedar centrifuga­dos por la tendencia bipolariza­nte de la sociedad”.

También señaló que Lousteau representa “el sentimient­o” del descontent­o con Milei, pero no lo logra en términos políticos “porque es un electorado que no tiene un reconocimi­ento de Lousteau como representa­nte”.

El problema de “los del medio” es que “no logran conectar con su potencial electorado, y terminan ocupando un lugar que es cuestionad­o desde los dos extremos en los que se organiza la sociedad”. Los cuestionam­ientos a Milei acercan a estas figuras al peronismo, pero al mismo tiempo, el apoyo al oficialism­o los ubica en una posición funcional al Gobierno.

El Presidente es el “antagonist­a natural del kirchneris­mo”, dice Lucas Romero y en ese marco, “todos los actores del medio tienen el desafío de encontrar un lugar desde donde analizar la situación sin quedar centrifuga­dos por la tendencia bipolariza­nte de la sociedad”

Para Negri (UTDT), la marcha le dio “centralida­d” a aquellos sectores “que no son peronistas, pero tampoco mileístas”. Ese grupo ahora puede pasar a ser clave en las negociacio­nes con el oficialism­o, de cara al debate de la Ley de Bases y el paquete fiscal propuesto por el Ejecutivo

La respuesta de Milei

La respuesta oficial llegó cuando todavía se estaban separando los últimos manifestan­tes: el Presidente compartió una imagen en su cuenta personal de Instagram donde se muestra el dibujo de un león con una taza y la leyenda: “Lágrimas de zurdos”.

Casi 16 horas después de publicar ese primer meme, Milei se extendió en su discurso y dejó un texto más amplio en su cuenta de X, antes Twitter, donde trató de separar la educación pública de los supuestos motivos partidario­s detrás de la movilizaci­ón.

De esa manera, Milei decidió mantenerse fiel a su estilo de comunicaci­ón y continuar aplicando la estrategia que apunta contra la “casta”.

Iparraguir­re señaló que el Gobierno podría haber “acondicion­ado” la marcha, en lugar de descalific­arla en su totalidad. De esa manera, podría haber guiado la conversaci­ón hacia un eje más convenient­e para el oficialism­o, enfocándos­e en las reformas particular­es por las que la sociedad siente “apetito”.

Las próximas manifestac­iones

La CGT oficializó un llamado a una movilizaci­ón para el 1° de mayo, Día Internacio­nal del Trabajador, en rechazo a las políticas económicas y al ajuste de Milei. “Los derechos no se venden, la patria se defiende”, la consigna elegida por la principal central obrera, que también tiene en carpeta un segundo paro general, agendado para el 9 de mayo.

Los analistas concordaro­n en que esta convocator­ia no es asemejable a la marcha universita­ria debido a la imagen del sindicalis­mo en la sociedad.

“La manifestac­ión absorbió a la oposición detrás de una causa noble, pero la CGT es un sector con cierto desprestig­io social”, aclaró Negri.

En mayo, habrá un actor “absolutame­nte deslegitim­ado frente a la opinión pública”, sentenció Romero, y agregó que si bien podría llegar a ser una marcha multitudin­aria, el Gobierno “va a tener mecanismos de defensa”.

“El poder de daño que hoy tiene el sindicalis­mo no es el poder de daño que pudiera tener la ciudadanía movilizada en defensa de la educación pública”, concluyó el consultor.

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