Carta editorial

(¿NECESIDAD, DIVERSION O PESADILLA?)

Mirás el teléfono a la hora que sea y allí están. Grupos de mamis, de ex alumnos, de trabajo, de hermanas, de running, subgrupos de running (los que entrenamos juntos), el sub- sub de los que somos amigos del grupo de running, quinto poder, las vintage, fútbol de los jueves, cumpleaños sorpresa de Valentina, buenos vecinos, celíacas top, casamiento Romina (hay que organizar despedida de soltera), subgrupo de las más amigas para colecta del regalo, el sub, sub, sub –estamos eligiendo qué ropa vamos a usar–, padres de viaje a Cancún, peluquería, –encuentro tercer sábado de cada mes–, comida de los viernes, Bariloche 95, kermesse del jardín, locas por los zapatos, Brasil –vacaciones 2012–, cumple Robert, happy hours, amigas Milán, París, Madrid, senior club, las 7 fantásticas, viajeras zen… en fin la lista continúa. ¿No será mucho?

En todos los grupos hay divertidos, acotados, largueros… Las que mandan cadenas –de todo tipo y calibre–, videos, capturas de pantallas, fotos antiguas, hot, románticas, provocadoras, buscan conflictos, los resuelven, no contestan nunca, se borran, bloquean, muestran la última hazaña de su hijo, lo que están comiendo en Bulgaria, cómo quedó la olla de fondue cuando todo acabó, imagen tomando sol en la costa Amalfitana (¡y vos estás tiritando de frío en Bs. As.!)

Hay hiperactivos, los que no contestan nunca, los solo “me gusta”, los bloqueadores y las que un día desaparecen… ¿agotadas?, ¿ perdieron el teléfono?, ¿se enojaron?, ¿poco adictas a la tecnologia o a régimen de ella?

Invasivo, agotador, desbordante. Todo el mundo está ahí, en nuestras manos, en solo un clic. Noche y día. Tenemos las cervicales en terapia intensiva y la ansiedad al tope. Solo un consejo: contar hasta 20 (o más, si podés resistir la tentación) antes de responder. En fin, signos de los nuevos tiempos.