Forbes (Argentina)

Hombre al agua

Este verano, ante la incertidum­bre por las vacaciones, se aceleraron los pedidos de piletas, pero el rubro se topó con un faltante de insumos que no permitió satisfacer la demanda. Precios y panorama de un boom que quizás no se vuelva a repetir.

- Por Javier Ledesma Cascio

Ante la incertidum­bre, hubo un boom de piletas que sobrepasó la oferta. Precios y panorama del mercado.

Nadar en casa

“No vas a encontrar ninguna pileta con las mismas caracterís­ticas que otra”, define un experiment­ado en el negocio de las piletas de natación. Los valores varían según tamaño, accesorios, iluminació­n y más. En promedio, una pileta estándar puede ir desde los $ 300.000 hasta los $ 650.000, mientras que una de alta gama supera los US$ 25.000 ($ 2,2 millones, según el tipo de cambio oficial). Uno de los complement­os más buscados es la bomba de calor para climatizar la piscina, y su precio arranca en $ 220.000. Pero la diferencia principal de costo radica en si es de fibra de vidrio o de hormigón. La incertidum­bre respecto de la posibilida­d de vacacionar y los meses de confinamie­nto aceleraron la decisión de compra. “El incremento empezó en julio, y se notaba una temporada distinta”, asegura Juan

Manuel López, director de Hidrofil. Los picos que suelen iniciarse en octubre se adelantaro­n. “Fue más estable, y en noviembre empezó a caer”, comenta Mauro Piccini, CEO de Indusplast. El ejecutivo asegura: “No creo que la película que vemos hoy se vuelva a repetir”.

Pedido abandonado

El alza en los pedidos no tuvo un correlato parejo en las operacione­s efectivas. Los principale­s inconvenie­ntes tuvieron que ver con la escasez de insumos importados. “El 30% de los presupuest­os fueron abandonado­s porque no se tenían los materiales”, detalla Manuel Perón, gerente comercial de Perpool. Y agrega: “Normalment­e hacemos 370 piletas al año, pero con los meses en los que no se pudo trabajar habremos estado en el 60% o 70% de producción”.

“Empezaron a faltar primero bombas filtro, después skimmers, luego algunas materias primas fundamenta­les como el polietilen­o, y ahora transitamo­s un faltante de resina poliéster”, remarca Piccini. En tanto, López grafica: “Antes comprábamo­s unos 100 filtros por semana y hoy no me venden más de 90 por mes”.

Fibra vs. hormigón

El superclási­co de las piletas se disputa en varias aristas: precio, mantenimie­nto, resistenci­a, creativida­d y plazos de obra. “La de fibra no te da la posibilida­d de hacer algo lindo estéticame­nte o innovar en los formatos. En cambio, la de hormigón tiene 30 años de garantía”, defiende Perón. Por su parte, Piccini apunta: “La fibra es más barata y el financiami­ento es más fácil dado que es un producto semiindust­rializado”. En cuanto a plazos, la piscina de material demanda un mes de obra, a diferencia de la de fibra, que se realiza en una semana.

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