Hombre al agua
Este verano, ante la incertidumbre por las vacaciones, se aceleraron los pedidos de piletas, pero el rubro se topó con un faltante de insumos que no permitió satisfacer la demanda. Precios y panorama de un boom que quizás no se vuelva a repetir.
Ante la incertidumbre, hubo un boom de piletas que sobrepasó la oferta. Precios y panorama del mercado.
Nadar en casa
“No vas a encontrar ninguna pileta con las mismas características que otra”, define un experimentado en el negocio de las piletas de natación. Los valores varían según tamaño, accesorios, iluminación y más. En promedio, una pileta estándar puede ir desde los $ 300.000 hasta los $ 650.000, mientras que una de alta gama supera los US$ 25.000 ($ 2,2 millones, según el tipo de cambio oficial). Uno de los complementos más buscados es la bomba de calor para climatizar la piscina, y su precio arranca en $ 220.000. Pero la diferencia principal de costo radica en si es de fibra de vidrio o de hormigón. La incertidumbre respecto de la posibilidad de vacacionar y los meses de confinamiento aceleraron la decisión de compra. “El incremento empezó en julio, y se notaba una temporada distinta”, asegura Juan
Manuel López, director de Hidrofil. Los picos que suelen iniciarse en octubre se adelantaron. “Fue más estable, y en noviembre empezó a caer”, comenta Mauro Piccini, CEO de Indusplast. El ejecutivo asegura: “No creo que la película que vemos hoy se vuelva a repetir”.
Pedido abandonado
El alza en los pedidos no tuvo un correlato parejo en las operaciones efectivas. Los principales inconvenientes tuvieron que ver con la escasez de insumos importados. “El 30% de los presupuestos fueron abandonados porque no se tenían los materiales”, detalla Manuel Perón, gerente comercial de Perpool. Y agrega: “Normalmente hacemos 370 piletas al año, pero con los meses en los que no se pudo trabajar habremos estado en el 60% o 70% de producción”.
“Empezaron a faltar primero bombas filtro, después skimmers, luego algunas materias primas fundamentales como el polietileno, y ahora transitamos un faltante de resina poliéster”, remarca Piccini. En tanto, López grafica: “Antes comprábamos unos 100 filtros por semana y hoy no me venden más de 90 por mes”.
Fibra vs. hormigón
El superclásico de las piletas se disputa en varias aristas: precio, mantenimiento, resistencia, creatividad y plazos de obra. “La de fibra no te da la posibilidad de hacer algo lindo estéticamente o innovar en los formatos. En cambio, la de hormigón tiene 30 años de garantía”, defiende Perón. Por su parte, Piccini apunta: “La fibra es más barata y el financiamiento es más fácil dado que es un producto semiindustrializado”. En cuanto a plazos, la piscina de material demanda un mes de obra, a diferencia de la de fibra, que se realiza en una semana.