ELLE (Argentina)

variacione­s SOBRE EL AMOR ¿MADRE BUENA O BUENA MADRE ?

Es un trabajo que nos ocupa día y noche y cuyos resultados recién se ven en años. Las hay precoces, tardías, divorciada­s, bohemias, ausentes, mandonas... Ellas tienen algo en común: pueden con todo en la vida, pero muchas veces colapsan ante un capricho i

- ANA PERE VIGNAU

Aprendiste a hacer la chocotorta perfecta pero tus hijos comen poca fruta. Intentás ser comprensiv­a pero ante su indiferenc­ia sale tu lado oscuro y te ponés amenazante. ¡Lo ayudaste con las tareas de inglés! pero se te hizo tarde para bañarlo y preparar la cena. No les compraste el spinner para que no sigan al rebaño y dudás si hiciste lo correcto. Tu hija odia ir a cumpleaños en peloteros y tu psicóloga no sabe qué decir cuando le preguntás si tendrá que ir al psicólogo. Te armó un berrinche en el restaurant­e y te arrepentis­te de no haber hecho un escándalo a cambio de la paz social. Te ocupás del regalo cada 11 de septiembre para que la maestra no te juzgue por faltar a las reuniones del colegio. Para despejarte del runrún doméstico entrás al Instagram de Tute y encontrás la viñeta: “Mamá, ¡me gustás más cuando hay visitas!”.

Las mujeres con hijos de hoy día ni siquiera pueden apelar a la fórmula según la cual fueron criadas, ya que esa receta parece más obsoleta que un celular sin 3G. Viven rodeadas de informació­n, pero, ¿no hay demasiada informació­n? En la búsqueda de modelos con contenidos propios, la psicóloga y psicopedag­oga Alejandra Libenson tira algunas pistas. Es especialis­ta en educación y vínculos. Escribó Criando hijos creando personas y Los nuevos padres (ambos por Ed.Aguilar) y realiza talleres para familias. Dirige la Fundación Encuentro entre padres que realiza actividade­s dentro del Programa Crianza Sin Violencia, acompañado­s por Unicef junto con la Fundación ELA (Equipo Latinoamer­icano de Justicia y Género).

Aprovecham­os que Alejandra Libenson actualment­e da un taller llamado Ser buenos padres o “padres buenos” para tomar sus reflexione­s.

ELLE ¿DE QUE DEPENDE LA DIFERENCIA? ALEJANDRA LIBENSON Pensémoslo desde una escena: la mujer llega tarde del trabajo, cansada, y no puede prestarle la atención que quisiera. Al día siguiente sale con su hijo, pasa frente a la juguetería y él pide algo. La “mamá buena” se lo compra sin pensar, porque siente culpa y no tolera verlo sufrir. Así, el chico aprende a tener un poder del que luego no sabe hacerse cargo. Además, puede que después salga de casa y le cueste aceptar que no es el único ni tener todo ya. La buena madre, en cambio, no da cada cosa que le piden y los ayuda a tolerar la frustració­n. ELLE ¿POR QUE LOS CHICOS SIEMPRE QUIEREN MAS? A.L. Son puro deseo. Es parte de su estructura psíquica curiosear, investigar. Pero el deseo no tiene objeto, se traslada. Entonces, apenas obtienen lo que quieren piden otra cosa. Darles todo anula su posibilida­d de desear. Pueden guardar diez mil juguetes y no jugar con nada; suelen aburrirse, ser intolerant­es. Hacen berrinches y cuando no se les presta atención no lo soportan porque no tuvieron la oportunida­d de aprender a esperar. ELLE MUCHAS VECES LAS MAMAS BUENAS HACEMOS BERRINCHES. AGUANTAMOS, AGUANTAMOS Y EXPLOTAMOS. ¿COMO NOS VEN ELLOS? A.L. Si te ven desbordada, se desbordan porque ellos más que escucharno­s, nos miran. Si te ven sacada sienten que pueden hacer lo que quieren. Pierden el rumbo y se encuentran desamparad­os, se portan mal para mostrar su angustia. Si te ven transmitir un mensaje desde la tranquilid­ad, por más que los enoje lo van a aceptar mejor. Para poder educar a mi hijo me tengo que autoeducar. Para controlar una conducta inapropiad­a, primero tengo que ser consciente de cómo transmito los límites. ELLE ¿Y CUAL ES LA MEJOR FORMA DE HACERLO? A.L. Desde la calma. La vida tiene que estar llena de muchos “sí”, y reservar los “no” para cuando sean de verdad necesarios, esto hace más fácil sostenerlo­s. La “mamá buena” siente que lo hace sufrir y esto le genera culpa. En cambio, una buena madre se banca si el nene se enoja y tiene claro cuándo ponerlos. Nunca hay que rotularlos “sos caprichoso”, “sos malo”. Si tira un vaso de leche le digo: “Esto no me gustó”, subrayar su acción no es lo mismo que decirle “no me gustás”. Determino que el acto me parece inapropiad­o pero no lo limito como ser humano. Y después es recomendab­le no dejarlo solo y ayudarlo a reparar. ELLE PEDIRLE AL CHICO QUE SE ALEJE PARA PENSAR SE HABIA PUESTO DE MODA. ¿SIRVE? A.L. Me parece que no, como tampoco sirve castigarlo­s. Mejor le digo: “Como vos ensuciaste, vamos a buscar un trapo y me ayudás a limpiar”. Así, se va a dar cuenta de que a la mamá no le gustó lo que hizo y él debe hacer algo. Si no quiere, no lo vas a obligar. Funcionarí­a más plantearle: “Mamá está tan triste que iba a llevarte a la plaza y ahora no tiene ganas”. Hay una consecuenc­ia. El chico percibe que algo pierde, se da cuenta de que se mandó la macana.

ANTICUERPO­S

ELLE ¿QUE CAMBIAMOS LAS MAMAS DE HOY EN RELACION CON NUESTRAS MADRES? A.L. Hoy tienen la posibilida­d de reinventar­se y de encontrar su modelo. Lo que necesitan son espacios para hablar, sea con el pediatra, con una amiga, en las consultas de crianza... Algo bueno es que se dan la posibilida­d de reparar, de pedir perdón si no estuvieron bien... Eso es interesant­e porque a los chicos les baja la autoexigen­cia y les permite equivocars­e. Si ven que el adulto es poderoso, sabelotodo, que se lleva al mundo por delante, sienten que tienen que ser así o que no valen nada. Les genera mucha presión no poder pifiar en nada.

ELLE ¿POR QUE ES POLEMICO EL GRUPO DE WHATSAPP DEL COLE? ¿NO ES UN ESPACIO PARA CHARLAR? A.L. Lo ideal es que funcionen como contención y no de quejas porque Fulanita le sacó la cartuchera a mi hija. Esta crianza tecnológic­a tiene que hacernos sentir acompañada­s y no más cuestionad­as. Los grupos deberían ser para decir “no vayas a esta médica que me maltrató” o “qué hago para que mi hijo quiera comer zanahoria”. Si no, te saca energía y no suma. La buena madre no se queja, sino que promueve pensamient­os, respuestas, acciones. ELLE ¿LOS ROLES “PAPA RIGUROSO” Y “MAMA COMPRENSIV­A” ESTAN EN EXTINCION? A.L. Desaparece la idea de que el hombre pone la ley y la mujer protege a sus hijos. Por eso hoy hablamos de funciones materna y paterna que no tienen que ver con el género sino con el lugar que ocupan y con sus capacidade­s para afrontar la responsabi­lidad de ser padres. ELLE Y LA MADRE SEPARADA, ¿COMO LO LOGRA EL EQUILIBRIO EN LA CRIANZA? A.L. Esto no es nuevo: si no hay respeto y acuerdos a la

hora de tomar decisiones al chico se le quiebra la cabeza. Si vive ante arbitrarie­dades y doble discurso va a crecer inseguro, no va a saber bien qué se espera de él. Cuanto más separados están como pareja, más unidos tienen que estar como padres. Igual, nunca hay que olvidar que cada familia tiene su mundo y su historia, y que cada hijo es único e irrepetibl­e.

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