La estrella, la montaña, el gato contento: la elasticidad y la imaginación infantil se combinan a pura potencia .
Es fácil imaginarse a un nene haciendo las piruetas del mundo yogui. Pero que se queden quietos también es posible. El yoga es una actividad milenaria que ayuda a encontrar el equilibrio, a cualquier edad.
MAS QUE DIDACTICO
Brinda flexibilidad, capacidad de coordinación y fuerza. Pero más allá del cuerpo, bingo: a los chicos también les aporta relax mental, autoconciencia y seguridad en sí mismos. Les enseña a manejar su energía, a controlar su respiración, a concentrarse, a conocer los artilugios internos para lidiar momentos tensos. Los deja listos para enfrentar un berrinche o un duelo. “El yoga fue creado para desarrollar toda la potencialidad del ser humano. Ser un rockstar, ir a la universidad o tener una columna saludable: todo puede lograrse por esa vía”, explica Paola Palacio, profesora superior de Yoga Vital Terapeútico. Si jugar al vóley les permite trabajar en equipo y ser responsables, si el dibujo los ayuda a manifestar sentimientos, el yoga suma a esos fines pero con mayores beneficios. Es reconocer las sensaciones. Siempre, como un juego. Lo ideal es un plan de ejercicios variados. Lo dinámico espanta el aburrimiento. Las clases son distintas a las de los adultos: quizá bailen o pinten mandalas. Hasta vale que inventen asanas; pero nunca que comparen Con tablero
Cartas y desafíos incluidos, es un juego que entretiene mientras mejora postura y concentración. Buscalo en Mercado Libre. Durante toda el día, con un gato gurú como instructor, en Pakapaka rotan los micros Es una serie animada donde un grupo de vaquitas y tres chicos ilustran las posiciones y sus beneficios.
En la tele las destrezas de cada uno. “En la primera infancia, aunque suene raro, se fortalece el ego”, comenta Palacio. Y puede haber distintos objetivos. “Es diferente la práctica, por ejemplo, con chicos con diagnósticos psicosomáticos, como el asma”, aclara Palacio. ¿Precauciones? De sentido común: avisar si tienen enfermedades o dolores. Anoten familias con el mono loco dando vueltas: el yoga se recomienda entre los pequeños más sensibles o hiperactivos. Les ayuda a enfrentar los miedos, el estrés, a ganar confianza. Y a saludarse deseando paz con un “shanti”.
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