Moto Clásica:
Triumph Bonneville
Triumph posee un gran número de modelos históricos que quedaron en el inconsciente colectivo de los amantes de la marca, pero realmente pocos mantuvieron el éxito comercial que sí tuvo la Bonneville, una moto nacida para la velocidad y el alto rendimiento que hoy sigue siendo
uno de los buques insignia de la empresa, aunque con otro perfil.
DESPUÉS DE LA Segunda Guerra Mundial se dio el nacimiento de muchos movimientos de diseño custom que priozaban la velocidad y buen rendimiento por sobre la durabilidad y confiabilidad que habían pregonado las marcas antes del suceso bélico más importante del siglo XX.
En ese contexto varias competencias de velocidad comenzaron a ganar relevancia, como las carreras de aceleración que se daban en el Salar de Bonneville, Utah, Estados Unidos. Allí, Johnny Allen logró un récord mundial de velocidad sobre una Triumph en 1955, hito que la empresa inglesa utilizó como inspiración para crear la Triumph Bonneville T120, sin saber que aquella deportiva se convertiría en uno de los modelos más representativos de su historia.
Esta moto fue lanzada en 1958, más específicamente en el Salón de la Moto Earls Court de Londres y las primeras unidades se pusieron a la venta al año siguiente con un anuncio que ofrecía el mayor rendimiento de una moto de producción en serie. Estaba destinada a ser una deportiva, por lo
que era impulsada por un motor de dos cilindros en paralelo de 650 cc con válvulas a la cabeza (un diseño concebido en los ’40 por Edward Turner) y fabricada para responder a las exigencias del mercado estadounidense: mayor potencia, rendimiento y velocidad. Su premisa era alcanzar los 190 km/h a partir de una nueva configuración con doble carburador Amal Monobloc de 30 mm, aunque solamente contaba con una potencia de 46 CV a 6.500 rpm.
Rápidamente la Bonnie fue un éxito, más allá de que en el ´60 la marca tuvo que retocar el chasis monocuna del modelo, una modificación que se llevó a cabo a partir del pedido de los usuarios y que se combinó con una actualización del motor y transmisión en 1963.
Así llegó la versión de 1970, una de las más aclamadas por lo expertos del modelo ya que logró una entrega de potencia suave y una gran manejabilidad a velocidades bajas. El diseño del chasis se cambió por uno más sencillo y los amortiguadores traseros pasaron a ser simples muelles expuestos, algo que deseaba la mayoría de pilotos jóvenes de la época. Desgraciadamente, el comienzo de la década del ´70 fue algo complicada para Triumph, ya que la industria británica en general estaba en declive, sumado a que en el mercado de la moto
“la versión de 1970, una de las más aclamadas por lo expertos del modelo ya que logró una entrega de potencia suave y una gran manejabilidad a velocidades bajas”
las firmas japonesas ganaron mucho terreno. BSA, empresa propietaria de Triumph, entró en quiebra a raíz de varios cambios de directorio y una serie de decisiones controversiales.
En ese difícil contexto, la T120 fue reemplazada por la T140 que disponía de un motor de mayor capacidad (724 cc), una caja de cambios de cinco velocidades y luces intermitentes, pero que aún utilizaban frenos de tambor y el arranque a pedal. Poco después, la cilindrada se aumentó a 744 cc y se implementaron frenos de disco delanteros hasta 1982. En 1975, junto con las modificaciones del motor, se cambió del lado derecho al izquierdo la palanca de cambio para cumplir con las nuevas regulaciones exigidas por la normativa estadounidense, y se añadió un freno de disco trasero. En total fueron 11 las versiones de T140 que se siguieron presentando con el correr de los años, obviamente, con varias modificaciones y mejoras, incluido el arranque eléctrico desde 1980 hasta que la producción cesó con el cierre de la fábrica de Meriden en 1983.
Entre el ´85 y el ´88, luego de que Triumph fuese adquirida por el empresario John Bloor, se comercializó una variante de la T140 denominada Devon Bonnevilles, que era fabricada por la empresa Racing Spares, dirigida por Les Harris. En general, este modelo no tuvo gran repercusión, a tal punto
que directamente no se vendió en Estados Unidos, país en donde se gestó la idea de crear la Bonneville y donde ciertamente tenía más éxito. La Triumph Bonneville regresó a la producción en septiembre de 2001, ya en la factoría de Hinkcley, pero con una filosofía muy distante a la moto deportiva que era en su comienzo: a partir de ese momento se la catalogó como una roadster o un modelo pensado para transitar de manera más tranquila la carretera. Con esa nueva forma de ver a la Bonnie llegó también un nuevo motor bicilíndrico en paralelo de 790 cc que con el tiempo subiría hasta los 865 cc.
Entre el 2001 y el 2016 se crearon nueve variantes diferentes, como la Thruxton, Scrambler y T100, entre otras, con lo que la marca comenzaría a solidificarse en una nueva filosofía de diseño muy cercana al mundo de las customizaciones.
En los últimos cinco años Triumph creó en su catálogo la categoría Modern-Classics, donde la Bonneville
tiene un papel central. Ahora, una de las motos inglesas más representativas tiene variantes de 855 cc, 900 cc y 1200 cc. En este 2021 la firma ofrece las variantes T120, T120 Black, T100 Street Twin, Bobber y Speedmaster, todas con guiños específicos a la historia de la marca y, obviamente, con tecnología de punta.