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¿Cómo era su otra familia? ¿Estaba ahí cuando decía que me extrañaba desde habitaciones de hotel, a veces con lindas vistas? ¿Había llegado a esto por aventura o por frustración?
aventura o frustración?
Lo cierto es que terminó víctima de su propio invento.
Me tomé un tiempo para que la decisión no fuera arrebatada. Pensaba en mis hijos. Y cada vez que él se iba “a trabajar”, el dolor era intenso y sus regresos insoportables. Se me cerró el estómago. Mi psicóloga me preguntaba si podía ver una película hasta el final sin angustiarme o distraerme, ese era su termómetro para saber cuán shockeada estaba aún por la noticia. Una compañera de trabajo con la que casi nunca hablaba ¡se volvió mi principal confidente! Con mis amigas me daba mucha vergüenza desahogarme. ¿Esta vida era lo que deseaba? Tenía la autoestima por el piso y no estaba dispuesta a “todo por amor”. Si es que a eso se le podía llamar amor. Dentro mío, ya no lo había. No podía confiar y le puse fin al asunto. Pedí el divorcio.
Tiempo después viajé a Rosario a buscar a Natalia. Había averiguado: trabajaba en un local del shopping. Al llegar me ganó la tristeza. Quedé paralizada frente a la vidriera. Cuando la vi no sentí nada. Empezaba a asustarme mi frialdad quirúrgica. Natalia me reconoció de inmediato. Me ofreció entrar. Dudé. Acepté. Casi no intercambiamos palabras. Entre tanto llegó una adolescente a probarse unos anteojos de sol. Ella me dijo “perdón” varias veces. Me ofreció un té, pero decidí irme.
Este encuentro me permitió seguir adelante. Estar ahí me sirvió para elaborar todo. Entrar en el odio y el dolor habría sido una pérdida de tiempo y de energía. Pero había sido inevitable.
De esa manera, realmente me despedí de mi esposo. Hoy puedo seguir considerándolo, sin rechazarlo, el padre de mis hijos. Le pedí que les dijera la verdad, a él, a su familia, a la mía, a nuestros amigos. ¿Serán cosas que pasan...? Recién pasó un año. Y mientras tanto yo sigo replegada, muy dolida, tocando fondo pero con la paz de saber que en cualquier momento voy a poder rehacer mi vida.
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