Al natural y sin apuros Slow beauty
La inmediatez está instalada en la cosmética: “resultados express” y “más joven en dos días” son las seductoras promesas. Pero hoy la tendencia cambió y propone “tiempo al tiempo˝, llevar una vida sana y volver a las fuentes.
Las millennials retomaron la sana costumbre que las japonesas practican desde cientos de años: el slow beauty. Está basado en el bienestar integral y el lujo de disfrutar cada gesto saludable, físico y mental. Este es el verdadero “antídoto contra el envejecimiento”. El desgaste que sufre el cuerpo es lento y progresivo, por eso, es coherente que su cuidado y regeneración también lo sean. Además, invita a destinar tiempo a una misma en medio de la vorágine que vivimos cada día y a usar los activos que nos brinda la naturaleza.
Pero no creas que lo natural está asociado con “hecho en casa”. Prestigiosos laboratorios dedican decenas de años a estudiar los beneficios de una sola planta, raíz o alga. Como actúan desde lo más profundo de la dermis, se requiere constancia y tiempo, ya que este proceso no
sucede en un minuto. Prima hermana del mindfulness, esta movida apunta a alcanzar la paz interior (aunque cueste horrores y no lo logres de un día para el otro).
Así, los mejores resultados se alcanzan en esta apuesta holística. Cada vez son más las mujeres que defienden la belleza desde este enfoque. Y, aunque parezca loco, van por un envejecimiento natural. El trending topic es “mejor prevenir que curar”. Y estar más atentas a cuestiones como luchar contra el acné (las más chicas), recuperar la luminosidad de la piel, aprender a respirar y adoptar hábitos saludables. El concepto antiage es antiguo y los postulados “borrar las arrugas” o “tener a los 50 la piel de una mujer de 20 años” están perdiendo credibilidad. Leé tranquila y tomate tu tiempo para poner en práctica este concepto. Aquí, las claves.