Laura Hawkins Todas mentimos un poco
Como una estrella de rock – con anteojos oscuros, pero sin banda–, Paula Hawkins pasó por Buenos Aires, punto de partida de la gira que también la llevó a Colombia y México. “Para conocer a las fans de mis novelas y recorrer las calles de Borges, aunque tengo una deuda con los escritores de acá: ¡aún no los he leído!”, dice con voz calma y sonrisa serena desde su atuendo casi deportivo, sin maquillaje.
Su perfil bajo juega en contrapunto con su narrativa, en la que las pasiones desbordadas se traducen en muertes inquietantes que dejan ver relaciones familiares y de pareja viciadas.
Desde estas pasiones, sus libros despiertan a lectoras fanáticas (mujeres su mayoría, que se identifican con las protagonistas) que reivindican el –puro y duro–
PAULAHAWKINSWRITER
como género contemporáneo.
En Rachel, viajera cotidiana, observa cada día desde la ventanilla, mientras se traslada, las cosas raras que pasan entre dos parejas. Pero Rachel tiene una peculiaridad: desayuna, almuerza y cena con alcohol y esto opaca su mirada y sus recuerdos. Igual, toma las riendas de una investigación delicada que la llevará a poner el cuerpo y sus más agudos instintos en juego. Experiencia de alta tensión que redobla en
donde diversas voces cuentan la misteriosa muerte de Nel y esa extraña relación con su hermana.
En ambos libros las protagonistas son mujeres cuestionadas y cuestionadoras, que no se conforman con el lugar que la familia, el marido o el pueblo les ha dado, que tienen algo para decir, que mostrar.